FACULTADES MENTALES PARA TESTAR

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Otro de los peligros a que están expuestos los dementes es el despojo por medio del matrimonio. Pueden ser inducidos al matrimonio por la sugestibilidad y por la intimidación. Cuando el matrimonio se ha llevado a cabo, la familia del presunto demente se puede presentar al juez, pidiendo la nulidad del mismo. Para ello, es necesario que la demencia sea comprobada por el peritaje médico legal, que la ley exige y el juez ordena. Si la demencia es comprobada, el juez recurre al artículo 9, inciso 7 de la Ley de Matrimonios, que dice: “El matrimonio puede ser anulado en caso que se haya realizado estando uno de los cónyuges en estado de alienación”.

Algunos artículos del Código Civil sobre la capacidad para testar son los siguientes:

ARTÍCULO 3606. Toda persona legalmente capaz de tener voluntad y de manifestarla, tiene la facultad de disponer de sus bienes por testamento, con arreglo a las disposiciones de este Código, sea bajo el título de institución de herederos, o bajo el título de legados, o bajo cualquiera otra denominación propia para expresar su voluntad.

ARTÍCULO 3607. El testamento es un acto escrito, celebrado con las solemnidades de la ley, por el cual una persona dispone del todo o parte de sus bienes para después de su muerte.

ARTÍCULO 3615. Para poder testar es preciso que la persona esté en su perfecta razón. Los dementes sólo podrán hacerlo en los intervalos lúcidos que sean suficientemente ciertos y prolongados para asegurarse que la enfermedad ha cesado por entonces.

ARTÍCULO 3616. La ley presume que toda persona está en su sano juicio mientras no se pruebe lo contrario. Al que pidiese la nulidad del testamento, le incumbe probar que el testador no se hallaba en su completa razón al tiempo de hacer sus disposiciones; pero si el testador algún tiempo antes de testar se hubiese hallado notoriamente en estado habitual de demencia, el que sostiene la validez del testamento debe probar que el testador lo ha ordenado en un intervalo lúcido.

La peritación psicológica en esta temática se centrará en establecer si al momento de prestar el consentimiento para el acto de testar la persona se hallaba con sus facultades psíquicas conservadas, circunstancia que hace a un consentimiento válido y pleno. El consentimiento implica la plena comprensión del acto de testar, el cabal dimensionamiento de sus alcances, y la libre elección. En otro orden de cosas, es necesario evaluar si la persona es sugestionable o tiene un grado de dependencia hacia otros que pudieran llevarlo a realizar el acto jurídico de testar.

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