NIETZSCHE: RAZON Y TRAGEDIA CONCEPCION DEL INSTINTO EN NIETZSCHE
Enviado por mondoro • 22 de Junio de 2018 • 2.529 Palabras (11 Páginas) • 495 Visitas
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Observar e interpretar es función del poeta. Su creación interpreta la figura onírica por la forma de su realidad diurna; así lo da a conocer. Trata de dar forma nueva a aquello que le otorga el sueño, cruzando el umbral que les comunica. Contemplación y minuciosidad hay en su mirada. Relación directa. El ojo diurno da forma nueva a la verdad que el sueño regala. Y la verdad en Apolo la de la bella apariencia donde el concepto no media aún.
El sueño es subjetivo, por ello esa habilidad solo es visible en el orden seguido por las imágenes y en ellas mismas, los obejtos y los sucesos una coherencia determinada, pero por la forma en que ahí son expuestos, se presentan como apariencias y no como lo que son realmente.Apolo es forma y luz. Apolo es línea. Línea en la medida, línea en la forma, línea en la sustentación del mundo, a todo se le pone límites, su comprensión y verdad están en la configuración de las líneas, en el armazón que se construye, en lo que ordenadamente se integra.
El recorrido de la duplicidad va de la forma a la intensidad, de la intensidad a la forma. La forma y lo que le desborda. Se revela en la conjunción de lo que vela por lo que devela. Ocurre que de tiempo en tiempo Dionisos pulsa la forma, la habita, y así se muestra e intensifica la figura pues la deja flotando en la intensidad. La amalgama abre el ritmo incesante de la mutua provocación.
Apolo significa también el arte de conocer las cosas por medio de ciertas argucias, es prospectivo.
SUBJETIVIDAD Y OBJETIVIDAD EN EL ARTE GRIEGO
Nietzsche dice que Homero y Arquiloco sostienen una relación directa con la experiencia sionisiaca, su obra es de carácter apolíneo y representa la capacidad para comuinicar su experiencia sobre la verdad originaria, es decir, el conocimiento adquirido e el extasis dionisiaco. La interpretación afectuada en la época moderna supone que Homero es un poeta objetivo y que Arquiloco es el primer artista subjetivo.
Por otro lado, lo dionisíaco, ajeno en principio a esta cultura fundada en lo apolíneo surge como visitante que trastoca el orden establecido. Contra el tipo de bárbaras festividades los griegos estuvieron protegidos durante mucho tiempo por la figura de Apolo. Esa defensa contra el influjo de ritos extranjeros (bárbaros) está consignada en el arte dórico.
Dos vertientes ven sucumbir el orden apolíneo. Por un lado a través del influjo de fiestas extranjeras hechas de voluptuosidad y crueldad donde el desbordamiento sexual era su centro. Y por otro, desde dentro, desde el centro mismo de su imperio como un germen que brota de la misma raíz de la cultura que rige Apolo. Como aquello que brota del seno mismo de la luminosidad apolínea. Es pues, una visita tanto de fuera como de dentro. Dionisos se concibe como el visitante que aunque extranjero ocupa siempre un privilegiado lugar en el panteón de los dioses natales.
El Apolo homérico sin la llegada de Dionisos corría el riesgo del anquilosamiento y lo dionisíaco en la misma medida se salva del furor, de sucumbir ante su desbordada fuerza. Uno de los hechos que más claramente muestra el influjo dionisíaco está dado en el ámbito musical. Con horror y espanto fue recibida la música dionisíaca. Es la llegada de un sonido estremecedor que combina melodía y armonía con sonidos que quieren romper, algo allí aspira a exteriorizarse. Un sonido que no podrá más que arrasar con el sonido rítmico de la cítara donde éstos son tan sólo insinuados.
Para la llegada de tal música, fue necesario un nuevo mundo de símbolos más completo y en expansión que combinara la rítmica, la dinámica y la armonía y que además tuviera en cuenta la expresión corporal entera. La reconciliación trae consigo la intención de una forma simbólica expansiva acorde a las pretensiones expresivas de ese nuevo visitante que es tan sólo el velo que pone Apolo a un mundo descomunal. En esa concordancia nace el ditirambo dionisíaco.
PRESENCIA DE LO APOLINEO Y LO DIONISIACO EN LA ESFERA DEL MITO
Nietzsche de vale de apolo y Dionisos para explicar en que consisten los elementos fundamentales del arte. Las manifestaciones artísticas de los griegos antiguos estann sólidamente ligadas a su vida religiosa, es conveniente exponer como se afectua en ese ámbito la unión entre esos impulsos y señalar cuales creaciones estéticas resultan de este circulo mistico.
Sobre la necesidad descansa el modo de vida del pueblo griego para afrontar la adversidad y crear el espejismo de la belleza. Ese modo de vida es exuberancia, riqueza, excitabilidad, ímpetu que supera, encubre, sustrae a la mirada el designio de la sabiduría silénica. Ante el destino siempre incierto, ante la moira despiadada, ante aquella naturaleza abrumadora representada en sus mitos, se pone el velo que sustrae la mirada hacia un mundo artístico. Delante del horror y el espanto, el hombre griego pone bajo el mandato de Apolo el velo que viene del sueño y se manifiesta en las imponentes figuras de los seres olímpicos. La mirada es ahora cubierta, velada por Apolo para poder ver sin sentirse oprimido, iluminada para poder vivir. La disociación del concepto estético del ético es hoy una realidad fehaciente. El abandono de una objetividad trascendente, de un criterio universal por gran parte de la conciencia humana no es un hecho baladí.
Apolo y Dioniso son las dos divinidades elegidas por Nietzsche como doble fuente del arte. Apolo representa el principio de individuación y es el responsable del arte figurativo, poético y conceptual. Su fuerza es onírica, ya que en el sueño es donde el hombre se convierte en un artista completo, todo lo que sueña es una creación suya, por lo que todas las figuras le dicen algo. Apolo es el resplandeciente, el que hace visible formas e imágenes; es creador de ficciones, el dios de la verdad: una verdad que parte de una realidad imperfecta, pues el mundo sólo es una imagen, una apariencia… sólo existe en el sueño. Dionisio, por su parte, refleja lo instintivo, el retorno a la unidad, lo múltiple. Es una divinidad jovial y pulsionante que juega con la embriaguez, la inconsciencia y el olvido. Dioniso desaparece todos los límites. Bajo su fuerza el hombre se convierte en arte y artista al mismo tiempo; el impulso y el cuerpo se ven exaltados y acrecentados; la vida se expresa desde su forma más primordial. Es un dios creador y destructor, cruel y sublime, todo a la vez. Se les dijeron símbolos alusivos a esta anímicos diferentes y como componentes que conjutamente fundamentan el arte.
PRESENCIA DEL PSIMISMO EN EL ORIGEN
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