ADULTOS MAYORES.
Enviado por Jerry • 26 de Marzo de 2018 • 4.924 Palabras (20 Páginas) • 364 Visitas
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Caso 4: Anita, de 37 años, tenía dos hijos y cuatro nietos. ¨Mis nietos son como mis hijos ¨, decía. ¨Jamás llegué a ser una abuela; soy la madre de los hijos de mi hija¨. Sus hijos trabajan para mantener a la familia mientras ella cuida de los nietos antes y después de trabajar en una guardería diurna. No le gusta lo que le tocó en suerte en la vida y piensa que sus nietos se ven privados del amor y el cuidado que les hubiera podido prodigar en caso de no haber vivido en estas condiciones. ¨Trato a los chicos como si fueran equipaje...no hay tiempo para jugar. No soy como esa magnífica abuela que supe tener en el campo. Mis nietos no tienen una verdadera abuela; a lo sumo, una madre y media¨. Nuestra investigación demostró que idealmente es beneficioso para la gente tener un período para sí misma entre el momento en que sus propios hijos logran su independencia económica y el momento de asumirse como abuelos comprometidos. Este ¨pulmón¨ genera entusiasmo en los adultos respecto de la posibilidad de convertirse en abuelos. Desafortunadamente, los habituales enfoques discriminatorios por la edad crean problemas. El culto a la juventud, que tiene tanta penetración en nuestra sociedad, deja poco espacio para festejar la abuelidad, la cual se toma como el equivalente de volverse ¨viejo¨.
Abuelos insensibles.
Los abuelos insensibles pueden provocar la fractura de la armonía matrimonial en parejas no consolidadas suficientemente y pueden generar tensiones familiares que afecten a las tres generaciones.
Caso 5: El Sr. P. se apartaba de su pequeño hijo cada vez que venía de visita su suegra porque ¨ella sabía más que yo¨. No hacía de sostén de la joven pareja y trataba al yerno con poco respeto. En lugar de enfrentarla, el Sr. P. respondía pasivamente a su conducta dominante, incrementando así la distancia respecto de su hijo. Tal como lo manifestó, realmente estaba puesto a un lado. La Sra. P. estaba entrampada entre su madre y su marido. Solamente después de una consulta con los tres, el Sr. P. pudo ubicarse en el lugar adecuado. Su suegra se sorprendió al enterarse de los sentimientos de él, adoptando entonces un rol distinto, de consejera.
A veces, aquellos abuelos que no parecen encajar en una nueva rutina familar, logran adecuarse perfectamente al aumento de tamaño de la familia. Con un solo nieto, estos abuelos parecen demandantes, controladores o intrusivos, dando la sensación que intentan imponer sus métodos de crianza. Sin embargo, con la llegada de otros niños, cualquier tipo de ayuda por parte de los abuelos será bien recibida por los ocupados padres.
Caso 6: La Sra. Smith visitaba a menudo a su nueva nieta. Como vivía lejos, durante sus visitas solía convivir durante un tiempo con la joven pareja. Desgraciadamente, su ritmo para dormir y comer era distinto del de sus hijos y nieta. Se despertaba y se vestía más tarde que el resto de la familia. Sus horas de comida eran más tardías.
Ella deseaba una casa más calentita y sus hijos, ambientes más frescos. La nieta se
aprestaba a dormir precisamente cuando ella estaba lista para jugar. Su hija se quejaba del desfasaje de su madre respecto al resto de la familia. Con la entrada en escena de otros dos nietos, estas cuestiones pasaron a segundo plano. ¨Es tal la confusión¨, dijo su hijo, ¨que cualquier cosa que mi madre haga para ayudar, será maravillosa¨.
2. A que se refiere el restablecimiento del vinculo normal abuelo-nieto
El stress y las tensiones que afectan adversamente las relaciones intergeneracionales son frecuentemente aliviadas con una consulta oportuna. La puerta de entrada para introducir un enfoque intergeneracional dentro del sistema familiar puede ser tanto
el niño, como los padres o los abuelos.
La estrategia terapéutica para el tratamieno de la abuelidad patológica es relativamente sencilla. Consiste en el restablecimiento de las fronteras generacionales, el establecimiento de los roles apropiados y fomentando la relación directa entre las generaciones. En síntesis, se trata de restablecer el ¨orden natural de la familia¨ eliminando la tensión externa. Dicha ¨escultura¨ familiar puede ser de ayuda a las familias querellantes. Los individuos con una personalidad narcisista son más difíciles de ayudar, porque no suelen estar motivados para el cambio.
En el curso de nuestro trabajo clínico con familias, estamos incluyendo abuelos en todas las fases de los procesos evaluativos y terapéuticos. Como hechos de rutina: 1)entrevistamos a los abuelos de nuestros pacientes y los incluimos como aliados terapéuticos; 2) mandamos llamar a aquellos abuelos que han rehuido el compromiso, o que se han apartado, con el fin de suplir la vacilación de los padres: 3) aconsejamos y actuamos como continentes de las familias divorciadas para asegurar la integridad de la relación abuelo-nieto; 4) prescribimos, en los casos en que sea indicado, la terapia intergeneracional, empleando las técnicas de terapia familiar habituales.
Mostramos a los padres la singularidad del vínculo abuelo-nieto y que la naturaleza brinda a sus propios padres la oportunidad de serlo nuevamente. Dada esta nueva posibilidad, los abuelos suelen actuar más positivamente con sus nietos que como lo habían hecho con sus propios hijos... Intentamos marcar la importancia que tiene para un niño el tener un ¨nido¨ familiar armónico. La propia necesidad del niño de que sus padres y abuelos se lleven bien entre sí, puede constituirse en una poderosa fuerza emocional y motivante para que estos tiendan a limar sus diferencias. La gente suele hacer para sus hijos lo que no hacen para sí.
-Sindrome de la "abuela esclava" Desde el consultorio
Hasta el siglo pasado el rol de mujer mayor, abuela y ama de casa no dejaba otra opción que la atención de los nietos.
En sociedades industriales y competitivas, el mercado laboral abrió sus puertas a las mujeres
jóvenes y éstas se vieron obligadas por razones económicas a depositar en las abuelas la
atención de sus hijos
El "Sindrome de la abuela esclava" es una enfermedad frecuente, más de lo que se cree y no siempre diagnosticada. Se presenta en mujeres adultas en la plenitud de la vida, fuertes sanas, amas de casa, que se hicieron abuelas entre los 50 a 60 años, disfrutan voluntariamente del cuidado de los nietos. Son extremadamente responsables,
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