Aportes del psicoanálisis en la psiquiatría del siglo XXI
Enviado por tolero • 31 de Diciembre de 2018 • 1.016 Palabras (5 Páginas) • 404 Visitas
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Tomo por ejemplo, este párrafo escrito por la Dra. Graciela Onofrío, psiquiatra y psicoanalista Argentina,
Psicoanálisis y trauma: Revisión del concepto del Síndrome por Stress Post Traumático (SSPT): Si pensamos en los componentes de trauma psicosocial en América Latina y en cómo esos elementos de lo social impactan en nuestros jóvenes, nos preguntamos: ¿Dónde se encuentra el daño que visiblemente forma parte de un proceso social y deja, a su vez, cuerpos concretos destruidos, marcados, enfermos, a veces, por generaciones? ¿El daño está en el espacio intrasubjetivo, intersubjetivo o transubjetivo? ¿Están enfermos o dañados los individuos o las sociedades? Nos preguntamos, también: ¿qué pasa hoy con la inseguridad en nuestro medio? La violencia crónicamente establecida produce parálisis y ciertas estructuras psicopatológicas parecen responder con su organización a esa parálisis “mental”. Anomia, adicción, conductas suicidas, raptos impulsivos, avincularidad, etc., etc. Algunas personas, algunos jóvenes, se hicieron personas en el espacio del trauma social.
¿Qué podría explicar que los jóvenes en América Latina presenten problemas y conductas de adicción, crimen, impulsos antisociales? Como un ejemplo en Costa Rica, ¿qué es lo que lleva a un adolescente de 16 años en la provincia de Cartago a obtener un fusil de tipo AK-47 y disparar a distintas casas en las que habitan personas tranquilas y de buenas costumbres, por pura diversión?
En la psicología actual, social o del espectro de la ciencias más exactas podría tomarse como un joven con un trastorno de personalidad antisocial, inclusive con una posible esquizofrenia o trastorno disociativo (término también iniciado por Freud, “disociación” como mecanismo de defensa) como alguien que iniciaría un acto tan violento como ese; que en fin en una explicación más neuropsicológica se podría ver como segregación de norepinefrina, cortisol y demás agentes de índole de los neurotransmisores en el sistema límbico y sistema nervioso simpático, o de una manera cognitiva como el mal control de impulsos y conductual como algo aprendido por medio de neuronas espejos y patrones repetitivos en el ámbito donde se crió. Pero Freud ya tenía un nombre para todo esto, el nombre de las pulsiones, tanto la de Eros (vida) como Tánatos (muerte) provenientes del Ello, que llevan a la búsqueda de satisfacción de deseos primitivos sean socialmente vistos “positivos” o “negativos”.
¿A qué trato de llegar con todo esto? A la interpretación de que a toda ciencia de la conducta actual se le debe muchísimo al genio de Freud, que con sus teorías del comportamiento humano, llegó a ser el pilar fundamental del tratamiento a las personas con trastornos mentales, y que aún hoy día, sus principios terapéuticos e ideológicos, siguen dando mucho fruto en la complicada visión y búsqueda de explicaciones a los comportamientos humanos.
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