¿En qué consiste la virtud?

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Magnificencia: Dispendio acomodado a la grandeza. Esta no se extiende a todas las acciones que tienen por materia las riquezas, sino sólo los gastos en los cuales sobrepasa a la liberalidad por la magnitud. Peca por exceso y es vulgar, se excede en gastar contrariamente a las conveniencias, en cosas que quieren poco gasto, gasta largamente y brilla sin medida.

Mezquino: Peca por defecto en todas ocasiones, considera cómo gastará lo menos posible y todo esto lamentándose y pensando en todas ocasiones que hace más de lo que debe.

Magnanimidad: Se juzga digno de grandes cosas y que de hecho es digno de grandes cosas, siéndolo en verdad, y sobre todo de las mayores, en una cosa, más que en otra alguna, podrá mostrarse tal. Tiene por materia el honor en grande.

Pusilánime: Siendo digno de bienes, se priva de los bienes de que es digno, siendo su vicio, al parecer, no juzgarse digno de esos bienes y desconocerse a sí mismo. El que pretende cosas menores de las que es digno.

Hinchados: Son unos necios que se desconocen a sí mismos, y todo esto lo muestran a las claras. Anhelan publicar los dones que han recibido de la fortuna y hablan de ellos como si por ellos hubiesen de ser honrados. El que siendo indigno se juzga digno de cosas grandes.

Ambicioso: Aspira al honor más de lo que conviene o procura de donde no conviene.

Indiferente: Ni por las bellas empresas estima que le honren.

Honor: Los hombres lo desean más de lo que conviene y menos; deben también desearlo como conviene, y esta disposición es digna de elogio por ser el término medio en el honor.

Mansedumbre: El hombre manso tiende a ser imperturbable y a no dejarse arrastrar por la pasión, pero se irrita en las cosas y por el tiempo que la razón dispone, Y si peca, es más bien por defecto, porque el manso no es vengativo, sino más bien indulgente.

Apatía: De humor difícil.

Irascibilidad: los iracundos, se enojan prontamente contra quien no deben, por cosas que no lo exigen y más de lo que conviene; pero prontamente se aplacan también.

Amistad: Tratará a todos como es debido, y refiriendo sus actos a lo honesto y a lo conveniente, acertará en no causar pena o en comunicar contento.

Obsequioso: Siempre toman parte en los placeres sociales, el que trata de ser agradable no por otra cosa.

Malhumorados y pendencieros: Los que en todo muestran enfado.

Fanfarrón: Se atribuye cosas ilustres que no tiene o mayores de lo que son en realidad.

Disimulador: Niega las cualidades que posee o las atenúa.

Veraz: El amigo de la verdad, el que es veraz en cosas sin importancia, con mayor razón dirá la verdad en cosas importantes.

Bufones: Los que exceden en lo risible, tienen más cuenta con dar qué reír que con decir cosas decorosas y con no molestar a quien es objeto de sus burlas. Es el que se deja dominar de los chistes.

Rústicos y ariscos: Los que no dicen cosas risibles y se enfadan con quienes las dicen. Es un inadaptado en semejantes reuniones, a las cuales en nada contribuye y con todos se enfada.

Hombre de tacto: Escucha tales cosas