El modelo dinámico

El modelo dinámico trata de conocer la estructura de personalidad de los sujetos por medio de las manifestaciones de la vida mental inconsciente; donde la conducta manifiesta se constituye por factores intrapsíquicos como impulsos, deseos, motivos y conflictos. Y donde las experiencias de la infancia tienen gran importancia para poder explicar la conducta actual de los sujetos.

La variable de estudio del modelo dinámico son las construcciones intrapsíquicas, los mecanismos y las estructuras de lo inconsciente, que forman la personalidad (Fernández-Ballesteros, 2013). Al mismo tiempo que su objetivo es el estudio de las funciones de lo inconsciente, que se manifiestan en la conducta. (Consuegra Anaya, 2010). Como lo expresa Fernández-Ballesteros (2013) al decir que:

Por su parte, desde el modelo dinámico se preconiza que el comportamiento puede ser explicado en función de una serie de construcciones teóricas internas que conforman la estructura de la personalidad y que, junto a una serie de dinamismos internos inconscientes, determinan la conducta, por lo que cualquier manifestación conductual será entendida como una expresión de una condición interna de la persona (C = fP)1. (p.39)

Con respecto a los métodos y técnicas, este modelo utiliza principalmente la observación clínica o análisis, las estrategias correlacionales y las técnicas proyectivas. (Consuegra Anaya, 2010; Fernández-Ballesteros, 2013). Los ámbitos de aplicación del modelo comprenden los contextos clínicos y de la salud, por basarse en el estudio de la conducta anormal.

Las principales críticas al modelo son que no se adapta a los métodos científicos debido a que es imposible comprobar sus conceptos y predicciones, y que las técnicas proyectivas que ha creado tienen problemas de fiabilidad y validez, ya que no se considera que exista objetividad en la valoración de las respuestas al instrumento ni se encuentra consistencia a través del tiempo (Fernández-Ballesteros, 2013).

Algunos aspectos positivos son que se trabajan metáforas clínicas propias del modelo, conocidas como matriz relacional y matriz terapéutica, con las que se superan dicotomías entre el mundo interno y externo, y se establece al sujeto como un serelación, en tanto que todo el tiempo está en relación con un otro. Lo que quiere decir que los otros tienen un papel activo en la recreación continua del mundo subjetivo del individuo, por un lado, y que el clínico es el cuidador del sí mismo de su consultante y de la relación clínica misma. (Bedoya Hernández, 2012).

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Referencias

Bedoya Hernández, M. (2012). La noción de matriz relacional y sus implicaciones para el ejercicio clínico de la psicología dinámica. Psicología desde el Caribe, 29 (3), 686-706.

Consuegra Anaya, N. (2010). Diccionario de psicología. Bogotá, Colombia: Ecoe Ediciones.

Fernández-Ballesteros, R. (2013). Evaluación psicológica Conceptos, métodos y estudio de casos. Madrid, España: Ediciones Pirámide.