“EL SUEÑO” (O MEJOR DICHO...LA PESADILLA)

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Si alguien tenía que desaparecer era el monstruo. ¿por qué no?, total…él estaba allí, no porque se “lo ganó”, sino a costa del dolor de alguien más…(yo???).

No, no, ¡no! ¿Qué ideas se le pasaban por esa cabeza loca??? Pero… si los demás estaban dispuestos a convivir de esta manera, que ya se estaba tornando insostenible…ella no sería cómplice. ¡No!, iba a terminar de una vez por todas con esa situación. Alguien estaba de más allí. Era ella, o él. “Emoción violenta” dirían los diarios, o “actuó en defensa propia”. Sacó el arma, lentamente, como si sus pasos le pesaran, sin pensar en nada, se dirigió al tercer piso. Allí estaba el monstruo, en su despacho, hundido entre expedientes, con el exceso de realidad característico de los monstruos…de espaldas a la puerta, sentado en su silla, que hacía girar mientras hablaba por teléfono y se reía. El ambiente estaba pesado, el olor a tabaco impregnaba el lugar. Ella entró y esperó que se diera vuelta. Cuando lo hizo comenzó a gritarle: ¡¿”QUE HACÉS ACA?!, ¿POR QUÉ NO GOLPEÁS ANTES DE ENTRAR?, QUÉ… fue lo último que alcanzó a decir antes que ella vaciara el cargador sobre su delgado e insignificante cuerpo. Quizás si hubiera tenido el apoyo de sus compañeras, la fuerza que le podría dar su familia, la valentía que no encontraba dentro suyo… todo hubiera sido diferente, realmente se habrían transformado en un verdadero grupo de trabajo. Pero no… no…no…

El canto de los pájaros la despertó como todas las mañanas, hacía mucho frío afuera, se daba cuenta por el vapor que se levantaba como un vaho. El sol aún no había hecho su aparición, se desperezó, no había dormido bien…

“¿Qué sabemos del horror a la muerte? ¿Qué hacer con el amor mientras la vida? ¿Qué hacer con la locura cuando nos inquiere desde su noche habitual?, lo temido llegó y no puedo en esta vuelta seguir huyendo. Llegó y me inquiere, me inquieta de tal forma que no puedo dejar de pensar…”

@lee