La inteligencia emocional

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Un tema de debate, ha sido si la inteligencia emocional puede ser aprendida o es heredada. En otras palabras si es posible o no aprender e incrementar nuestra inteligencia emocional. Hoy en día existe un consenso, en el sentido que la inteligencia emocional depende de ambos factores. Entonces, sí es posible incrementar nuestra inteligencia emocional, aunque en la práctica poco se hace a nivel individual y corporativo. Goleman (1996) ha propuesto que es posible “la alfabetización emocional” y “la educación de las emociones” lo cual producirá un efecto sostenido y cambios importantes en las personas y por ende en la sociedad.

Reig (2004) destaca dos tipos de inteligencia: la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapersonal que tienen que ver con las emociones y las habilidades que se pueden resaltar en las personas. Al respecto, señala que la inteligencia intrapersonal es aquella capacidad que tienen las personas para poder autoevaluarse e identificar su visión propia. Esta habilidad es útil para comprender a las otras personas y reconocer en ellas deseos y motivaciones no necesariamente explícitos. De otro lado, Jiménez (2006) refiere que la inteligencia interpersonal es aquella capacidad para “entender a otros individuos; que los motiva, cómo trabajan, cómo generan los consensos y la cooperación entre ellos”. Aunque estos dos tipos de inteligencia son importantes en el contexto del desarrollo personal y el éxito profesional, nos referiremos específicamente al último tipo de inteligencia y sus elementos que nos pueden servir como herramientas (asertividad, empatía, congruencia y escalera diferencial) para que un ejecutivo logre el éxito y avance en su desarrollo tanto personal como profesional.

Goleman (1996) por su parte ha descrito cinco herramientas de la inteligencia emocional para el trabajo, la motivación, la auto-regulación, el auto-concepto, la empatía y las habilidades sociales. Las tres primeras corresponderían a la inteligencia intrapersonal y la dos últimas a la inteligencia interpersonal; por lo que nos referiremos adicionalmente a las habilidades sociales.

Jiménez (2006) La asertividad es la habilidad de expresar nuestras emociones y pensamientos, buscando defender nuestros derechos y proteger nuestros mejores intereses, sin vulnerar el derecho de otros. Esta herramienta resulta importante para que los ejecutivos puedan transmitir sus ideas de manera clara y sin tener temor a ser juzgados, el ejecutivo debe tener presente que no hay ideas malas y por tanto tiene derecho a ser escuchado y a equivocarse. Así también, los ejecutivos deben tener presente esta herramienta por la incidencia directa que tiene en sus funciones directivas, pues transmitir sus ideas de manera directa a los demás no debe ser confundido con agresividad o con una ofensa. Actuar con asertividad permitirá que el ejecutivo sea respetado por sus superiores y por el personal a su cargo, expresar sus opiniones y decir no sin remordimiento.

Goleman (1996) La compasión es otro elemento asociado a la empatía que permite tener una actitud de apertura hacia el sentir de los demás y que mueve a las personas a solidarizarse y ayudar a los demás. Ser empáticos permitirá a los ejecutivos identificarse con sus clientes, le permitirá percibir cuáles son sus necesidades y los hará sentir importantes. Siendo empático construirá un ambiente propicio y seguro para el dialogo abierto en que todo su equipo puede sentirse libre para expresar sus ideas, descubriendo y reteniendo el talento.

Jiménez, S. (2006) La habilidad social no debería entenderse como un asunto de amistad sino que esta debe concebirse como la capacidad para establecer relaciones adecuadas con los demás y la capacidad para construir redes de confianza. Para los ejecutivos en un mundo cada día más cambiante y complejo donde las personas cambian de trabajo con mayor rapidez es importante que sepan establecer relaciones a largo plazo y redes de contacto apropiadas. Esto les permitirá ser más efectivos en la producción de cambios, persuadir a otras personas y liderar los equipos apropiadamente.

Podemos concluir que en el liderazgo no solo interactúan factores racionales de elección, preferencia, conveniencia, sino factores emocionales que no hacen referencia a apetitos y características individuales sino que hay factores que actúan mediante el inconsciente colectivo de las personas. A pesar de la poca importancia que muchas personas le dan al hecho de integrar la inteligencia emocional a su vida familiar y profesional, se ha querido resaltar la importancia de este concepto en la sociedad y se considera que debe difundirse y enseñarse a los niños en casa y en la escuela. La concepción de la inteligencia emocional ha tenido el mérito de ampliar los conceptos que se tenían acerca de las habilidades cognitivas y advertir que es imprescindible integrar las emociones y los procesos de razonamiento si se quiere lograr un mayor éxito en la vida.

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Referencias

Boyatzis, R., & Mckee, A., & Johnston, F. (2008). Líder emocional. Barcelona, España: Deusto.

Goleman, D. (1996). La inteligencia emocional en la empresa. Editorial Kairos.

Goleman, (2000). La inteligencia emocional. Bs.As.: Vergara. 25a. edición

Goleman, D., & Boyatzis, R., & Mckee, A. (2002). El líder resonante crea más: El poder de la inteligencia emocional. Barcelona, España: Plaza Janes.

Jiménez, S. (2006). Cuestión de Confianza más alla de la Inteligencia Emocional. España. ESIC Editorial.

Lussier, R., & Achua, C. (2005). Liderazgo: Teoría, aplicación y desarrollo de habilidades

(2da edición). Mexico: Thomson.

Olvera, Y., Dominguez, B. & Cruz, A. (2002). Inteligencia Emocional manual para profesionales en el ámbito industrial. México. Editorial @plazayvaldez.com

Reig, E. (2004). Liderazgo emocionalmente inteligente. México, D.F: McGraw-Hill

Shapiro, L. (1997). La Inteligencia Emocional de los Niños. México.