CAPITULO I. LA ADOLESCENCIA UNA EDAD FASCINANTE

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EL DELICADO ARTE DE SABER PONER LIMITES

Al igual que los automovilistas, para transitar por la vida, los adolescentes necesitan limites, carteles, indicadores, de esa forma, tienen una vivencia de seguridad. Los limites son una forma de amor en tanto significan “hacerse cargo” de lo que los hijos pueden o no hacer, esto le proporciona un elemento sustancial para crecer: seguridad. El adolescente pide limites, a veces a gritos, con violencia o prepotencia, y lo tranquiliza que sean los padres quienes los fijen.

TRIBUS URBANAS, ROCK AND ROLL Y CIBERNETICA

El adolescente siente un rechazo active a ser el que siempre fue, este proceso no le puede resolver solo, por lo que necesita de otros “teens”, dentro de un grupo el adolescente se siente contenido y “parte de la sociedad”. A veces estos grupos tienen sus características excesivamente marcadas, y se convierten en verdaderas tribus urbanas.

EN BUSCA DE LA IDENTIDAD

Los adultos tenemos un pasado, en cambio los adolescentes tienen que construirlo. ¿Porque la instauración de este pasado es tan importante para el adolescente? Porque en el pasado esta la identidad, nuestra identidad está conformada por las experiencias que vivimos, por los recuerdos que tenemos, por las sensaciones que conservamos por las vivencias que tuvimos. Solo si tenemos un poco de pasado por nuestra espalda comenzamos a saber quiénes somos. Por esta razón, la búsqueda de identidad de los adolescentes resulta fundamental, en consecuencia, suelen adoptar posturas que los adultos consideramos excéntricas como los piercings, o lo dark.

El adolescente, en su búsqueda de originalidad suele seguir patrones ya preestablecidos: Es emo, dark, flogger, gótico o integra cualquier otra “tribu” urbana. La “tribu” presta una personalidad prefabricada, una máscara con que enfrentarse al mundo y decir” acá estoy, esta es mi identidad”

Tribu urbana: Es una subcultura que se desarrolla en el ámbito cotidiano, sus miembros, en mayoría adolescentes comparten una misma ideología con respecto al mundo. Cada tribu tiene un look para diferenciarse a los demás, a un integrante de una tribu no le basta con ser parte de ella, sino que también debe comunicarlo de manera elocuente. A continuación, algunas tribus urbanas:

- Los Floggers.

- Los emos.

- Los cumbieros.

- Lo hip hoppers o raperos.

- Los darks o “darketos”.

- Los rollingas.

- Los otakus.

NO PREOCUPARSE, SINO OCUPARSE

Pertenecer a un grupo o una tribu no constituye el problema en sí mismo, es normal que el adolescente busque conectarse con sus pares y asuma identidades prefabricadas como modo de buscar una propia. Lo propio del adolescente es querer ser distinto a sus padres, a veces la empatía con el grupo o la tribu va mucho más allá y llegan a aplicar prácticas como autoflagelación o que se hagan piercings que pongan en riesgo su salud. En esos casos el limite debe llega desde afuera, los padres deben ponerse firmes y decir no.

¿QUE DECIMOS CUANDO HABLAMOS?

Los padres no solo transmitimos ideas y creencias por el lenguaje verbal, nuestros gestos y posturas corporales también dicen mucho. Solemos cuidarnos en nuestras expresiones sin saber que el chico, desde que nace, realiza un tipo particular de lectura, privilegia lo gestual, las caras y la motivación por sobre las palabras.

Así como a veces nos contradecimos en nuestras opiniones, también puede haber incompatibilidad de lo que el adolescente recibe del padre y de la madre, es común que sienta que ellos promueven su autonomía en algunos aspectos, mientras que en otros lo privan de ella, es decir, no son coherentes.

Las ideas contradictorias hacen que ciertos adolescentes se inhiban totalmente y que no puedan dar un paso por miedo a equivocarse. De acuerdo con la defensa de cada uno podrán darse el lujo de “torcerse el pie” o no. Alguno chicos sienten que les quitan lealtad a algunos de los padres si siguen la voluntad del otro.