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Romero José Luis: La crisis de la república romana

Enviado por   •  11 de Enero de 2019  •  6.126 Palabras (25 Páginas)  •  337 Visitas

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Esta alianza en al que no había solidaridad autentica de intereses, sino dependencia de uno con otros, no podía ser profunda y duradera, pero mientras existió un programa político-social común contra los nobilitas, estos grupos se vinculaban más o menos firmemente dado las relaciones de producción como por medio del soborno a la plebe para que se convierta en clientela política, a este último grupo se los lanzaba contra las baluartes de las nobilitas.

-Los grupos subordinados:

Estos los conformaban los pequeños poseedores y el proletariado, y es el elemento fundamental de un partido político. El decrecimiento de la plebe rural corresponde con el crecimiento urbano, en este también fueron protagonista otros contingentes provenientes de las provincias, libertos, itálicos, y que en-glosaron de manera considerable a esta.

En su primer momento, la transformación de los grupos subordinados se dio de manera directa de la acción de las nuevas clases dirigentes, nobilitas y équites, y cuando se acentúa el éxodo hacia las ciudades, se acentúa también la dependencia de los grupos subordinados.

-La crisis del siglo II:

A partir de la primera mitad del siglo II, las nuevas fuerzas económicas-sociales creadas por la conquista van a tomar posiciones estrategias para la lucha por el poder en el imperio en formación. La significación de otras fuerzas derivadas, como la nobilita misma, de la expansión territorial. Estas fuerzas crecen en poderío y en importancia social y su aspiración al poder político constituye un germen de una revolución que se gesta lentamente en el seno de la sociedad romana desde la primera mitad del siglo, frente a esas fuerzas y frente a sus aspiraciones, la nobilita, compacta y solidaria durante la primera faz de la conquista, adopta, a partir de los primeros años del siglo II, dos posiciones que configuran dos grupos antagónicos. Esta escisión de la nobilitas precipita la crisis y crea nuevos frentes de combate dando un nuevo aspecto a la lucha por el poder.

-La escisión de la nobilitas:

La nobilita consciente de ser la ejecutora de la conquista, admite su derecho al control del imperio, pero mientras un sector de ella se siente autorizada a sostener una cerrada política de clase que asegure a las familias nobilitas, otro sector comienza a sostener la necesidad de recoger en el mundo helenístico, incorporando ahora al mundo romano, junto con las directivas generales de la cultura, las experiencias que conduzcan a una adecuada organización del imperio. Entre dos sectores -oligarquía conservadora y oligarquía ilustrada-originarios del mismo proceso se separan de inmediato, guiados por una interpretación radicalmente opuesta de la situación creada por la conquista y por las concepciones políticas de distintas procedencias y de sentido divergente.

La oligarquía conservadora se aferra a la vieja estructura institucional considerando que ha sido de ella la que ha permitido el éxito de la conquista y que es ella la que pueda garantizar su organización y su usufructo. Encabezados por los Valerios y los Fabios. Pero este régimen y esta tendencia no tenían ya la fuerza que habían evidenciado durante la guerra de Aníbal porque la realidad se había transformado y sus mecanismos no correspondían a las nuevas exigencias.

La oligarquía ilustrada se constituyo en la primera mitad del siglo II, como un partido de opinión, formado por miembros de algunas familias importantes de la nobilitas, reunidos bajo el mando de Escipión el Mayor. Promotor de la etapa más difícil de la conquista, represento para las generaciones subsiguientes la mentalidad moderna, a tono de las exigencias de la conquista y con ella la situación creada a Roma dentro del mundo helenístico. En contacto con esta cultura, Escipión el Mayor advirtió el contraste entre la superioridad político-militar de Roma y su precario desarrollo espiritual, y había aprendido a relacionar la nueva realidad romana con las ideas dominantes en el Mediterráneo oriental acerca de la naturaleza de las relaciones políticas y sociales, este aprendizaje fue particularmente fértil para Escipión el mayor, por el prestigio que ante él como ante su grupo, acentuaba la cultura griega. La técnica del poder imperial, problema fundamental planteado por la conquista, formaba parte, precisamente, del complejo de ideas difundido en el ámbito del mundo helenístico, parte del cual se había incorporado a la órbita romana. Admitiendo la experiencia política helenística, la oligarquía ilustrada admitió, también ideales de vida y por eso su oposición a la oligarquía conservadora se manifestó bajo esos dos aspectos.

-Las tendencias de la oligarquía ilustrada:

Escipión el mayor polarizo a su alrededor, a quienes simpatizaban con esta nueva concepción de la vida, constituyendo en poco tiempo, más que un partido político, un partido de opinión que obtuvo, el consenso unánime de los romanos.

El Filo-helenismo e imperialismo son los caracteres fundamentales de la mutación operada al comenzar el siglo II. Escipión el mayor al fin de la segunda guerra púnica, su partido adquiere los caracteres de fuerzas determinantes de una conducta nacional. Cuando Aníbal pisa tierra Italiana, en las primeras faz de la segunda guerra púnica, la guerra revestían para Roma un carácter de defensivas. Hasta este momento Roma lucha con sus vecinos, aseguraba fronteras, buscaba eliminar focos de posibles rebeliones futuras. A esta concepción de la guerra responde su organización militar, jurídica y política. Pero sus fronteras continentales se ensancharon gracias a sus éxitos militares, tocando ya con vecinos poderosos-las ciudades griegas y púnicas- cuyo poder se apoya en sus relaciones trasmarinas.

Escipión el mayor, plantea en este contexto su padecer, logrando imponerlo con el apoyo popular, su triunfo significó para Roma el despertar a nuevas e imprevisibles posibilidades.

Por esta vía, Roma anuncia una política imperial, pero solo con la sumisión de Cartago percibe Roma la capacidad que poseía como potencia imperialista. Desde ese momento la expansión imperial será uno de los polos de la política Romana, conducida por una elite que se agrupa alrededor de Escipión el Mayor, y que encuentra en la crisis que, en 201, se produce en el equilibro de poderes del Mediterráneo oriental, una circunstancia favorable.

El desarrollo de la conquista, sobre todo a partir de la adopción de Sicilia como base de las operaciones por Escipión, pone a los romanos en contacto estrecho y directo con el mundo griego,

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