CONSTITUCION SUBJETIVA Autismo: stand by de Bejahung
Enviado por Christopher • 9 de Enero de 2019 • 2.425 Palabras (10 Páginas) • 359 Visitas
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Comenzaron las consultas con especialistas, descartando inicialmente causas físicas o neurológicas, luego otro tipo de evaluaciones y su diagnóstico fue, TEA. Por poco tiempo, se intentó estimulación temprana, luego distintas terapias conductuales, luego fonoaudiología y actualmente sumando maestra integradora. El niño fue creciendo, comenzó a gatear, después caminar. Si bien ese llanto imparable de a poco se iba calmando, aparecían otras acciones difíciles de parar como el aleteo y el caminar en puntas de pie.
Actualmente puede pasar horas frente a la tv, sin ver nada por la cercanía con que lo hace, al igual q otros entretenimientos rutinarios pero carentes de la fantasía lúdica del “como sí”. Tiene un repertorio de muy pocas palabras en su generalidad asociadas a satisfacer sus necesidades y su risa suena metálica, robótica, como una copia mal lograda de la risa de los demás.
Su madre se ocupa al máximo de este niño, siendo la encargada de la gestión de las terapias, su padre acompaña, de forma adecuada, pero se percibe algo de la obligación más que de la implicación e incluso exterioriza con bastante libertad el renegar de esta situación y de su paternidad “Si yo siempre quise ser soltero, quien me manda a mi meterme en esto, etc”. La madre excusándose en facilitar la dinámica familiar, le deja para el padre lo más fácil, “le dejo con lo que él puede”, es así que, el padre mayormente se encarga del hijo mayor, “el normal” y la madre del menor “el problemático”.
Este caso me habría generado muchas preguntas sobre el deseo materno y la función paterna en la constitución subjetiva de un niño. Ya que se percibía una madre que recibe con júbilo y alegría a su segundo hijo, “agradecida que la vida me de otro hijo, además me encuentra mejor preparada” (haciendo referencia a que ya no era madre primeriza y dando cuenta que para ella si es un buen momento). En cambio para el padre “ella sabía que no era el momento de tener otro hijo, no sé qué tenía en la cabeza”.
Hay señales que se trata de una madre neurótica, con las fallas que la estructura implica pero indicios de una salida bastante airosa del complejo de Edipo y operando la significación fálica. Supongo lo mismo el padre pero con la particularidad que este tiene una madre un poco más estragante, que al día de hoy rivaliza con su nuera por el amor y asistencia de su “hijito”.
Pero pese a todo esto con su primer hijo se ha manifestado el deseo y la metáfora paterna ha logrado quitar a ese niño de las fauces maternas. Pero algo de lo mencionado ha ocasionado tal diferencia en esta madre y este padre, para haber interpretado papeles diferentes en la historia de la constitutiva de su segundo hijo.
Lacan en sus Dos notas sobre el niño brinda una indicación breve pero contundente para el trabajo analítico con niños, dice “el síntoma del niño está en posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar”. El síntoma revelaría la verdad de los padres, la cual hace referencia a lo real, de algo que no anda, en lo que falla en la pareja parental.
Varias cosas habían comenzado a fallar en la pareja parental. Ella suele indicarle continuamente “no estas atado, si no estarías no sería tan diferente, porque es como si no estuvieras” y una posición gestora del cuidado y tratamiento de su hijo. Prácticamente, sin dedicarse a otra cosa, no volvió a ejercer su profesión y no ha logrado bajar de peso.
Por parte del padre que pone de manifiesto cierta sanción de inoportuno el nacimiento de su segundo hijo y responsabilizando solo a su mujer como única procreadora. Además que su propio padre habría sufrido un acv, ya no siendo una persona autónoma, este comenta “ese que está ahí no es mi viejo, no lo reconozco” la falta de un padre en funcionamiento, en función, lo hizo entrar en una pasividad de dicha función a él mismo con su hijo recién llegado.
Rosine y Robert Lefort refieren que el autismo “…no se trata sólo de una ausencia paterna, sino de una ausencia completada por una madre que no ha sabido a quien dirigir a su hijo”.[5]
Se trata de una madre que se niega a renunciar a su posición fálica y que toma a este hijo como objeto de su goce. Pero la oportunidad de pasar del goce materno al deseo materno requiere la mediación de un tercero, es lo que se denomina función paterna. El despliegue de la función paterna, en tanto mediadora en la relación madre-niño y logrando instaurar la significación fálica, depende en gran medida que el padre tenga con qué pero también que la madre lo facilite y permita.
Por otro lado, la mujer tiene un trabajo extra a la hora de ser madre. Eric Laurent plantea la necesaria sustitución del niño por la sexualidad. Le di varias vueltas al asunto y creo haber entendido a donde apunta este autor. En este sentido, lo esperable es que una mujer cuando es madre pueda relegar su sexualidad (algunas mucho y otras aunque sea un poco), pero, en algún momento será necesario recuperarla, hallar el equilibrio, es decir comenzar a gozar con otro objeto que no solo sea el bebe. Parece que los extremos generan que el goce se presente en un primer plano y el lugar que le queda es entonces el de ser objeto de goce para la madre. Para Eric es en estos casos donde la subjetividad del niño queda anulada.
A modo de Conclusión
Comprender las operaciones de la alienación y separación como operaciones fundantes de la constitución subjetiva, ambas instancias necesarias y generadoras de una marca que el sujeto llevara todo la vida e incluso que repetirá nuevamente esta dialéctica basada en la modalidad inaugural.
La alienación y también la separación dependerán de la conjugación de muchas variantes que desarrollamos anteriormente: presencia o ausencia el deseo materno, estructura y modalidad de goce de los padres, la función paterna y su posibilidad de metaforizar, las vicisitudes de la pajera parental, el contexto familiar y cultural. Y si todo se diera de la mejor forma posible, también podrá expresase algo de la propia elección del bebe ante de ingresar al mundo simbólico.
Para finalizar, hay muchas variantes de ingreso a lo simbólico, que determinara la estructura pero incluso hayamos una “alternativa” de restarse de este mundo, que ejemplificamos con el autismo. Dejare para otra instancia de la cursada el desarrollo del quehacer psicoanalítico en relación al autismo, pero deslizare la idea de que el psicoanálisis se presenta como la posibilidad de rescatar la subjetividad que ha quedado suspendida en un momento primitivo, posibilidad de dar “enter”
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