Un rayo de razón para el Nacionalismo Chileno para el siglo XXI
Enviado por Mikki • 12 de Junio de 2018 • 4.658 Palabras (19 Páginas) • 383 Visitas
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La Nación debe estar dotada de un Estado que sea capaz de lograr el bien común sobre la base de ser el promotor del desarrollo, el custodio del derecho, el conductor político de la nación y el realizador histórico de su destino.
El Estado es la institucionalización de la forma de convivencia del pueblo y en ella los cuerpos sociales tienen un rol principal en los fines que se dan las personas para vivir en comunidad.
Toda propuesta para reformar el Estado debe tener una forma política y una forma económica.
El Estado debe permitir la representación legítima de la soberanía, contribuir al cumplimiento de los fines de la nación y estar permanentemente al servicio de los intereses superiores de la patria.
El Estado, jamás debe ser un botín electoral, para aquello la Patria a través del pueblo en expresión soberana debe custodiar y sancionar de forma legal o en rebeldía si es que la opresión política se intenta perpetuar oligárquicamente.
Tercera premisa
Nacionalidad y Cultura.
El Nacionalista, se misiona a la tarea de hacer de Chile una Nación próspera y perpetua en los tiempos, para ello la tarea es de todos los que cohabitan el territorio nacional tri continental e insular, como así de aquellos que por diversas razones habiten fuera del territorio. Por tal razón, creemos fundamental la formación de las nuevas generaciones con los principios y valores de la nacionalidad y la cultura chilena construida en los tiempos, y practicarlos en forma permanente, es decir, asumir una forma de vida que irradie dichos valores, razonamientos y entereza. La práctica habitual y coherente de dichos valores construyen identidad, dicha identidad es fortalecida por las experiencias que surgen de la relación de las personas con nuestro medio geográfico natural que es parte del universo que nos pertenece como miembros de la humanidad.
Se debe considerar que el vehículo de acción es la Educación, destacando la educación pre escolar y la educación primaria, momento donde la inocencia de los educandos funde en acero y diamante el amor por la Patria, sin cuestionamientos políticos, religiosos o decretados. Este es el momento de construir el temple de la Nación, a través de sus hijos. Estos hijos al ser educados con conocimientos sólidos y dotados de validez, formación valórica en el desarrollo de etapa escolar.
El desarrollo de las habilidades y actitudes, logrará a descubrir vocaciones y talentos que posibiliten la integración de las nuevas generaciones al mundo de las artes, la ciencia, la tecnología y de las culturas originarias; considerando como base un modelo educativo propio como Nación, potenciando al pilar social fundamental que es la familia, primer soporte valórico, y modelo de proyección de la Patria. Esta forja de valores da la oportunidad a que hombres y mujeres sean capaces de generar formas de vida donde el ser y el valor existan al interior de cada persona, en su espíritu, en su esencia y en su verdad.
En lo particular, los inmigrantes aportaran sus saberes y culturas propias, las cuales deberán integrarse a la cultura Chilena, y bajo ningún aspecto, la cultura Nacional debería colapsar, muy por el contrario, debiera potenciarse.
Cada uno de nosotros debe ser articulador de esta doctrina, hacerla carne y sangre, irradiarla con cada acción del vivir cotidiano y ayudar solidariamente a quien no la conoce y enseñarla de tal manera que aquel que la asuma, sea un portador de la esencia de la Nacionalidad Chilena.
Cuarta premisa
Estado de Derecho.
El Nacionalista considera el magisterio de la ley como garante de la paz, la justicia social y el orden interno, lo que trasunta a todos sin privilegios ni exclusiones.
Si el Estado reniega su responsabilidad de garante, entonces el pueblo organizado a través de los cuerpos intermedios debe asumir la tarea de recomponer el magisterio de la ley. No obstante, todos los Poderes del Estado, deben ser controlados y evaluados en el cumplimiento de sus deberes, como así sancionados si ello no ocurre.
El pueblo debe ejercer dicho control y sanción a través de su participación social.
Lo deseable no es el poder de la ley, sino de la justicia…
¿Cómo el pueblo debe hacerlo?, día a día, organizándose en células territoriales con el fin de actuar bajo el rango de la ley y proponiendo en todas las instancias la creación de un Consejo Nacional de Justicia, como instancia de participación y control autónomo de rango constitucional, meritocratico, es decir, las posiciones jerarquizadas son conquistadas con base al merecimiento, en virtud, del talento, educación, competencia o aptitud específica de la justicia y del ordenamiento constitucional.
En caso que las oligarquías políticas lo impidieran, el pueblo en legítimo derecho, deberá reaccionar como el mandante supremo. Pueblo somos todos, no aquel pueblo ficticio del cual se arrojan representación las cúpulas políticas tradicionales, sino aquel pueblo que trabaja, produce, solidariza, empatiza y desea vivir en paz, armonía y justicia.
Quinta Premisa
Proyecto Nacional.
Todo Proyecto de vida debe y tiene que ser considerado bajos contextos de realidad y no de utopías, puesto que las utopías conllevan a derramamientos de sangre, odios sin límites y sobre todo al irrespeto de la opción divergente.
Efectivamente, el Proyecto de Vida de una Nación, debe basarse en el respeto irrestricto a la divergencia en el cómo llevar a cabo el Proyecto Nacional, no en su fondo y menos en el fin. Para aquello, el Estado, es decir, todos nosotros, debemos participar.
Si bien es cierto que existen mentes jóvenes y viejas que al pasar los tiempos y por efectos de una política sistémica de lavado cerebral y acondicionamiento mental, se alzan como víctimas del no respeto a sus clamores de minorías, cierto es…pero dentro del respeto a sus ideas adoptadas y propias, de carácter apátridas y anti valórica del tradicionalismo Chileno…. Y en algunos casos…legales, se han dado la maña de querer manejar a las mayorías con la herramienta del chantaje y presión de cúpulas nefastas que han dirigido al Estado desde hace décadas.
Por lo tanto, el nacionalista le asume al Estado el rol y la responsabilidad de planificar, jerarquizar y coordinar los esfuerzos, iniciativas y potencialidades
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