Foucault introduce haciendo énfasis en cuestionarse por qué resulta tan difícil definir lo que es la enfermedad y salud psicológica

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La relevancia de esta problemática produjo que la noción de enfermedad como realidad independiente comenzara a verse desplazada y se buscaran nuevos métodos y conceptos. Se comenzó a dar importancia a reacciones globales del individuo, a la enfermedad ya no se la concibe como un corte abstracto sobre el devenir del individuo enfermo. Entonces, en patología mental, la enfermedad sería la alteración intrínseca de la personalidad. Los esfuerzos se dirigieron entonces en definir las enfermedades mentales según la amplitud de las perturbaciones de la personalidad, las cuales se dividieron en dos grandes grupos: Psicosis y Neurosis. En general, se clasifican en la psicosis la paranoia y todo el grupo esquizofrénico, y entre la neurosis, la psicastenia, la histeria, la obsesión, la neurosis de angustia y fóbica.

La personalidad se convierte entonces en el elemento en el que se desarrolla la enfermedad y el criterio que permite juzgarla; es la realidad y la medida de la enfermedad a la vez.

Aunque el autor reconoce un significativo progreso en esta nueva manera de entendimiento de lo que es la enfermedad en la patología tanto mental como orgánica, cree que aun así, no resulta pertinente trabajar esta totalidad de la misma manera en ambas disciplinas, esto lo justifica planteándonos que existen tres niveles fundamentales en los cuales lo mental y lo orgánico no son coherentes entre sí, y por lo tanto se debe tratar de manera completamente distinta, estos niveles son lo que él define como la abstracción, lo normal y lo patológico, y lo relacionado a lo que llama el enfermo y el medio.