PSICOPATOLOGIA DE LA VIDA COTIDIANA.
Enviado por John0099 • 31 de Agosto de 2018 • 4.635 Palabras (19 Páginas) • 320 Visitas
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Ejemplo: Un sujeto viajando en un vehículo, pasó frente a un negocio que anunciaba “hay existencia de revoluciones de X (producto)”. Asombrado de tal anuncia volvió a leerlo y encontró que en vez de revoluciones decía soluciones. El análisis de este acto fallido demostró que el sujeto había estado todo el día preocupado con el “estado revolucionario” del país. Vale decir, que en los actos fallidos de la lectura, uno interpone sus ideas y las proyecta sobre lo escrito.
Freud comprobó por una numerosísima cantidad de ejemplos que es la predisposición del lector la que transforma el texto a sus ojos, haciéndole leer algo relativo a los pensamientos que en aquel momento le ocupan. El texto mismo no necesita coadyuvar a la equivocación más que presentando alguna semejanza en la imagen de las palabras, semejanza que pueda servir de base al lector para verificar la transformación que su tendencia momentánea le sugiere. El que la lectura sea rápida y, sobre todo, el que el sujeto padezca algún efecto, no corregido, de la visión, son factores que coadyuvan a la aparición de tales ilusiones, pero que no constituyen, en ningún modo, condiciones necesarias.
Existe un segundo grupo de casos en el que la participación del texto en el error que se comete en la lectura es más considerable. En tales casos, el contenido del texto es algo que provoca una resistencia en el lector o constituye una exigencia o noticia dolorosa para él, y la equivocación altera dicho texto y lo convierte en algo expresivo de la defensa del sujeto contra lo que le desagrada o en una realización de sus deseos. Se ha de admitir, por tanto, que en esta clase de equivocaciones se percibe y se juzga el texto antes de corregirlo, aunque la conciencia no se percate en absoluto de esta primera lectura.
Ejemplo: “Un día recibí una carta en la que se me comunicaba una mala noticia. Inmediatamente llamé a mi mujer para transmitírselo, informándole de que la pobre señora de Wilhelm M. había sido desahuciada por los médicos. En las palabras con que expresé mi sentimiento debió de haber sin embargo, algo que, sonando a falso, hizo concebir a mi mujer alguna sospecha, pues me pidió la carta para verla, haciéndome observar que estaba segura de que en ella no constaba la noticia en la misma forma en que yo se la había comunicado, porque, en primer lugar nadie acostumbra aquí designar a la mujer sólo por el apellido del marido y, además, la persona que nos escribía conocía perfectamente el nombre de pila de la citada señora. Yo defendí tenazmente mi afirmación, alegando como argumento la redacción usual de las tarjetas de visita, en las cuales la mujer suele designarse a si misma por el apellido del marido. Por último tuvo que mostrar la carta y, efectivamente, leímos en ella no sólo “el pobre W.M.”, sino “el pobre doctor W.M.”, cosa que se me había escapado antes por completo. Mi equivocación en la lectura había significado un esfuerzo espasmódico, por así decirlo, encaminado a transportar del marido a la mujer la triste noticia. El título incluido entre el adjetivo y el apellido no se adaptaba a mi pretensión de que la noticia se refiere a la mujer y, por tanto, fue omitido en la lectura. El motivo de esta falsificación no fue, sin embargo, el de que la mujer me fuese menos simpática que el marido, sino la preocupación que la desgracia de éste despertó en mi con respecto a una persona allegada que padecía igual enfermedad”.
1.3 EQUIVOCACIONES EN LA ESCRITURA
Son análogos a los errores orales; las explicaciones dadas para estos son válidas para las equivocaciones en la escritura.
Ejemplo: Freud relata que en una hoja de papel que contenía notas diarias de interés profesional encontró con sorpresa una fecha equivocada “jueves 20 de octubre” en vez de la verdadera que correspondía al 20 de septiembre. La causa del error, dice: “días antes había regresado de mis vacaciones y me sentía lleno de energías para iniciar mi trabajo médico, pero el número de pacientes era aún escaso. A mi llegada había encontrado una carta de un paciente que me anunciaba su visita para el 20 de octubre. Al escribir la fecha del mismo día del mes de septiembre pensaba: Ya debía estar aquí X, ¡qué lástima tener que perder un mes entero!, y con esa idea anticipé la fecha”.
Las equivocaciones en la escritura de recetas médicas son las más frecuentes y van en estrecha vinculación con las relaciones familiares de cada sujeto.
Ejemplo: “El referido médico recetó a una mujer, situada ya en el umbral de la ancianidad supositorios de belladona, diez veces más fuertes de lo que se presuponía. Después abandonó la clínica y cerca de una hora más tarde, cuando ya estaba en su casa almorzando y leyendo el periódico, se dio cuenta de su error. Sobrecogido corrió a la clínica para preguntar las señas de la paciente y luego a casa de ésta, situada en un barrio apartado. Por fin encontró a la mujer que aún no había hecho uso de la receta y logró que se la devolviera, regresando a su casa tranquila y satisfecha. Como disculpa ante sí mismo alegó, no sin razón, que mientras estaba escribiendo la receta, el jefe de la ambulancia, persona muy habladora, estuvo detrás de él mirando lo que escribía por encima de su hombro y molestándole.
Wundt da una interesante razón para el hecho, fácilmente comprobable de que nos equivocamos con mucha mayor facilidad al escribir que al hablar. En el curso de la oración normal la función inhibitoria de la voluntad se halla constantemente ocupada en manejar la armonía entre el curso de las representaciones y los movimientos de articulación. En cambio, como sucede en la escritura, el movimiento de expresión subsiguiente a las representaciones se retrasa por causas mecánicas, se producen con gran facilidad tales anticipaciones.
1.4 EQUIVOCACIONES AUDITIVAS
Se producen cuando el sujeto oye una palabra por otra sin que exista perturbación orgánica. Todo lo dicho para las equivocaciones visuales es válido para las auditivas.
2. OLVIDOS NO DURADEROS
Ninguna teoría psicológica ha logrado explicar conjuntamente los fenómenos fundamentales del olvido y el recuerdo. El olvido ha llegado a ser hoy, quizá, más misterioso que el recuerdo, sobre todo desde que el estudio de los sueños y fenómenos patológicos ha enseñado que aquello que se creía olvidado por mucho tiempo, puede volver de repente a surgir en la conciencia.
El olvido es un proceso espontáneo al que se puede atribuir un determinado curso temporal. En el olvido se verifica
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