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La teoría racial

Enviado por   •  24 de Noviembre de 2018  •  2.581 Palabras (11 Páginas)  •  293 Visitas

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La ideología fascista separa el deseo de orgasmo del hombre de las estructuras humanas formadas por el patriarcado autoritario y lo atribuye a razas diferentes: el nórdico (luminoso, asexual, puro) y la raza extranjera (instintiva, demoníaca, sexual). En la teoría racial fascista, el miedo al orgasmo del hombre sometido a una autoridad despiadada aparece bajo una forma fija, petrificada para siempre y opuesta como línea pura al elemento animal (orgiástico). Debido a esto, el patriarcado debe situarse al comienzo de la historia del hombre ario.

El orden sexual patriarcal, nacido de los trastornos del fin de la época matriarcal (autonomización económica de la familia del jefe con respecto a la gens maternal, aumento de los intercambios comerciales entre las etnias, desarrollo de los medios de producción) se convierte en el fundamento de la ideología autoritaria, expoliando para ello de su libertad sexual a las mujeres, los niños y los jóvenes. Confrontando las estructuras sexuales humanas, el hombre patriarcal está sujeto a una ideología según la cual sexualidad, impureza, inferioridad o diabolismo son nociones inseparables y toma esta valoración como una justificación racional (en un plano secundario).

Con la institucionalización de la castidad, la sexualidad brutal ocupa el lugar de la sexualidad natural. De esta manera se extiende que el acto sexual tiene algo de deshonroso para las mujeres. Al cambiar de lugar la sexualidad en el plano social, también se modifica el modo de vivirla en el plano personal. El sentimiento de culpabilidad impide el desarrollo orgiástico natural de la fusión de los sexos y provoca éxtasis sexuales que se liberan por medio de diversos derivativos (neurosis, desviaciones sexuales y comportamientos sexuales asociales). La sexualidad infantil y juvenil, vista con agrado en la época primitiva matriarcal, queda sometida a una represión sistemática. La sexualidad desfigurada apoya a la ideología a la que le debe su existencia y se olvida que esta sexualidad inmunda no es la natural, sino la sexualidad del patriarcado.

De este modo, la represión sexual aparece como una de las causas principales de la división de la sociedad en clases. El interés material de los hombres de las "gens" y familias de un rango superior perpetuaban los lazos del matrimonio (ceremonia de la boda y transferencia legal) dando paso a otra organización. El aparejamiento de la democracia natural del trabajo, que admitía la separación en todo momento, se transformaba en matrimonio patriarcal, monogámico y perdurable. El matrimonio monogámico permanente se convirtió en la institución central de la sociedad patriarcal. Por ello, para asegurar el funcionamiento de esta institución era preciso reprimir las aspiraciones sexuales naturales. En efecto, la moral impuesta no actúa solamente desde el exterior; no es completamente eficaz más que cuando se ha interiorizado, cuando se ha convertido en inhibición sexual estructural.

Por otra parte, las políticas que estremecen a toda organización social agudizan el conflicto entre la sexualidad y la moral impuesta. La decadencia de la cultura proviene de la irrupción de la sexualidad natural (decadencia se refiere a la amenaza del modo de vida basado en la moral impuesta). En realidad, lo que perece es el sistema de la dictadura sexual, dictadura que mantiene las instancias morales impuestas al individuo en interés del matrimonio y de la familia autoritaria. Entre los griegos de la antigüedad, encontramos en calidad de organizaciones sexuales, el predominio de los hombres (esta dominación masculina estaba fundada en la homosexualidad).

Para el fascista, el surgimiento de la sexualidad natural es un signo de decadencia. Esta impresión no es solamente el producto de la imaginación fascista, sino que corresponde también a la experiencia vivida de los hombres de aquellas épocas. Las "dionisíacas" son un ejemplo absurdo para hacer similitud entre el deseo sexual desencadenado y la imposibilidad de gozar (consecuencia de las leyes morales). Es aquí donde se ve con claridad el significado de presentar la mezcla de las razas (el rechazo de lo dionisíaco), cuyo motivo profundo es el interés económico que la sociedad patriarcal encuentra en el matrimonio.

La estructura sexual de los fascistas que preconizan el patriarcado más riguroso y que reactivan efectivamente en su vida familiar la vida sexual de la época platónica, en la ideología, el desgarramiento y la morbosidad en su vida sexual real, es por necesidad el eco de la situación sexual en tiempo de Platón. Rosenberg y Blüher ven en el Estado una institución viril de base homosexual, el cual pretende esta ideología al desprecio por la democracia. La democratización de un sistema político por los matrimonios mixtos (patricios y plebeyos) se considera igualmente como un signo de decadencia racial. En este punto, se revela por completo el carácter reaccionario de la teoría racial, ya que las relaciones sexuales de los griegos y los romanos de clases distintas quedan asimilados al mestizaje de las razas. Tras la idea de la mezcla de las razas extranjeras se esconde, por tanto, la idea de las relaciones sexuales con los miembros de las clases oprimidas (la tendencia de la reacción política a la segregación, clara en el plano económico, pero completamente oscurecida en el plano de la moral sexual para las mujeres burguesas sometidas a la represión sexual). Esto es un estremecimiento para los sólidos pilares de la dominación de clases y a la posibilidad de una democratización, siendo una amenaza mortal para los abogados del orden autoritario.

El concepto de mezcla de razas esconde el de mezcla de las clases dominantes y las clases oprimidas de la sociedad, siendo la clave del papel de la represión sexual en la sociedad de clases. En este plano, se puede distinguir un cierto número de funciones, pero no una relación mecánica entre la represión sexual y la explotación material por las clases dominantes (estas relaciones son más complejas):

- La represión sexual está destinada primitivamente a mantener los intereses económicos (derecho de herencia y del matrimonio) en el mismo seno de la clase dominante. Por eso, la castidad se aplica en primer lugar a los miembros femeninos de las capas dominantes, asegurando la propiedad adquirida por la explotación de las clases inferiores.

- En los comienzos del capitalismo y en las grandes culturas asiáticas de carácter feudal, la clase dominante no está interesada aún en la represión sexual de las clases explotadas. La opresión sexual comienza con los principios del movimiento obrero organizado y sus conquistas (ventajas sociales y elevación consiguiente del nivel cultural de las masas

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