ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN EN DESARROLLO HUMANO
Enviado por Helena • 4 de Abril de 2018 • 1.494 Palabras (6 Páginas) • 337 Visitas
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Desde mi adolescencia, hasta mis 24 años era una joven muy temerosa de hablar con mis padres sobre mi sexualidad, debido a la forma en cómo me formaron, esto me llevo a convertirme en una mujer que le cuesta expresar sus emociones, me exijo demasiado a mi misma e inconscientemente busco aprobación de los demás para sentirme bien. Hoy me puedo dar cuenta que todo lo que soy, mi manera de hablar, de pensar, de expresarme, de sentir, de relacionarme con mis amigos y con mis exparejas, han sido un modelo que mis padres me enseñaron desde pequeña.
Este libro me hace comprender que mi sexualidad es esa energía que me mueve en el presente. Dicha energía está muy relacionada con el intercambio afectivo que he tenido desde mi infancia, y hoy se refleja en mi manera de valorarme y en mis relaciones interpersonales.
Me gusto mucho el tema de cómo los introyectos nos hacen abandonar nuestra sabiduría organísmica, cuando niños actuamos por los impulsos y aceptamos todo lo que nos gusta y si algo nos incomoda lo desechamos y establecemos limites fácilmente, pero el amor condicional de nuestros padres, nos hace comportarnos según los valores puestos por otros, para no perder el amor. Es así como vamos perdiendo nuestra valoración personal, desconfiamos en nosotros y gastamos toda la energía para quedar bien con los demás, incluso podemos llegar hasta el punto de mendigar amor y nos olvidamos por completo que somos nosotros mismos a través de la sabiduría organísmica quienes podemos satisfacer nuestras propias necesidades.
Otro elemento que pude apreciar del libro es, cómo influye la sexualidad en las relaciones interpersonales; reafirmando una vez más la aceptación incondicional a mi prójimo y que la persona es valiosa por sí misma, independientemente de sus condiciones.
Personalmente siento que la sinceridad y la aceptación del otro ayuda muchísimo a la comprensión empática de mi entorno. Cuando me niego a comprender o aceptar determinadas conductas de las personas, la relación se hace lejana, cargada de amenazas, juicios e incomodidad; mientras que, cuando hay una conexión sincera y autentica con la persona, hasta el punto de reflexionar dentro de mi misma lo que me molesta del otro, puedo llegar a aceptarlo, apreciarlo e incluso admirarlo; es decir, mis relaciones interpersonales pueden mejorar muchísimo si trabajo en tener encuentros de confianza mutua, respeto y congruencia entre lo que hay adentro de mi y lo que puedo llegar a expresar.
En esto de los encuentros que ayudan, seria también importante comprender que no se juzgan a las personas, se juzgan las conductas y que los límites solo van enmarcados a la conducta y no a los sentimientos. Al sentirme libre y sin restricciones de expresar mis sentimientos o emociones, seré capaz de crear nuevas expresiones en mi sexualidad, me sentiré segura, libre y totalmente responsable de mi desarrollo.
Para mí, ha sido difícil soltar experiencias pasadas muy dolorosas, pero me gusta como el libro me invita a hacer una revisión de eso que paso y dignificarlo, hoy puedo darme cuenta que a pesar de todo, lo malo siempre deja un aprendizaje, lo importante no es lo que paso, sino la forma en cómo hoy puedo asumirlo y encontrar los aspectos positivos que surgieron a partir de esas experiencias desagradables.
Un último elemento que cuido mucho y para mi es importante, es mi cuerpo. Me parece interesante como el autor hace las reflexiones de ver a nuestro cuerpo como un templo; es decir, una unidad integrada por lo físico, lo espiritual y emocional que solo yo puedo cuidar, solo yo puedo conocer y amar; simplemente necesito aprender a escucharlo y mi cuerpo me guiara para su cuidado.
En general toda la lectura me invita a tomar consciencia de mi interacción personal y la manera o modelos de comunicación que estoy practicando con los demás. Me dice que necesito cuidar la conexión conmigo misma para poder establecer relaciones genuinas y transformadoras. Amarme, conocerme, respetarme, cuidarme y apreciarme, entrar en una profunda relación con mis sentimientos, con mi espiritualidad y mi cuerpo; y al hacer esto, podré apreciar, amar al prójimo y disfrutar plenamente mi sexualidad.
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