Plan once años

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II.2 Resultados del plan al final del sexenio

Al finalizar el sexenio de López Mateos (1964) el plan funciono como se pensaba, consiguiendo metas en un tiempo menor de lo esperado:

“La comisión creada por decreto el 30 de diciembre de 1958 manifestó en su informe, que hace medio siglo, solo el 24% de la población en edad escolar primaria obligatoria recibía la primera enseñanza, y que hoy, la proporción de los que van a la escuela han aumentado a más del doble: del 24 al 58%”.

Estos resultados, un tanto alentadores, eran solo aparentes. A nivel Nacional se rebasaron las metas, pero no todos los estados en el regional marchaban al mismo ritmo. En 1964, los primeros planes regionales estuvieron terminados para su aplicación, fueron el plan Veracruz y el plan Jalisco. Con las modificaciones hechas y los datos obtenidos se logró ampliar la matrícula para la educación primaria, alcanzando las metas previstas.

El crecimiento de la población escolar fue mayor a lo esperado, aunque se tenía cierto margen error, estuvo por encima de lo planificado la explosión demográfica. Aunque la matrícula escolar incremento notablemente, no fue favorable cubrir la demanda por varias razones:

- No correspondían los datos a la realidad educativa, por ese motivo la deserción escolar no pudo ser cumplida.

- El no tener cupo en los últimos grados de educación primaria provocaba que los niños de los primeros grados no tuvieran cavidad.

- El nivel económico de las familias incidió en su ingreso a la escuela.

Esa era la realidad de educación primaria a finales de 1964, aunque se creía que para 1970 se resolverían los problemas que impedían cumplir la demanda de educación primaria. Al terminar el sexenio también terminaron los proyectos que se habían elaborado.

II.3 Libros de texto gratuitos

Desde 1944, Jaime Torres Bodet Secretario de educación pública, planteo otra idea singular: otorgar libros de texto gratuitos a los alumnos de nivel primario. Esta propuesta se derivó por varias causas. El principio constitucional desde 1917 definió que la enseñanza impartida por el Estado sería gratuita, ya habían pasado cuarenta y dos años sin que se cumpliera con la entrega de libros.

Las condiciones económicas impedían a muchas familias obtener libros de texto, esa limitante hacía imposible la presencia de sus hijos en las aulas. Como lo comenta el escritor Zertuche Muñoz:

“El mundo escolar es de vastas proporciones. En 33 370 planteles, dispersos en la gran extensión del país, asisten casi cinco millones de alumnos en los seis grados de educación básica. El 60% de ellos cursa los dos primeros años, y el resto desde tercero al sexto. Un dato expresa la importancia de la empresa: en 1959 se editan obras educativas suficientes para el 25% de los colegiales. ”

Desde sus inicios como titular de la SEP, lo acompaño la gratuidad de los libros. El 3 de febrero de 1944 expreso su preocupación por la pretensión comercial de los editores de libros de texto escolares, ya que estos eran de un costo elevado que no era accesible para todos. En 1958, cuando López Mateos llego a la presidencia encontró que en el país había altos niveles de analfabetismo y pobreza. Para acabar con tales problemas, Torres Bodet impulso una campaña de alfabetización en todo México con el propósito de que todos los estudiantes de educación obligatoria asistieran a la escuela con un libro de texto.

Así comenzó la idea de crear la CONALITEG, que fue fundada por López Mateos e inicio sus tareas el 25 de febrero de 1959. El diseño de los primeros libros de texto debía ser meticulosos para que no tuvieran contenidos que expresaran odio, rencor, controversias o prejuicios. Esta tarea fue asignada a Martin Luis Guzmán, literato, militar y periodista, ganador del premio Nacional de Literatura en el año de 1958. Las medidas que se aplicaron tranquilizaron al Secretario Torres Bodet, gracias al cumplimiento adquirido con el Presidente López Mateos. Con la ayuda de varios colaboradores del ministro se tomó otra importante decisión:

“Torres Bodet lee y corrige todos los textos redactados para los libros de carácter gratuito. El cuidadoso diseño de los libros delata su destino infantil.”

Las portadas de los libros tenían los rostros de los héroes representantes de la Revolución, siguiendo la tradición de los regímenes posrevolucionarios. Martín Luis Guzmán mostró los resultados que permitieron afianzar la misión de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos como un cimiento de equidad en la educación. La elaboración de libros suministró la demanda nacional, y algunos de los títulos adquirieron trece reediciones en los años siguientes. En el año de 1960 se elaboraron diecinueve títulos para los alumnos de primaria y dos para el maestro.

El 16 de enero de ese mismo año se realizó la primera entrega de libros para iniciar el año. En el acto presidido por Jaime Torres Bodet y Francisco Martínez Vega, gobernador de San Luis Potosí entregaron en la escuela rural “Cuauhtémoc” de El Saucillo, los primeros libros útiles escolares: La niña María Isabel Cárdenas, antes que nadie, es poseedora de esos útiles.

Desde 1957 Torres Bodet analizo las fallas y méritos principales que se debían arreglar. Intensificando la revisión de los planes y programas de estudios para el mejorar el contenido de los textos.

Los primeros pasos de la Comisión Nacional de los Libros de Texto gratuitos dejaron una importante huella en México, los datos mostraron que: fueron más de dieciséis millones de libros, cada uno con un costo aproximado a los dos pesos con nueve centavos.