Entrevista a Gloria. Perls y Rogers

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estuvo presente en todo el momento de la entrevista. Por ejemplo, en el encuadre Rogers le indica a Gloria que tienen 30 minutos y que no sabe que harán con ellos, la sinceridad de Rogers hizo sentir a Gloria un poco más confortable. Al inicio ella se sentía nerviosa, su postura era hacia atrás, un tanto distanciada de él, poco a poco fue cambiando, conforme ella se iba sintiendo más cercana, comprendida, más cómoda en la relación. Respecto a la reiteración del cliente de que el facilitador le dé una respuesta a sus preguntas, llama la atención que el facilitador no evade la pregunta; sino que propone ayudarle a encontrar su propia respuesta; la cliente agradece y reconoce la congruencia del facilitador al confirmar que suena honesto lo que dice.

Empatía

La relación comienza con empatía primaria cuando la cliente comenta que se siente cómoda por la forma en que le habla y por la música de las palabras percibe que “no va a ser muy duro con ella”. Todo el tiempo, las preguntas y parafraseo que Rogers realiza son encaminados a verificar que lo que él está percibiendo sea lo correcto, que sea lo que ella realmente quiere decir, y más aun lo que ella está sintiendo. Es muy clara esta condición cuando Rogers le indica a Gloria que comenta que los terapeutas le decían que lo que ella sentía era algo normal, y que no había nada de malo, que lo hiciera, y que su cuerpo estaba de acuerdo con ello, sin embargo, su interior le decía que no, que no la hacía sentir bien. Esto fue crucial para que Gloria pudiera percatarse de lo que siente y que ahora ve en primer plano.

Rogers pone en práctica la empatía en todo momento, buscando comprenderla desde su mundo, el mundo de Gloria, logrando que se sienta escuchada, comprendida y sobre todo no juzgada.

Se da una comprensión empática hacia el marco de referencia interno de Gloria: esta comprensión se va dando durante todo el proceso de la entrevista, de ahí que Rogers sea insistente en recurrir continuamente a algunas síntesis para ver si comprende este marco interno. El lenguaje no verbal de Gloria, como su sonrisa, o la disminución de tensión corporal van confirmando que Rogers avanza en esta comprensión empática. Éste le parafrasea la información que ella le está brindando, la retroalimenta y le ofrece información relevante. Habla desde las palabras que ella utiliza, le da una visión de su propio mundo. En algún momento le dice: “estoy tratando de ayudarte a encontrar tus decisiones internas”. Un elemento que nos parece rescatable es el respeto del silencio. Rogers le da la oportunidad a Gloria que sea ella quien marque el ritmo de avance, él no se anticipa. Se mueve en proporción a lo que ella se mueve en la profundidad del tema y en el tema mismo que aborda.

Aceptación incondicional

Rogers pone toda su atención en Gloria en todo momento, y ella lo percibe. Su postura siempre es inclinada hacia ella, como diciéndole quiero escucharte, me importa lo que me quieres decir, me importas tú. Enseguida mediante sus comentarios, nunca emite ningún juicio hacia a ella, no le dice estás bien o mal, excepto cuando desde el punto de vista de Rogers le dice que no ve nada de bueno en que haga cosas que no ha escogido hacer, y que por ello quiere que ella encuentre su propia respuesta.

Conforme Gloria y Rogers comienzan a relacionarse, se aprecia enseguida la actitud de aceptación por parte de Rogers hacia Gloria como persona valiosa; Gloria la capta y le expresa textualmente “por la forma en la que hablas, siento que no vas a ser muy duro conmigo”. Esta aceptación positiva incondicional se manifiesta, también en la manera en que la escucha, sin cuestionarla, sin juzgarla. La valora por la persona que es, no por sus actos. Esta actitud lleva a Rogers a expresarle que ella en algunos momentos en que es congruente se siente “completa”. Es tal el impacto que le hace a ella escuchar esto que lo expresa: “me gusta ese sentimiento de estar completa”. La relación va creciendo en profundidad al punto que ella le expresa. ¡Cómo me gustaría que fueras mi padre!”, y él responde desde esta aceptación, “y parece que eres una muy buena hija”.