Lo vivo del sujeto

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identidad tanto física como de su Yo, siendo la identidad física inestable, dado a que esta sufre cambios a lo largo de la vida del sujeto por motivos biológicos que hacen que este se convierta en adolescente, adulto y anciano, mientras que la identidad de su Yo permanece a lo largo de los años pese a las transformaciones que haya sufrido su físico.

Además a lo anterior, Morin nos habla también acerca de cómo el principio de exclusión es inseparable del de inclusión dado a que este último es el que hace que cada individuo pueda integrar en su subjetividad personal a otros sujetos para así llegar a conformar una subjetividad colectiva, es decir, a un “nosotros”, siendo esto la familia, una pareja, equipo de trabajo, etc. Esto da pie a considerar que es gracias a dicho egocentrismo del sujeto que es posible que cada persona pueda consagrar su Yo a un Nosotros, dando a pie a que se entienda que a pesar de que cada individuo cuente con una singularidad, ese sujeto, según (Morin, 2003, p, 89): es “un punto de un holograma que contiene el todo de la trinidad humana (individuo-sociedad-especie)”, permitiendo identificar que en cada manifestación del “Yo” se logran encontrar rasgos tanto biológicos como de la cultura social a la que pertenece, pues lo que nos da a entender dicho autor es que la sociedad logra ser producto de las interacciones entre los individuos, siendo estas interacciones las cuales crearán una organización (sociedad) que cuenta con cualidades propias, caracterizándose por medio del lenguaje y la cultura. Es importante mencionar que tanto el lenguaje como la cultura, cualidades de cada sociedad, a su vez actúan sobre cada uno de los individuos desde que nacen al mundo, por lo cual, sabemos que desde el momento en el que un bebé es concebido, se le atribuyen no solo cualidades físicas y un nombre, sino también qué se incluye en un contexto histórico y una cultura con creencias y formas de vida diferentes a los demás, brindando asimismo un lenguaje el cual permitirá la interacción con los seres que lo rodean. Siendo esta cultura la cual se encargará de brindarle al sujeto recién nacido diferentes aspectos en los cuales creer, generará que este se encuentra “sujetado”, es decir, son estas creencias las cuales producirán una “potencia subjetiva” que se impondrá dentro de ese dispositivo lógico egocéntrico (Exclusion e Inclusion), llevando a que cada individuo se encuentra poseído subjetivamente por el SuperYó de las ideas y creencias, de un Dios, de un jefe que van a dar órdenes cuando los sujetos crean que es momento de servirlos voluntariamente.

Me parece importante cómo este autor logra hacer alusión a lo que Freud plantea en su teoría psicoanalítica, pues durante mucho tiempo se ha evidenciado cómo diversos autores logran criticar y hacer a un lado lo que nos expone Freud no solo de sus estructuras psíquica (Ello, Yo y SuperYó), sino en su teoría en general, pues considero que desde ella se pueden abordar muchos aspectos de la vida cotidiana de los seres humanos, y es algo que pude identificar en este capítulo escrito por Morin, pues no solo se habla de la noción de sujeto en cuanto a individuo sino en cuanto a su relación con un otro, y esto lo logra explicar tomando aspectos teóricos de Freud, dándonos a entender que cada individuo vive en la dialógica del SuperYo, Ello y Yo.

Cómo nos dice Morin, somos curiosos sujetos dado a que no estamos solos, siempre estará en cada individuo un “nosotros” o un “otro” pues cómo se ha ido viendo a lo largo de la carrera siempre vamos a necesitar de un otro, pues en cuanto al desarrollo siempre necesitamos de ese “otro” que nos estimula, nos transmita las herramientas que nos brinda la cultura para desarrollarnos de buena manera, pues se ha visto que niños sin estimulación adecuada llega a sufrir déficits en el desarrollo llevándolos a padecer de diversos trastornos, pues hay casos en los que se ven como niños se convierten en animales, un claro ejemplo es el caso de “Genie, la niña salvaje”, pues desde sus primeros meses de vida se le privó de muchos aspectos que son esenciales, siendo estos el afecto, la creación de un vínculo con su madre, la alimentación y asimismo la interacción con más seres humanos, por tal motivo se pudo ver que no desarrolló un lenguaje, y por obvios motivos es una niña, cómo muchos más que no tuvo la oportunidad de identificarse a sí misma como sujeto parte de una sociedad y asimismo no pudo integrar en su Yo un “Nosotros”, por ende Morin nos menciona la importancia de un otro, la importancia que tiene dicha trinidad humana y la importancia que tiene el situar a cada individuo dentro de una sociedad o cultura específica.