Primer Y Segundo Triunvirato Romano

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Estos triunfos hacen que ante el pueblo romano y todo el imperio aparezca César como un privilegiado. Su permanencia en Egipto al lado de la reina Cleopatra, sucesora de Tolomeo XIV, tuvo el mismo efecto que sobre Alejandro ejerció aquel país. Regresó con ideas de imponer la monarquía hereditaria con matices de teocracia.

Los Planes De Julio Cesar y Su Muerte

Pensando siempre en que todo aquel poder concentrado en sus manos era el resultado muy especialmente de su prestigio como militar, Julio Cesar “preparaba hacer la guerra a los partos, y vencidos estos; invadir la Escitia (norte del mar Negro) y, recorriendo luego las regiones vecinas a la Germania y la Germania misma, por las Galias volver a Italia y cerrar este círculo de la dominación romana”. Otros planes de obras públicas se agregaban a estos entre ellos un canal del istmo de Corinto, con lo cual deslumbrarían lo suficiente a su mundo para ceñir la corona de Rey a los romanos no gustaba mucho. Ya había puesto en prácticas algunos detalles de la monarquía: usaba cetro y trono, como los antiguos reyes, y sus cargos eran vitalicios y hereditarios. Aunque no tenía hijos, había colocado como heredero a su sobrino Octavio.

Así estaba los acontecimientos cuando le sobrevino la conjuración de los Idus de Marzo (15 de marzo del año 44 a.C) que acabo con la vida del último gobernante de la república. En ella estuvieron comprometidos Casca, Tulio, Cimbro y Bruto, protegido de Cesar.

El Segundo Triunvirato

Octavio se niega a entregar el mando del ejército y obliga al senado a nombrarle cónsul. Luego firma un pacto con Lepido, procónsul en las Galias, y con el propio Antonio. El fin primordial para los tres era eliminar el peligro de los republicanos y de los conjurados, que aun estaban impunes por el crimen cometido en la persona de Julio Cesar. Para Octavio era un paso más en sus propósitos personalistas.

Los triunviros emprendieron la persecución de Decimo Bruto, Casio y sus seguidores y los aniquilaron en la Batalla de Filipos (42 a.C.), en el Epiro. Luego decretaron represiones masivas y condenas a muertes de los republicanos. Cicerón estuvo entre las víctimas.

Ya pacificado el imperio se repartieron el territorio así: Antonio pasó a gobernar Oriente, Lepido África y España, Octavio quedo en Occidente con residencia en Roma. Llevaban el titulo oficial de triunviros, con conocimiento en el senado lo cual pasaba a ser una medida extraordinaria.

Desaparición Del Segundo Triunvirato

Nuevas crisis se presentan. Primero los descendientes de Pompeyo y el mismo Lepido luego, pretenden apoderarse de porciones del territorio imperial. Son por otra parte circunstancias propicias para que el triunviro octaviano adquiera prestigio al superarlas y haga más libre el camino de su encumbramiento hacia el gobierno personal. Lepido es degradado. Se le cambia el cargo triunviral por el de pontífice, con lo cual queda anulado como político.

Antonio había llevado su vida disipada en Oriente. Tuvo rotundo fracaso al pretender conquistar el reino de los partos. Sus relaciones con Cleopatra, reina de Egipto, fueron fuente de especulaciones por los amigos de Octavio, que propalaron noticias sobre el intento de separar el Oriente del resto del imperio, sobre la falta de amor patriótico por parte del triunviro. Ante ellos Octavio recibió permiso del senado para combatirle. La batalla de Accio (31 a.C.) en las costas del Epiro marco el fin de Antonio, que se suicido mas tarde. Cleopatra hizo otro tanto. La vía hacia el gobierno personal de Octaviano estaba libre, Egipto por otra parte pasaba a ser provincia romana.

Importancia Del Segundo Triunvirato

La Importancia que tuvo el segundo triunvirato fue el poder con el que contaban los triunviros era muy superior al que poseían todos los demás hombres de estado juntos, dándoles una increíble libertad de acción y decisión en la política Romana. Su poder era prácticamente ilimitado, siendo el margen de cinco años el único freno o "control" a su mando, aunque de todas maneras, este podía ser renovado (como así fue en su momento). Si bien los integrantes del Triunvirato poseían un poder superior al consulado, como su mismo nombre indica, éstos también serían designados como Cónsules.

Actuación De Julio César Como Procónsul.

Con el proconsulado de Craso en Oriente, el de César en las Galia y el de Pompeya en España quedaron repartidos los triunviros por el senado. Craso murió en la guerra contra los partos y Pompeya quiso permanecer en Roma, nombrando legados que hicieran sus veces en la provincia que le había tocado. Allí procuró atraerse las simpatías del senado y a la vez colocar éste contra César. Julio César, por su parte, se dedicó de lleno a adquirir renombre en las Galias durante nueve años de proconsulado. Terminó conquistándolas, con lo que agregaba a Roma un territorio comprendiendo entre el Rhin, los Alpes, el Mediterráneo, el Atlántico y el Canal de la Mancha. Sobre esos nueve años con los galos escribió su libro Comentario de la guerra de las Galias.

Siendo Pompeya cónsul, pasados los años de la conquista, regresó Julio César a Roma con el ejército. El senado, siguiendo a Pompeya, le ordenó licenciarlo en los límites galos, en el río Rubicón. Pero él, recordando la suerte de Pompeya en circunstancias parecidas, decidió cruzar el río al mando de sus tropas para apoyarse luego en ellas.

Conclusión

Durante el primer triunvirato se dieron medidas como: el aumento del senado a 900 miembros, se dio ciudadanía romana a los galos y a los cilicios, se elimino la especulación de los publicanos, se permitió a las provincias emitir su opinión en cuanto a la marcha del asunto imperial, se obligo a los latifundista a dar trabajo al pueblo en el cultivo de los campos. El segundo triunvirato fue una alianza por 5 años realizado entre marco Antonio, Cesar Octaviano y marco Emilio Lepido tras el vacío de poder originado por el asesinato de Julio Cesar; el poder con el que contaban los triunviros era superior al de los demás hombre de estados dándoles una increíble libertad de acción y decisión sobre la política de roma.

Bibliografía

Yepez C. Áureo, 2002, Historia Universal, Editorial Larense

Anexo

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Roma y Ciudades