LAS PATALETAS Y RABIETAS INFANTILES
Enviado por Ninoka • 15 de Enero de 2018 • 2.713 Palabras (11 Páginas) • 286 Visitas
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7. ¿Cuál es la mejor manera de enfrentar una rabieta, con o sin pataleta?
a) Primero que nada, procure no prestar atención al niño cuando esté con pataleta. Ignórelo. No trate de calmarlo ni de explicarle. No le amenace, no le grite ni le pegue. Déjelo sólo y aléjese de él, pero tenga la precaución de dejarlo en un lugar que no sea peligroso. Si no puede ignorarlo, aíslelo un rato en una pieza hasta que se tranquilice. Dígale al niño que se quedará ahí hasta que se tranquilice y se le pase la pataleta. Algunos de estos preescolares necesitarán ser abrazados fuertemente al tiempo que se les dice "trata de controlarte", con voz tranquila y firme.
b) Utilice palabras como "estás fuera de control" o "descontrolado", pero no lo describa durante las rabietas como a un niño "malo" o "loco".
c) Cuando el niño haga una pataleta, no le responda con otra, por el contrario, demuéstrele control y calma.
d) No le dé en el gusto para que se calme por ningún motivo!!!. Si usted cede, le estará enseñando a hacer pataletas, pues es mucho más probable que las conductas se mantengan cuando con ellas se obtienen los resultados que se esperaban. No ceda, aunque el niño haga pataletas en público y a usted le dé mucha vergüenza. Si el niño le ve decidido a no ceder ya ignorarlo, es mucho más probable que se calme más rápido.
e) Una vez que el niño se calme, hágale saber, con tranquilidad, que está molesto con lo que acaba de ocurrir. No diga que está apenado, diga bien claro que está molesto, pero especifique que no está molesto con él como persona, sino con la conducta que él acaba de realizar. Normalmente, un reto es un arma eficiente, y a veces basta con solo elevar la voz para que el mensaje logre su objetivo. De esta manera, es mucho más probable que el niño tome conciencia de que su acción hirió a su madre o padre. Para los niños saber que los padres están molestos es sumamente doloroso: posee un mayor poder psicológico que repetir una orden de manera incansable, amenazar o dar golpes.
f) Si pese a todo lo anterior, la conducta se repite, se debe recurrir a la utilización del castigo positivo, es decir, privar de algo al niño que usted sepa es de todo su agrado (ejemplo: su juguete favorito, alguna comida que le encante, no salir a algún paseo ya programado o de frecuente realización, etc.)
8. ¿Qué se debe hacer para prevenir la aparición de este tipo de conductas?
Se deben enseñar y hacer respetar normas claras, no contradictorias, explícitas, permanentes y constantes, creadas y mantenidas de común acuerdo entre ambos progenitores. Éstas deben incluir desde los hábitos esenciales hasta el establecimiento de horarios, el control de impulsos y la enseñanza de los comportamientos sociales esperados.
Si los adultos en interacción con el niño tienen claro qué cosas y qué comportamientos son perjudiciales para el niño y cuales le benefician le pueden decir de forma autorizada: "No, cariño, esto no lo vas a hacer" cuando se comporten más allá de los límites socialmente aceptados. No siempre hay que razonar con los niños, ni en todo momento. Por ejemplo, si está en plena rabieta lo que más ayuda al niño es ver seguridad y afecto en los mayores, no un razonamiento. Estas normas han de ser firmes y coherentes, pensadas previamente, y han de ser por el bien del niño. Y, aunque cueste a los padres un esfuerzo, se ha de ser firme cada vez que los niños ponen a prueba los límites.
Un niño que hace berrinches no golpeará a otros infantes ni presentará trastorno disocial a futuro si se le maneja a tiempo y se establece una buena relación con él, con límites y reglas. Es muy distinto si en vez de golpear para 'calmar' un berrinche, el papá o la mamá se detiene a preguntarle al menor por qué actúa así, le da la oportunidad de platicar qué le pasa y qué opina de lo que acaba de suceder. No son muchos los adultos que actúan bajo la idea de platicar después de un problema, pero ello es necesario para enseñar que la violencia no se combate con violencia.
Los padres deben dejar de ver a los berrinches y las conductas agresivas como algo normal e inofensivo que ocurre "porque su hijo está chiquito", y no deben olvidar que ambos son autoridades en la crianza infantil, por lo que deben establecer normas y disciplina prácticamente desde que el niño nace. La idea es que sean "padres positivos", es decir, ni autoritarios ni permisivos, sino término intermedio, y que desarrollen pautas de conducta ideales para mejorar la educación infantil y las relaciones al interior de la familia, tales como:
· Estimular el diálogo, no la imposición ni los monólogos.
· Jugar con los hijos, lo que elimina fricciones y crea lazos cordiales de simpatía.
· Reforzar las relaciones a través de actos espontáneos de afecto, tales como un beso, un abrazo o frases como "qué bueno eres", "eres buen hijo" "confío en ti", etc. Es válido premiar los logros del pequeño con dulces, dinero o juguetes, pero no se debe atender más lo material que lo emocional.
· Evitar los castigos y los golpes, y dar preferencia al respeto.
· Decir "sí" cuando no hay razón para decir "no", y a veces decir "no" para que el infante aprenda a negociar sin llorar ni hacer berrinches.
· Promover la reflexión del niño sobre su propia conducta, recurriendo a la mayéutica, método que es ideal cuando hay desacuerdos, como pasa con los berrinches y actos de violencia, y que se basa en cuatro preguntas que el chico debe responder: ¿qué pasó, qué ocurrió?, ¿qué piensas sobre lo que hiciste, estuvo bien o mal?, ¿qué propones ahora, qué solución tenemos?, y, por último, un reto: ¿qué hacemos si vuelves a actuar así?".
· Mantener estrecha comunicación con profesores o educadores, para detectar problemas de comportamiento que pudieran pasar desapercibidos cuando trabajan. · Ayudar a que el niño genere una autoestima positiva, desarrolle sus habilidades sociales y tenga mayor seguridad para enfrentar sus problemas a través de la negociación.
A continuación se dan varias alternativas para aminorar y en algunos casos controlar, las pataletas:
· Minimice la necesidad de decir "no", reorganizando su casa, de forma tal que aquellos objetos o muebles que no quiere que el niño toque, estén fuera de su alcance.
· Ofrézcale dos opciones para que sea él quien escoja, por ejemplo: ¿Quieres
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