Pensamiento critico, ha provocado muchos cambios en las personas a la hora de tomar de decisiones

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Cuando hablamos de interpretar en general estamos englobando también la capacidad de categorizar o etiquetar el contenido, entender el significado y despejar las posibles dudas, así cuando observamos en otra persona síntomas como sudoración en áreas de la frente o respiración agitada, podemos suponer o etiquetar que esa persona se siente ansiosa o incomoda o que realmente no está de acuerdo con lo que se le plantea.

Algunas preguntas que podríamos hacernos para saber si somos capaces de Interpretar la información que recibimos pueden ser:

¿Qué acaba de decir?

¿Por qué lo ha dicho?

¿Qué sentido tiene?

2.- La habilidad de analizar.

Considerando que Analizar es el proceso por el cual se identifican las relaciones explícitas o implícitas en un argumento que se emite con intención de expresar motivo, juicio, creencia, opinión, y en general, información. Al analizar, unimos las piezas para determinar el propósito de la información que hemos recibido, algunas de las preguntas que nos ayudan en este proceso pueden ser:

¿Por qué dice/ cree eso?

¿A qué se refiere?

¿En qué se basa?

¿Por qué supone que es así?

3.- La habilidad de evaluar

O sea, de medir o valorar la credibilidad de las afirmaciones o descripciones que hace una persona cuando habla o escribe acerca de su experiencia, creencias o convicciones; y en general, cuando expresa su opinión. Un ejemplo es que ante el mismo problema, la frase “esto no se puede hacer” o “esto se hace en dos días” nos provoque una reacción diferente según quién lo este diciendo. De esta manera podemos medir un poco la objetividad del razonamiento.

Personalmente, creo que la habilidad de Evaluar es una de las más importantes. Ya que nos permite conocer y reconocer los factores que usamos para asignar nuestros indicadores de credibilidad de las personas. Algo que aplicamos no sólo a sus afirmaciones, sino a las conclusiones a las que llegan con su razonamiento.

Algunos ejemplos de preguntas que pueden servirnos ien el proceso de evaluar pueden ser:

¿Es un hecho, o una suposición?

¿Cómo lo sabe?

4.- La habilidad de inferir

Inferir es el proceso por el cual somos capaces de identificar aquellos elementos más importantes (como datos, afirmaciones, evidencias, juicios….) que hay que tener en cuenta para hacer conclusiones razonables, o al menos, formular pequeñas hipótesis,

es decir identificar las partes de la información que están sesgadas por la persona como, preferencias o gustos, así podemos inferir que cosas o actitudes son característicos de determinada persona. Algunas preguntas que podrían ayudar en este proceso, como por ejemplo:

¿Qué pasaría si esto no fuese cómo crees? ¿Cambiaría la forma de entenderlo?

¿Hay alternativas sin explorar?

5.- La habilidad de explicar

Una vez que hemos hecho el proceso de Interpretar, Analizar, Evaluar e Inferir, el siguiente paso es expresar de forma clara y coherente los resultados de nuestro razonamiento. Pero no basta con mostrar que el razonamiento no es producto de la imaginación o del pensamiento mágico, también debemos ser capaces de expresarlo de forma convincente. Esto cada vez se complica más, amigos. Tenemos que utilizar datos objetivos que, como no dependen de la interpretación del otro, sean incontestables. Y explicar que las conclusiones a las que llegamos usando esos datos se han extraído también siguiendo procedimientos, y aplicando la objetividad; y no porque hoy nos sentimos inspirados.

En fin, algunas preguntas que nos ayudan a Explicar nuestro proceso de pensamiento:

¿Cuáles han sido los principales resultados del análisis?

¿Cómo se ha llegado a la conclusión?

¿Por qué esa es la mejor alternativa?

6.- La habilidad de autocontrol

El Autocontrol es una metahabilidad. Es la habilidad de pensar sobre nuestra forma de pensar, de repasar nuestro proceso mental y corregir, no sólo el proceso sino sus resultados. Y para hacerlo, aplicamos las habilidades de Interpretar, Analizar, Evaluar e Inferir, pero sobre las conclusiones a las que hemos llegado.

En general, hay dos disciplinas de autocontrol:

*La capacidad de examinarnos. Por ejemplo, de saber cómo nuestro sesgo o intereses han afectado a nuestro punto de vista, y si por ello la conclusión a la que hemos llegado resulta la más acertada.

*La capacidad de corregirnos. Vamos, de ser capaces de darnos cuenta de la falta de objetividad en un argumento, o de haber juzgado algo de manera errónea, y poder llegar a otras conclusiones.

6.1.- habilidad de comunicarse

Ya hemos visto que en un entorno social o colaborativo, en el que te relacionas con varias personas (no olvidemos, cada una de su padre, de su madre, de su perrito que le ladre y con sus propios objetivos) una habilidad necesaria es la de ser capaz de Explicar tus argumentos o ideas con claridad; asegurándote de que tus interlocutores han entendido lo que tú esperabas que entendieran.

Pero no solo basta con que mandemos un mensaje a un receptor a través de un canal (llámese email, WhatsApp o Facebook) para que se reciba que es como normalmente acostumbramos a hacer las cosas, aun así queremos que el otro entienda y procese como queremos. Y lo cierto es que no es así. ¿Cuántas veces has salido de una conversación pensando que “no se enteran” o “no se dan cuenta” o “no me entienden” o “no les importa”? Es algo desesperante, y en general se debe a juicios que elaboramos partiendo de nuestro punto de vista sobre el comportamiento de otra persona (que a su vez hace juicios sobre nosotros).

Bien la mayoría de los problemas que suceden en el ámbito social y especialmente laboral son problemas de comunicación. Bueno, y en el ámbito personal también suceden.

Por ejemplo imaginemos dos exploradores con dos mapas distintos del