LA FELICIDAD COMO INSTRUMENTO DE CONSUMO CULTURAL.

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Una vez entendido lo anterior es considerable tomar en cuenta que el consumo cultural es derivado de las prácticas que realizan los individuos en cuanto al acceso de las ofertas culturales a la cual podrían tener acceso, y es aquí donde nuevamente es perceptible la distinción social en relación con el poder adquisitivo, pues es reconocido que no cualquiera tiene acceso a ver un espectáculo del Ballet Folclórico de Amalia Hernández en el palacio de Bellas Artes donde los precios no son nada accesibles para aquellas personas que los días de quincena perciben menos del salario mínimo, entonces seria prudente cuestionarnos ¿Cómo aun a pesar de ser prácticas culturales, tan populares y comunes están restringidas solamente para aquellos que puedan costearlas?, el resultado es sencillo porque la cultura también forma parte del proceso cíclico del consumo donde no solamente se inscriben significaciones sino que también se acentúa la exclusión social. Mucho de anterior podría atribuírsele a la forma de gobierno por la cual nos regimos los mexicanos donde las carencias en diversos ámbitos repercuten como lo es en la educación por mencionar alguna, sin embargo, esto sólo sería uno de los muchos aspectos que contribuyen para que la practicas sociales se legitimen, tanto que hasta las celebración de corte religioso también se comercializan pues en cada uno se cobra una cuota para oficiar una misa o bien cada domingo se pide la respectiva limosna y de no contribuir puedes pasar tu día sintiéndote mal por la mirada que te hecho el compañero de banca cuando se percató de que no diste ni un peso, ejemplos como estos hay infinidad todos y cada uno relacionado con las expresiones culturales de los hombres y mujeres en sociedad.

Por otro lado las clases medias no tienen tanto interés en asistir a algún museo o apreciar el espectáculo de ballet folclórico debido a que tienen otras prioridades, uno pensaría que una de sus prioridades seria cubrir sus necesidades básicas pero no del todo debido a que las clases medias están más apegadas a las practicas de consumo, donde lo que más se consume son productos electrónicos como las grandes pantallas HD o bien los mejores celulares eso si en pagos chiquitos y todo esto con el anhelo de pertenecer o llegar a pertenecer a una clase superior. Otro aspecto que caracteriza las prácticas de las clases medias son las inversiones que hacen en las fiestas patronales o en las de carácter religioso como los XV´s años, las bodas o los bautizos donde son capaces de alimentar a mil personas y de lucirse en los preparativos de dichos festejos, dejando de la lado aspectos prioritarios como la adquisición de una vivienda propia o de servicios como agua potable, luz, etc. Pues tienen bien instituido que así debe hacerse puesto que generación con generación se nota que estas prácticas no tienen una próxima fecha de caducidad, por el contrario cada vez es más frecuente que estas prácticas tengan más relevancia en la industria debido a que día con día es mayor la oferta de artículos y servicios que ofrecen para las celebraciones.

En otro orden de ideas dentro del proceso de consumo existe un elemento que tiene gran implicación las necesidades, muchos asumen que las practicas de consumo son derivadas de la necesidad las cuales suelen ser clasificadas siendo las más comunes “las necesidades básicas”, aspecto que se emplea de argumentación para aquellos que cuando compran alguna prenda para saciar la necesidad de vestir consumen de determinadas marcas y determinados costos, lo mismo sucede cuando tenemos hambre nadie determina que por tener hambre vayamos comprarnos una Big Mc con papas y refresco grandes; sin embargo todo esto tiene relación directa con las “presentaciones culturales que son el resultado de la interiorización de determinaciones de la sociedad y de la elaboración psicosocial de los deseos” (García, 2006) o sea que en gran medida los aspectos culturales determinan y acentúan lo que se consume y cómo se consume, esto es que el grupo al que se pertenece dicta que necesitamos ciertos objetos los cuales posteriormente apropiamos, por lo que podemos decir que las necesidades son construidas por la sociedad donde no necesariamente se consume un objeto por su valor de uso sino más bien por lo que él objeto le proporciona a quien lo compra, es decir, que no todos compran un teléfono celular para llamar que esa sería la razón más lógica sino que ahora compran el que les proporciona cierto “estatus” como es el caso del Iphone de la marca Apple que en su mayoría es reconocido por el valor social que le proporciona a quien lo compra más allá de las utilidades que el móvil pueda tener porque no es lo mismo tener un Iphone a un Galaxi aunque ambos equipos ofrezcan funciones similares.

Ahora bien será preciso definir al consumo cultural como “el conjunto de procesos de apropiación y usos de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio” (García, 2006), entendiendo que en torno al consumo cultural se generaran significados los cuales serán posteriormente apropiados para aterrizarlos en las prácticas cotidianas de la vida diaria aspecto que consolida el consumo cultural, cabe aclarar que no necesariamente quienes realizan un consumo pueden homogeneizarse puesta idea sería un poco absurda esto porque no todos tienen los mismo intereses, por el contrario, es necesario tener claro que existen grandes grupos diferenciados o más bien tanta diversidad que la industria cultural produce artículos y servicios que puedan adecuarse a cada grupo y ser de su agrado con base en su sistema de significaciones haciendo crecer los mercados produciendo mayores opciones para las distintas inclinaciones, para ilustrar mejor eso proponemos el ejemplo de la industria musical debido a que ha sido la encargada de generar una gran diversidad de contenidos, esto a consecuencia de los distintos gustos que poseen todas las personas dando como resultado la ampliación del mercado para insertar nuevos géneros los cuales son apropiados y dotados de significados.

Es así como el consumo cultural ha tenido gran relevancia en las practicas de consumo, por una parte la gran oferta de opciones que emplean tomando en cuenta el sector o grupo social del que se provenga y por otra por las significaciones y apropiaciones que se le atribuyen a los objetos o servicios que brindan las distintas industrias con la finalidad de generar una ampliación o bien una “inclusión”.

La Felicidad

El estudio de la felicidad ha sido por un largo tiempo del dominio de filósofos, en cambio, en la actualidad estudiosos de las ciencias sociales han tenido implicación en la investigación de este tópico algunos de ellos comunicólogos