Medicamentos y conduccion
Enviado por Ledesma • 10 de Enero de 2019 • 5.392 Palabras (22 Páginas) • 324 Visitas
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Los psicofármacos más utilizados en la conducción son los benzodiacepinas, anfetaminas, cannabinoides, opiáceos, antidepresivos y neurolépticos.
Benzodiazepinas
Este fármaco actúa como depresor del sistema nervioso central y generalmente se prescriben para aliviar la ansiedad, para conciliar el sueño o sedar. El tratamiento con benzodiacepinas es paliativo, ya que este medicamento por sí sólo no cura los trastornos por los cuales se toman.
Los efectos de las benzodiacepinas en el organismo afecta directamente al aparato psicomotor. Los efectos secundarios más comunes que describen los sujetos son descoordinación de diferentes partes del cuerpo, dificultad a la hora de articular palabras, visión doble y vértigo. Estos efectos inciden directamente en el control de la conducción como en la atención de los elementos externos de la carretera, dificultando y aumentando el tiempo de respuesta y muchas veces provocando accidentes de tráfico.
Existen diversos estudios en los últimos años donde se la cifra de personas que sufren accidentes de tráficos han consumido previamente benzodiacepinas. Muchos resultados demuestran que existe un mayor riesgo en las primeras semanas del consumo del fármaco.
Las benzodiazepinas se prescriben tanto como hipnóticos para inducir sueño, o como ansiolíticos, para obtener sedación que afectan negativamente a la conducción. Estos productos pueden provocar importantes alteraciones psicomotrices y de alerta psicológica.
También, pueden afectar a función motora, la capacidad para establecer distancias, dificultad para realizar adecuadamente las maniobras de frenado, aceleración y dirección de vehículos.
Las benzodiazepinas pueden disminuir de forma leve las funciones cognitivas de atención, concentración, dificultando la toma de decisiones en situaciones de emergencia.
Se desaconseja conducir durante las primeras horas siguientes a la administración de estos medicamentos. El paciente debería ser advertido de que el riesgo de accidente aumenta cuando se conduce bajo el efecto de este medicamento.
Antidepresivos
Los antidepresivos más recetados son los tricíclicos y los ISRS. Estos medicamentos actúan inhibiendo selectivamente la receptación de Serotonina, aumentando los niveles extracelulares del neurotransmisor.
Los antidepresivos generalmente producen somnolencia, por lo cual está contraindicado en la conducción por el alto riesgo de quedarse dormido al volante.
Dentro de la depresión se trata con un fármaco diferente a las personas con trastorno bipolar, ellos reciben tratamiento con Litio, lo cual aumenta en un 1.3% las probabilidades de sufrir un accidente.
La depresión modifica la capacidad para conducir vehículos, pero también se ha demostrado que los pacientes que toman antidepresivos ven modificada su capacidad de conducción, principalmente los que contienen efectos sedantes. Estos muestran efectos similares a concentraciones de 0.8 mg| ml de alcohol. Como consecuencia, los pacientes que toman antidepresivos tricíclicos presentan un mayor riesgo de sufrir accidentes que los que son tratados con inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina.
Neurolépticos
Dentro de la población existe un uso mucho más medido de los neurolépticos debido a que son fármacos que se recetan a pacientes con trastornos psicóticos, por lo cual la literatura no asocia gravemente a los neurolépticos con accidentes de tráfico como con los medicamentos anteriormente nombrados.
Sin embargo, el uso de neuroléptico está asociado a trastornos que incluyen un déficit neuropsicológico en la atención, memoria de trabajo, aprendizaje verbal y la resolución de problemas, habilidades indispensables para la conducción de un vehículo a motor, por lo cual, existe gran polémica sobre si a los sujetos que necesiten tomar neurolépticos se les permita conducir sin la necesidad de comenzar el tratamiento.
Los medicamentos pueden afectar la conducción, algunos de los efectos más importantes son la somnolencia, la pérdida de coordinación psicomotora, los cambios en el comportamiento, los trastornos del equilibrio y alteraciones sensoriales.
A continuación, se describen los grupos de medicamentos que más frecuentemente pueden afectar de forma negativa a la conducción.
Analgésicos opioides
Los opioides afectan a las funciones psicomotoras y cognitivas, necesarias para la conducción segura que está asociada con la dosis administrada.
Los pacientes tratados crónicamente que han desarrollado tolerancia o dependencia a los opioides no han mostrado alteraciones en la pruebas de simuladores de conducción ni han registrado mayor siniestralidad, parece que sus funciones psicomotoras no se ven afectadas.
Anestésicos generales
La recomendación que se da estos casos es que la persona no conduzca hasta 24 horas después de una sedación.
Antihistamínicos H1
Los antihistamínicos de primera generación (difenhidramina, clorfeniramina, clemastina) producen somnolencia, visión borrosa, alteraciones visuales y alucinaciones. Afectan significativamente la capacidad de conducir y en muchos casos hasta se desaconseja.
En los de segunda generación (ebastina, loratadina, cetirizina) el riesgo se considera inferior; aunque, al no estar desprovistos por completo de actividad sobre el SNC, podrían afectar la capacidad de conducir vehículos, aunque en menor medida que los anteriores.
Por último los de aparición másrecientes (fexorefenadina, levocetirizina) parece que no se han observado efectos negativos sobre la conducción.
Antiepilépticos.
A parte de los efectores propios de la enfermedad que altera la funciones motoras y cognitivas de los pacientes, los antiepilépticos pueden producir somnolencia, letargo, estados de confusión o aturdimiento, pérdida de memoria o concentración que afectan a la capacidad de conducir vehículos.
Antipsicóticos
Los enfermos tratados con antipsicóticos no deben conducir por la gran cantidad de efectos colaterales que pueden aparecer, tanto por la medicación como por la enfermedad tratada.
En casos
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