La amígdala cerebral y su relación con las emociones

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De esta manera nos damos cuenta de la importancia de nuestra amígdala cerebral, ya que no solo está ligada a los afectos sino que también está relacionada con las pasiones. Carecer de nuestra amígdala provocara que perdamos nuestros sentimientos, imprescindibles para nuestra supervivencia. Tal vez ni siquiera lo habíamos tomado en cuenta esto, sin embargo ellos nos han servido como método de supervivencia ya que sentimientos como el miedo o la angustia pueden llevarnos a tomar decisiones que nos protejan de algún peligro o una situación de riesgo. Tal como cuando el miedo te impide caminar por una calle obscura y estando solo, dicha decisión pudo hacer que nos desviáramos de una acción que pudiera poner en riesgo nuestra integridad física y mental.

Así pues, la amígdala constituye una especie de depósito de la memoria emocional y en consecuencia, también se puede considerar como un depósito del significado.

Nuestras alarmas mentales

Nuestro cuerpo ha sido dotado de ciertos sistemas de alerta que nos avisan cuando estamos en algún peligro o si debemos tomar una acción inmediata. Son reacciones automáticas tales como la reacción de “lucha o huida”, la cual nos prepara para responder rápidamente ante una situación de peligro, lo cual esta directamente relacionada con ese gran depósito de memoria emocional llamado amígdala.

Otra alarma mental que podemos destacar es la que denominamos como “centinela emocional”. El cerebro concede a la amígdala una posición como centinela emocional. Los sentimientos explican el poder de la emoción para superar la racionalidad. Tal como nos lo explica Daniel Goleman en una pequeña anécdota en su libro Inteligencia Emocional.

“Un amigo me contó que, hace unos años, se hallaba de vacaciones enInglaterra almorzando en la terraza de un café ubicado junto a uncanal. Luego dio un paseo por la orilla del canal cuando de pronto, vioa una niña que miraba aterrada el agua. Antes de poder formarse unaidea clara y darse cuenta de lo que pasaba, ya había saltado al canal,sin quitarse la chaqueta ni los zapatos. Sólo una vez en el aguacomprendió que la chica miraba a un niño que estaba ahogándose y a quien finalmente pudo terminar rescatando.”

Daniel Coleman. (1996). Inteligencia Emocional. California: KAIROS.

¿Qué fue lo que le hizo saltar al agua antes incluso de darse cuenta delmotivo de su reacción? La respuesta la podemos encontrar en la amígdala.

Sin dudas, la amígdala es indispensable para desarrollarnos en nuestro entorno, nos ayuda a relacionarnos con otras personas, a huir o luchar ante posibles riesgos e incluso a salvar vidas.

En conclusión, la amígdala es el origen de las respuestas emocionales inconscientes y nos ayuda a ser más cautos. No solo está implicada en el procesamiento del miedo ante un peligro físico, sino que parece que también nos hace ser prudentes ante la posible pérdida de dinero. Es decir, la amígdala activa mecanismos para inhibir cualquier actuación cuyo resultado pueda ser adverso.

Esto nos lleva a pensar si realmente le damos a las distintas regiones del cerebro la importancia que merecen, o si nuestros complejos y nuestra falsa idea de saberlo y controlarlo todo nos mantendrán como siempre cegados.