Factores de Riesgo en la Adolescencia

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A continuación se describen las distintas insatisfacciones de las necesidades psicológicas básicas

2.1.1.1- Autoafirmación.

La necesidad de autoafirmación surge durante la edad de los 2-3 años, según Erik Erikson. En esta etapa el infante intenta conocerse a sí mismo tras haber establecido unos vínculos afectivos con los educadores. Primero comienza a reconocer a sus padres como “papá” y “mamá”, luego a los padres de los demás y finalmente toma conciencia de sí mismo. Posteriormente llega la sensación del enfado, tras considerar las cosas como suyas y sentir la necesidad de delimitar el propio territorio.

El niño siente la necesidad de hacer cosas por sí mismo. Este paso es importante porque desarrolla una independencia y se debe dejar que el niño haga las cosas por sí solo aunque éste se equivoque. Tras haber logrado la tarea que él mismo quería hacer se sentirá realizado, cosa que fomentará una futura autosuficiencia.

Las consecuencias que puede conllevar la privación de la autoafirmación pueden variar dependiendo de

2.1.1.2- Independencia

La independencia es un rasgo que viene seguido de la autoafirmación. Tras el periodo en el que el niño es consciente de su existencia y de su persona éste empieza a despegarse más de sus educadores queriendo valerse por sí mismo. Esto desembocará en una futura autodeterminación en la que el adolescente, ya definido, podrá prescindir de sus padres para tomar sus propias decisiones.

Una excesiva permisividad por parte de los tutores en la época del desarrollo de la personalidad, puede desembocar en un descontrol del propio adolescente. Al no tener unas bases educacionales marcadas parcialmente, éste puede tomar la independencia proporcionada por los padres como una vía libre para establecer su propia libertad sin importar los límites.

2.1.1.3- Autoestima

La autoestima es la capacidad de valorarse a uno mismo por ser quien se es. Es preciso que los tutores sepan dotar al infante de una autoestima correcta para su futuro desarrollo y el afrontamiento en la etapa de la adolescencia.

Una baja autoestima se verá reflejada en el adolescente de una manera negativa, ya que este tendrá más dificultad para relacionarse con otros semejantes al sentirse inferior a ellos. Además aumentará las probabilidades de caer en un prematuro consumo de drogas al no tener un carácter marcado.

2.1.2 Patrones inadecuados de educación

2.1.2.1- Sobreprotección

La sobreprotección consiste en la excesiva protección que ejercen los educadores entorno al infante. A una edad temprana, la sobreprotección es peligrosa porque impide que el niño desarrolle su propia independencia y su capacidad para tomar decisiones.

Las consecuencias a las que la sobreprotección puede llevar en un adolescente son: el retraso de la adolescencia; ya que los padres no otorgan la autosuficiencia al niño para que haga su vida. Además acobarda al adolescente, el cual no conoce sus propias limitaciones y está siempre buscando la aprobación de los tutores.

2.1.2.2- Autoritarismo

Las personas autoritarias intentan conseguir sus objetivos imponiendo sus criterios mediante presiones, de este modo ejercen frustración en cualquier intento de resolución personal de problemas del adolescente. El niño educado autoritariamente será muy dependiente, ya que se le acostumbra a ver sus dificultades aparentemente resueltas, mediante la censura de toda iniciativa por su parte. Convertido en adolescente, un niño semejante tiene dos posibilidades: una de ellas es revelarse contra toda autoridad, pudiendo llegar a conductas antisociales; pues vivirá el mundo como algo hostil y represor de todos sus deseos; por consiguiente, buscará satisfacción en pequeños grupos marginados, que no le servirá para modificar su visión infantil y crecer efectivamente.

2.1.2.3- Agresión

La agresividad está relacionada con el autoritarismo por parte de los padres y con la imposición de disciplina mal entendida. La obediencia se consigue a base de miedo y es frecuente que la disciplina sea violenta física o verbalmente. El grado de autoritarismo es tal que puede llegar a la agresión física y psíquica.

El adolescente agredido puede repetir estas actitudes con sus compañeros, y en una edad adulta repetir el comportamiento agresivo.

2.1.2.4- Permisividad

La permisividad parental; en yuxtaposición a la ya citada antes: la sobreprotección, ha resultado ser igualmente nefasta para el desarrollo emocional y social de los niños. La estructura permisiva corresponde a comunidades familiares en las que los padres no asumen sus responsabilidades ni establecen ningún tipo de normas, lo que conduce a los hijos hacia una desorientación peligrosa. Pensemos, por ejemplo, en el alcoholismo y en otras drogodependencias.

2.1.2.5- Autoridad dividida

El adolescente recibe pautas de conducta diferentes por parte de sus progenitores y como consecuencia las normas de comportamiento no quedan claras y se difumina el modelo de conducta a seguir.

2.1.2.6- Ambiente frustrante

Se puede crear con la aparición de todos los factores anteriores o unos en más medida que otros, creándose una atmósfera en la que una educación correcta es prácticamente imposible.

2.1.2.7- Sexualidad mal orientada

Cuando por la presencia de prejuicios en relación con los temas sexuales, la comunicación en esta esfera queda restringida a un tema tabú y el adolescente busca por otros medios sus propias respuestas e informaciones o en muchos casos mantiene grandes lagunas que le acarrean grandes problemas por el desconocimiento, la desinformación y la formación de juicios erróneos en relación con la sexualidad.

2.2- Factores de Riesgo Sociales

La salud social es el estado de bienestar que posee una persona dentro de un determinado entorno, así como su habilidad de interaccionar con él satisfaciendo las relaciones interiores.

La adolescencia se caracteriza por ser una etapa crítica donde se producen importantes cambios conductuales, físicos y sociales.