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Niñez, adolescencia, adultez y vejez.

Enviado por   •  2 de Abril de 2018  •  3.939 Palabras (16 Páginas)  •  379 Visitas

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En nuestro país el proceso de empobrecimiento provoco que la población infantil experimentara un deterioro económico respecto a la generación de sus padres, lo que provoco desmejoras en sus condiciones de salud, educación y nutrición. La mayoría de los niños ven dificultado el tránsito por el tiempo infantil, para otros es imposible de realizar. Surgen diferentes formas de transitar la infancia: niños cartoneros, niños trabajando en la calle, cuidando autos.

En definitiva el trabajo infantil cuestiona directamente la idea de moratoria social.

Los medios de comunicación cumplen un rol muy importante en la transmisión de valores de consumo. Los niños de clase media-alta se convierten en sujetos de consumo y en paralelo a ellos, están los niños pobres. Así el mundo de la infancia pierde homogeneidad, la población infantil se encuentra fragmentada, marcada por enormes diferencias económicas, sociales y culturales.

Infancia hiperrealizada:

Una infancia hiperrealizada se trata de niños conectados 24 horas al día a los diversos dispositivos al que tienen acceso: smartphones, tablets, smartTV, consolas de videojuegos. Niños digitales a los cuales les es imposible imaginarse un mundo en que la información, y el mundo mismo no estén al alcance de su mano a través de Internet. Niños que viven en la más absoluta inmediatez, en la realización inmediata del deseo. Niños que son maestros de sus padres, de sus maestros. Niños que parecerían no necesitar más la protección del adulto o no generan demasiada necesidad de protección por parte de los adultos.

Antes, la infancia solo era la paciente espera a la adultez, pero en la actualidad, nuestros niños no esperan; desde edades cada vez más tempranas nos demuestran que ya están realizados como tales. Aprenden el dominio del control remoto, del DVD, de la tablet sin necesidad de un manual de instrucciones, sin un adulto que los guíe. Simplemente interactúan con aquello que buscan. Y es en esta interacción con las nuevas tecnologías que han desarrollado códigos propios.

La infancia desrealizada:

Es la infancia de la calle. Es la infancia que desde edades tempranas trabaja, que vive en la calle, que no está al resguardo del adulto que ha encontrado suficientes herramientas para ser independientes, autónomos. Son aquellos chicos que vemos por la noche intentando subsistir, quienes pudieron reconstruir una serie de códigos que les brindan cierta autonomía económica y cultural y les permiten realizarse, mejor dicho desrealizarse como infancia. Son niños que nos cuesta definir como tales, ya que no nos despiertan aquellos sentimientos de protección y de ternura que debieran despertarnos. Son niños que no están infantilizados. Son niños que trabajan, que piden en las calles, que viajan de un lado a otro en búsqueda de algún refugio dónde dormir. Son niños con recursos necesarios para no depender de un adulto, y adultos que no ven la necesidad de protegerlos. Buscan sus propios alimentos, no rinden cuentas a nadie y adquieren sus propias categorías morales de la calle. Esta es la infancia que no queremos reconocer.

Adolescencia

La edad cronológica de la adolescencia es aproximadamente desde los 13 hasta los 19 años. Adolecerse significa: sufrir, padecer. Pero la autora Eva Giberti sostiene que ese no es el verdadero significado del término, sino que viene de un latín antiguo que significa por un lado “camino” y por otro “estar en”. Por lo tanto el adolescente es considerado como aquel que está en camino, que recibe heridas mientras esta en la ruta de convertirse en adulto. Hay diferentes perspectivas de lo que es ser adolescente, que dependen del momento histórico y de la sociedad.

Ser adolescente viene acompañado de cambios físicos que tienen una repercusión psíquica, estos cambios psíquicos elevan a una nueva relación con los padres y con el mundo.

Los cambios físicos que se dan en esta etapa de la vida están relacionados con la maduración de los órganos genitales y con el inicio de la función reproductiva. Se da la pérdida del cuerpo infantil, aparecen lo caracteres sexuales primarios (menarca y eyaculación), de los caracteres sexuales secundarios (vello púbico, vello en las axilas, aumento en estatura, cambios en la voz). Todos estos cambios están ligados a modificaciones endocrinas que producen también cambios psíquicos (cambios de humor, irritabilidad, depresión, agresividad, rebeldía)

El rasgo central de la adolescencia es la oscilación, el cambio, la inestabilidad.

Se dan también cambios psicológicos como son la adquisición de una nueva identidad o ideología, la definición del rol sexual (si hablamos de Freud, con el fin y el objeto correspondiente a esta etapa. Fin: coito – Objeto: exogámico). hay un incremento de la intelectualización, el adolescente busca la solución teórica de todos los problemas, existe ahora, un nivel de abstracción y de formalización, y es posible el razonamiento hipotético-deductivo.

El trabajo de pasar de ser un niño a ser un adolescente conlleva una serie de duelos que el sujeto debe afrontar. Aberastury considera los duelos muy importantes debido a que en este periodo se enfrentan varias perdidas. El duelo es un conjunto de procesos psicológicos que se dan ante la pérdida de un objeto amado y llevan a renunciar a este. En el proceso de duelo se pueden diferenciar tres etapas: 1 – La negación, donde el sujeto rechaza la idea de la perdida, muestra incredulidad y sentimiento de ira. 2 – La resignación, en la cual admite la perdida, es acompañado por un sentimiento de pena. 3 – El desapego, donde el sujeto renuncia al objeto amado y aprende a adaptar su vida sin este. A partir de aquí es posible el apego a nuevos objetos.

Los duelos son:

- Por el cuerpo infantil: los bruscos cambios corporales, causan inseguridad, incertidumbre y la necesidad de construir un nuevo esquema corporal, por lo que deben abandonar el cuerpo infantil en el que han habitado.

- Por el rol y la identidad infantiles: perder su rol infantil supone abandonar la dependencia y aceptar responsabilidades. La pérdida de la identidad infantil debe ser reemplazada por una adulta, en el transcurso sentirá angustia por la falta de una identidad clara.

- Por los padres de la infancia: implica la caída de la idealización de los padres, dejan de ser ya un modelo o una referencia. Esto es necesario para que pueden adquirir su propia identidad.

- Aberastury añade un cuarto

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