Cinco conferencias de psicoanalisis
Enviado por Albert • 19 de Abril de 2018 • 3.473 Palabras (14 Páginas) • 285 Visitas
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La idea de la resistencia, permitió a Freud fundar la concepción de los procesos psíquicos de la histeria y afirmaba que para reestablecer al enfermo era necesario suprimirla. Las fuerzas que se oponían a que lo olvidado se hiciese conciente en el enfermo, en calidad de resistencia, tenían que ser las mismas, que anteriormente habían producido tal olvido, y expulsado a los sucesos patógenos de la conciencia. A este proceso le dio el nombre de represión y se manifestaba por la innegable aparición de la resistencia. El motivo de la represión era la incompatibilidad de esa idea con el yo y de las aspiraciones éticas del enfermo.
En esta conferencia Freud cito a un caso, que se refería a una muchacha, que había perdido a su padre, a quien amaba, se había dedicado a cuidarlo durante su enfermedad y empezó a sentir una especial simpatía hacia su cuñado, sentimiento que le fue fácil ocultar, detrás del natural cariño familiar.
Cuando la paciente se encontraba con su madre de vacaciones, su hermana se enfermo y se murió y cuando vio a su hermana muerta pensó: “ahora el esta libre y puede casarse conmigo”; pero esta idea cayo rápidamente a la represión. La muchacha enfermo presentando graves síntomas histéricos, entonces comenzó un tratamiento con Freud y pudo recordar la escena y reproducir el momento patógeno, dando muestras de una inmensa emoción y quedando curada por completo.
Janet sostenía que el desdoblamiento psíquico se derivaba de una insuficiencia innata del aparato anímico para la síntesis, mientras que para Freud el desdoblamiento psíquico se debía al conflicto de fuerzas encontradas. Breuer ya había descubierto la conexión entre los síntomas y los sucesos patógenos o traumas, pero para Freud había que prescindir de la hipnosis para poder observar las resistencias, las represiones y para adquirir un conocimiento exacto del verdadero proceso patógeno.
En los enfermos neuróticos, la represión fracasaba, y si bien se había expulsado a la idea intolerable de la conciencia y de la memoria, ahorrándose, aparentemente, una gran cantidad de dolor, sin embargo el deseo reprimido perduraba en el inconsciente, esperando la ocasión de ser activado y cuando esta oportunidad surgía enviaba a lo conciente una formación sustitutiva disfraza de lo reprimido, a la que prontamente se enlazaban sensaciones displacientes. El producto sustitutivo de la idea reprimida era el síntoma, o sea que aparecía un padecimiento; y para la curación, era necesario que el síntoma sea conocido de nuevo y por los mismos caminos, hasta alcanzar la idea reprimida, ya que cuando se integraba lo reprimido a la conciencia, labor que solo se conseguía con el vencimiento de las resistencias, se podía hallar, gracias a la ayuda del analista, una mejor solución, en vez de la represión. El enfermo podía convencerse de que había rechazado injustificadamente al deseo patógeno, o podía sublimar, o sea dirigir este deseo hacia un fin mas elevado o conseguir su dominio conciente.
Tercera conferencia
En los enfermos, que se sometían al tratamiento psicoanalítico, actuaban dos fuerzas: una, la aspiración conciente de llevar a la conciencia los elementos olvidados, que existían en lo inconsciente y la otra, la resistencia, que era una fuerza que luchaba para impedir que lo reprimido o sus productos, se hicieran concientes. Cuando esta resistencia era nula o bien, muy pequeña, lo olvidado se hacia conciente sin sufrir ninguna deformación, mientras que cuando la resistencia era mayor, mas grande era la deformación, aunque la ocurrencia tenia semejanza con lo buscado, era como una alusión. La ocurrencia del paciente guardaba una analogía con el chiste, ya que ambos eran una alusión a lo reprimido.
Se denominaba “complejo” a una agrupación de elementos ideológicos conjugados y saturados de efecto. En el tratamiento analítico se partía de lo último que el paciente recordaba, para desde allí, buscar un complejo reprimido. El paciente le daba al analista sus ocurrencias espontáneas y todo lo que se le ocurría tenia relación con el complejo buscado, sin embargo había momentos en que el paciente se detenía, comenzaba a vacilar y afirmaba que no sabia que decir, que no se le ocurría nada y esto se debía a la influencia de las resistencias, que se disfrazan bajo la forma de distintos juicios críticos sobre el valor de la idea que en el había surgido y la retenía, no la exteriorizaba, ya que la rechazaba. En estos casos el analista debía decirle al paciente que no criticase sus ocurrencias, aunque las considera inexactas, sin conexión o falta de sentido, ya que no debía ocultar nada de aquello que se le ocurriese y si obedecía a estos preceptos se podía llegar hasta los complejos reprimidos. Si bien, a través de las ocurrencias, se podía llegar hasta lo inconciente, esta no era la única manera de lograrlo, también se conseguía a través de la interpretación de los sueños, la evaluación de las actos fallidos y los actos casuales.
La interpretación de los sueños era la vía regia para llegar al conocimiento del inconciente y la base mas firma del psicoanálisis. En los sueños se debía diferenciar el contenido manifiesto, que era aquello recordaba y relataba el paciente, de las ideas latentes, que permanecían en lo inconciente.
Tanto en la formación de los sueños, como en la formación de los síntomas, actuaba el mismo juego de fuerzas anímicas encontradas.
El contenido manifiesto del sueño era el sustituto deformado de las ideas inconcientes y esta deformación era obra de las fuerzas defensivas del yo, las resistencias, que durante el estado de vigilia impedían por completo, el acceso de los deseos reprimidos de lo inconciente a la conciencia, mientras que cuando el suelto dormía, las resistencias se debilitaban y los deseos inconcientes conservaban la suficientes energía, como para envolverse en un disfraz. Al 1 sujeto le costaba tanto reconocer el sentido de los sueños, como al histérico, la significación de sus síntomas.
La interpretación de los sueños era una técnica idéntica a la psicoanalítica. Los sueños se revelaban como una realización disfrazada de deseos reprimidos.
Freud denomino “elaboración del sueño” o “elaboración onírica”, a la deformación de las ideas latentes y en este proceso intervenían la condensación y el desplazamiento.
Las impresiones y los sucesos de la temprana infancia desempeñaban un importantísimo papel, con respecto al desarrollo del hombre.
En los sueños, el inconciente se servia, sobre todo, de un determinado simbolismo variable
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