Dramatizando el Consumo, Tabaco en el Séptimo Arte
Enviado por mondoro • 1 de Noviembre de 2018 • 4.184 Palabras (17 Páginas) • 410 Visitas
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Con la llegada del cine Wester o cine del viejo Oeste, se impulsa a crear bajo las primeros planos del protagonista, esa firmeza de vista y decisión. Las continuas expresiones de rudeza de Clint Eastwood, con las que manifestaba su presencia en cada escena; nos generan indudablemente imaginarlo con su poncho, sombrero y sin lugar a dudas, un cigarro entre sus labios; el cual se consumía paulatinamente mientras la trama se desenlazaba. Emparejando esta imagen a un tipo rudo, que puede salir ileso de cualquier situación que se le presente; presentando nervios de acero y sin duda de querer finalizar su victoria con la tranquilidad de un buen cigarro.
Otro de los géneros cinematográficos en que el tabaco está presente, son las películas de mafiosos. Cintas con un alto grado de violencia y acción, donde los estereotipos están muy marcados. El humo del tabaco se mezcla con el uso de armas y lenguaje ofensivo. Es un punto importante mencionar, que el uso de cigarrillo es usado a la par con un producto similar, pero más significativo visualmente. La incorporación del puro o habano en las cintas, enfatiza la idea de liderazgo y rango socio-económico.
Por lo que ya podemos entender, la relación del tabaco con el cine, no surgen por una cuestión de casualidad. Más bien hablamos de una incorporación con fines de lucro, con fines comerciales. El uso del tabaco se inserta en Hollywood buscando nuevos consumidores, y que mejor manera que generar este proceso de producto y venta, que con imágenes particularmente atractivas y significativas para quien las visualice.
A través de investigaciones sobre el uso del tabaco, se fueron desarrollando normas y leyes que regularan su consumo. Se evidencia tras pruebas, que el abuso del tabaco traería consecuencias grabes para la salud. Actualmente se sigue apelando la importancia de educar a la ciudadanía contra el abuso de consumo de tabaco. De hecho, el tabaco sigue estando presente, pero es evidente que su imagen ha cambiado mucho. Las nuevas leyes antitabaco han hecho que la sociedad sea más consciente de su uso.
Cada estado busca sus mejores herramientas de persuasión, evitando y queriendo disminuir el consumo de tabaco. Implementando normativas que impidan fumar en ciertos lugares o utilizando imágenes que de ciertamente manera perturbarían al consumidor. Pero como fines estéticos la imagen visual del cigarrillo, sigue siendo atractiva. Y aunque la utilización de escenas, donde se puede ver al protagonista moverse en un espacio desorganizado y inhumano; se sigue emitiendo el mensaje de un sujeto carismático y seductor para el espectador. Escenas donde ya no se ve el galán que existía en los años 20, más bien, nos enfrentamos a la imagen del imperfecto héroe; Lo que causa indudablemente una fuerte atracción hacia el público, a raíz de una atracción natural.
En la actualidad, las autoridades norteamericanas han querido poner mayor énfasis en la lucha contra la muestra explicita de contenido, calificando con restricción (R), a toda película que presente escenas donde se vea un consumo de tabaco. Con el fin de prevenir el consumo a temprana edad. Además de ello, se han asomado nuevas cintas que buscan desenmascarar la fachada escondida de las tabacaleras, mostrando el mundo interno de una mega industria. Dicho sea de paso, películas como, El Dilema (1999), El jurado (2003), Gracias por fumar (2005). A la par, existen documentales que critican el uso y abuso del consumo de tabaco, y con mayor poder cuestionan el negocio tabacalero; Bright Leaves (2004), Dying for a Smoke (1992). En todas ellas, el objetivo es claro, el concienciar en la población lo perjudicial del uso de cigarrillos.
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Como ya hemos podido conocer a través del texto, el contexto social y la creatividad del séptimo arte, han generado una cuna para el desarrollo del consumo de tabaco. Esta base ha sido cuestionada a lo largo de los años. Entre más estudios se fueron desarrollando en relación al consumo de tabaco, más han sido las alertas a la ciudadanía, y por ende al contenido visual que se les muestre. Podemos ejemplificar los anuncios publicitarios, hasta las mismas medidas que impuestos por los gobiernos, legislas el comercio de las tabacaleras. Llama bastante la atención, la alerta que indican ciertos estudios organizados por grupos científicos, que relacionan el hecho de ver una película y fomentar el consumo de tabaco en la población. De hecho, la Organización Mundial de la Salud, a través del programa “Smoke-free-movies report – From evidence to action”, se ha referido en reiteradas ocasiones a la relación que tienen el consumo en jóvenes y la exposición a imagines donde se puede observar un consumo desmedido de tabaco. A través del mismo informe médico, es importante reconocer el comentario del Dr. Douglas Bettcher[2], director del Departamento de Prevención de Enfermedades No Transmisibles de la OMS, quien señala, “La publicidad del tabaco está sometida a una reglamentación cada vez más estricta, por lo que las películas son uno de los últimos medios en el que millones de adolescentes presencian imágenes relacionadas con el consumo de tabaco sin ningún tipo de restricción”.
La idea especifica por parte de la Organización Mundial de La Salud, es clasificar de tal manera los contenidos explícitos de consumo de tabaco, dentro de las películas, evitando así que se tergiverse el mensaje más allá de una simple trama ficticia, ya que las escenas pueden potenciar y incentivar a tal punto, llevando a los jóvenes a fumar. Como ya podemos entender las películas exponen al espectador joven e inmaduro a numerosas escenas de violencia, acción, drama, etc. El tema se compleja y tergiversa, cuando las practicas vistas en la pantalla, se llevan a cava de forma repetitiva, llevando a un consumo.
Un estudio organizado por el científico Alemán Reiner Hanewinkel [3], arrojo que los jóvenes poseen mayor influencia de personajes que fuman en escenas dentro del cine, que observando a sus propios cercanos. De hecho, señalaba que el tabaco envía un “potente y tentador mensaje”. Estos dichos mensajes, elaboran una concordancia con la inmadura personalidad de los jóvenes, haciéndoles creer que se ven mimetizados con un par. Adoptan los estereotipos de rudezas, y ponen el fin de una fachada consumiendo tabaco.
Esto sucede netamente por una búsqueda de personalidad. Les llama más la atención los estereotipos que intrigan a las demás personas. el querer conocer ese mundo interior, del hombre o mujer que permanece callado, y que curiosamente sostiene un cigarrillo. No son los mejores ejemplos a seguir, pero básicamente es el recurso que durante años se ha expuesto y se seguirá
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