TP psicologia social la educacion sexual de los hijos
Enviado por Jillian • 13 de Abril de 2018 • 6.622 Palabras (27 Páginas) • 327 Visitas
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La familia, gracias a su configuración institucional, se transmite a nuevas generaciones. La internalización de la realidad se realiza por la socialización, que comprende dos etapas: socialización primaria y socialización secundaria.
El primer proceso es aquel que el individuo atraviesa durante sus primeros años de existencia y tiene como resultado y objetivo principal convertir al infante en miembro de la sociedad. La “socialización primaria” es la más importante, ya que incluye la adquisición de normas, hábitos y comportamientos por parte del sujeto que, al interiorizarlas, se convierte en un ser social. La familia socializa a sus miembros creando un sentimiento de pertenencia de grupo, por los valores y actitudes demostrados, sumado a una fuerte carga afectiva. Esta socialización crea en la conciencia del niño una abstracción progresiva que va de los roles y actitudes de otros específicos a los roles y actitudes en general.
Cada vez que un niño ingresa al mundo trae con él una unidad de memoria vacía que da la oportunidad de llenarse durante el proceso de sociabilización, que lo llevará a convertirse en persona. “El niño acepta los roles y actitudes de otros significantes, o sea que los internaliza y se apropia de ellos. Y por esta identificación con los otros significantes el niño se vuelve capaz de identificarse a sí mismo” (Berger y Luckman, 1972: 165)
Esta abstracción de los roles y actitudes antes mencionada se denomina “el otro generalizado”, que implica la identificación del sujeto con una generalidad de otros, con una sociedad. De esta forma es como se internalizan la sociedad junto a la realidad: Los niños se apropian de los roles, actitudes y valores de las personas que les importan (padres, hermanos, maestros, amigos...) y se identifica con ellos. Los miembros de la familia actúan como los otros significantes: según definen Berger y Luckman, son aquellas personas con las que los niños se identifican y de las cuales toman los roles y actitudes para así poder formar una identidad diferenciada del resto (llamado self), pero reflejada en lo que significan para ellos. Este es el primer paso hacia la identidad. La aparición del otro generalizado en la conciencia marca la finalización de la socialización primaria y marca el comienzo de su continuación: la socialización secundaria.
Antes de desarrollar este último concepto, se mencionará la primera pregunta de la encuesta que se le ha hecho a 50 padres del conurbano bonaerense, que se anexó a este ensayo: “¿cuál cree que es la persona adecuada para hablar sobre sexualidad con los niños?”
[pic 1]
En el gráfico 1 se puede observar que se destaca la respuesta “ambos”, haciendo referencia tanto a la madre como al padre.
Más atrás se posiciona, tal vez de una forma un tanto esperable, sólo la madre; pero lo que realmente llama la atención es que se destaquen por sobre la figura paterna de la familia, los “profesores” de la institución educativa a la que asisten los niños y más aún, el concepto de “otros”.
El rol que ocupa la madre en la familia siempre fue el de conciliadora, permisiva, atenta al bienestar de los hijos y del hogar; mientras que el padre era quien debía salir a trabajar para sustentar económicamente al grupo familiar. En lo últimos años esto cambió, la mujer ya no se queda en su casa realizando tareas domésticas y cuidando a los niños, sino que adquirió independencia tanto económica como laboral. Pero a pesar de esto, aun sigue ocupando el rol de consejera y de “voz autorizada” para tratar ciertos temas.
Es de público conocimiento que algunos padres prefieren evitar hablar del tema ya que[f] piensan que dando información de este tipo a temprana edad se promueve la actividad sexual promiscua, cuando en realidad están privando a sus hijos de información de suma importancia, ya que “sexualidad” no es sinónimo de “sexo” ni de los peligros que conllevan las relaciones sexuales, como los embarazos no deseados y las enfermedades venéreas, sino que incluye otras variantes. Entre ellas podemos mencionar las diferencias entre el cuerpo femenino y el masculino, los cambios hormonales, el embarazo, la lactancia, sumado al amor, confianza y respeto al propio cuerpo y por sobre todas las cosas, al del otro. Esto último es muy importante, ya que gracias a la familia el niño inculca valores y aprende a relacionarse con los demás.
Pero lo más importante es que al no hablar de sexualidad en la familia también se está enseñando: indirectamente al niño que es un tema tabú, que no debe tratarse y puede llegar a verlo como algo prohibido o sobre lo que avergonzarse; cuando en realidad somos biológicamente seres sexuales que nos relacionamos, tenemos compromiso y comportamiento sexual. También es relevante que al momento de encarar dicha temática, ambos padres se pongan de acuerdo en la educación que le brindarán a sus hijos, para evitar contradicciones que generen confusión.
El alcance de esta institución “la familia”, en la estructura social, es evidente y reconocida por todos sus miembros.
LA ESCUELA Y LA EDUCACIÓN SEXUAL.
Al igual que en la primer pregunta citada, también hubo un tinte de unanimidad en la respuesta al consultar si es necesaria la educación sexual en las escuelas. Con lo cual se infiere que los padres de hoy en día, miembros fundamentales del agente socializador por excelencia, creen que familia y escuela deben transitar juntos el camino del inicio de la sexualidad en los jóvenes. (Ver gráfico 2)
Como se mencionó anteriormente, es a partir de la abstracción progresiva de los roles y actitudes que se conforma la propia identidad y sobre todo, la conciencia generalizada, que es lo más importante que logra el individuo en esta etapa porque le permite el pasaje a la socialización secundaria. Dicho proceso introduce al individuo (ya socializado) a sectores específicos del mundo social, donde ya no son necesarios lazos afectivos con los significantes para para poder hacer propios los conocimientos que le transmiten, aunque esto no implica que los efectos de la socialización secundaria sean menos duraderos o poco influyentes, ya que a través de los mecanismos de control social, pueden ser internalizados con la misma efectividad que aquellos adquiridos en la infancia gracias a la familia.[pic 2]
La escuela se encuentra dentro de estos procesos de “socialización secundaria”, donde se producen los primeros intercambios con sujetos que no pertenecen a la familia y se proporcionan competencias específicas.
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