Síntesis Maximato y Cardenismo

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Sexenal, cuyos principales pilares fueron: la defensa de los recursos naturales, la aplicación de la ley laboral para la defensa de los derechos del trabajador, el reparto de las tierras a manera de ejidos y la reforma educativa que implantó la escuela socialista. Los defensores de la escuela socialista, como por ejemplo Alberto Bremauntz, quien sostuvo que la nueva escuela no sería la constructora del socialismo en México, sino que sería la modeladora de las nuevas ideologías y formas de pensamiento de los niños. Para las elecciones presidenciales de 1934, éstas fueron dirigidas y controladas por el Partido Nacional Revolucionario (PNR); la creación del PNR atendió a la necesidad de formar un órgano político nacional fuerte, para que hiciese frente a los diversos cacicazgos que existían por todo el país; y que amenazaban la estabilidad social que se necesitaba para pasar “del poder de los hombres al de las instituciones”. El PNR elaboró el primer plan sexenal del gobierno del México posrevolucionario, con el fin de realizar una política social, económica y administrativa que fuera capaz de hacer realidad los ideales y principios implementados por la Revolución Mexicana. En dicho Plan se redacta, con todas sus letras, el carácter regulador del Estado; por lo que los opositores del régimen le darían el carácter de autoritario y dictatorial, pues se trataba de implementar un hiper-presidencialismo en el país. El Plan Sexenal sería un programa mínimo de acción al que el poder Ejecutivo debía sujetarse y, de ser posible, rebasarlo en beneficio de los más necesitados. En cuanto a la Reforma Educativa de 1934, fue propuesta por el PRN, que consideró que dicha reforma no sólo sería una respuesta a una necesidad social existente: el expandir la educación elemental por todos los rincones del país; sino que sería una herramienta de cambio, pues la educación impartida debía permitir al alumnado el “crear un concepto racional y exacto del universo y de la vida social”; en éstos términos se reformó el artículo 3º constitucional, que estableció la educación socialista, que iba en contra de cualquier explicación que no estuviese basada en la ciencia, la experimentación y la razón. Por lo que el PRN vio a la educación como un arma de cambio económico, más como un camino para la democracia. Por otra parte, el Partido Comunista Mexicano (PCM), había criticado duramente el conocimiento vacío que hasta entonces se venía impartiendo, pues se hablaba de una necesidad de una escuela que impartiera dichos conocimientos basados en la realidad y que, con el auxilio de la ciencia, explicara al alumnado el mundo natural como el social; por lo que era necesario conocer los fenómenos sociales para determinar su rumbo, y conocer el curso del mundo natural; por lo tanto, la ciencia y la razón, por sí mismas, acabarían con las supersticiones y los dogmas de la religión, sin la necesidad de atacarlos directamente. Debido a lo anterior, el PCM dio diversas conferencias sobre esta reforma educativa, en dónde se afirmaba que la educación debía ser un arma revolucionaria en manos de maestros revolucionarios; y que había de existir una escuela única en contenidos y propósitos con una dirección técnica centralizada, a fin de lograr la unidad nacional; una escuela que fuera igual para todos sin distinciones de situaciones económicas ni sexos. La base pedagógica de la escuela socialista sería el trabajo en equipo, cuyo principal eje ideológico sería la sumisión del interés individual al colectivo hasta lograr el trabajo productivo y socialmente útil. En cuanto al Congreso Federal de aquélla época, en la XXXVI Legislatura Federal se constituyó la comisión encargada de la educación y su reforma, integrada por un grupo de diputados; en esa misma legislatura también se discutió el tipo de socialismo que se impartiría en las escuelas, qué niveles comprendería la reforma educativa, la participación del sector privado en la impartición de la educación socialista, si se le otorgaría a la reforma el carácter antirreligioso o dejar a la religión al margen de la educación y si la educación socialista debía enfrentar abiertamente al imperialismo capitalista. Después de muchas discusiones, se reformó finalmente el artículo 3º constitucional, estipulando que la educación debía ser socialista, antirreligiosa, que el Estado sería el único con facultad de impartirla y que concedía las autorizaciones pertinentes para que el sector privado también impartiera educación. Como consecuencia de lo anterior, se dieron diversas manifestaciones en contra de esta reforma educativa, principalmente por parte del alto clero católico; y que, como respuesta a dicha educación, amenazaba con excomulgar a los miembros que simpatizaban con dicha educación. En cuestiones del ideario cardenista, para el 6 de diciembre de 1933, Lázaro Cárdenas fue declarado como candidato presidencial del PRN; durante su campaña sostenía que él ejercería un gobierno disciplinado y unido; con respecto a la educación socialista, para Cárdenas era un medio para unificar conciencias e ideologías, tanto las que corresponden a la naturaleza como a la sociedad, y sería el Estado el encargado de forma exclusiva. Cárdenas propugnaba por una enseñanza colectivista y utilitaria; y que para ello, se implementaría una nueva escuela en dónde todos tuvieran voz y voto, provocando que Cárdenas se ganara a muchos enemigos. La educación socialista trajo consigo una depuración total de la literatura escolar, pues se pretendía reemplazar a los libros de lectura y literatura, para imponer libros cuyo contenido fueran lecturas realistas, que enseñasen al lector un panorama sin matices ni disfraces; para cumplir con lo anterior, la Secretaría de Educación formó una comisión revisora y editora de nuevos textos escolares, entre estos libros sobresale la serie titulada “Serie SEP”. Entre los profesores más sobresalientes, tenemos a Rafael Ramírez, quien a la manera de cómo se ideó el Plan Sexenal de Gobierno, escribió el Plan Sexenal Infantil, que es una serie de 4 volúmenes para los diversos grados de las escuelas primarias rurales; aquí, tanto los niños como los adultos, debían realizar un Plan de Trabajo para seis años, que comprendiera todos los asuntos inherentes, no solo a la escuela, sino al pueblo entero. El alumnado debía incorporarse en asambleas y, por votación, eran incorporados en alguno de los comités acorde a sus edades, capacidades e intereses; y que dichos comités eran formados para el mejoramiento de tres rubros: el hogar, la escuela y la comunidad.