Zelig: paradigma de un paciente psicosomático

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La sobreadaptación

Liberman describe al paciente psicosomático como aquel que ha desarrollado un “self cultural sobreadaptado” a expensas de un “self corporal sojuzgado”. Esto quiere decir que son personas que privilegian la realidad exterior, el rendimiento y el cumplimiento de las exigencias ideales, con la consecuencia de disociarse respecto a sus propias necesidades. Pierden así conexión con los mensajes que emite el interior emocional de sus cuerpos (Liberman:1980).

En Zelig esta condición se encuentra exacerbada. Con el fin de adaptarse al medio y quienes lo rodean, modifica no solo sus hábitos, costumbres, sino su propio cuerpo. Se mimetiza, se vuelve idéntico a los otros. Como se comentó anteriormente, la primera vez que reaccionó de esta forma fue al darse cuenta de que él tenía una diferencia con los demás: “No llevaba nada verde” y ante las críticas que esto despierta se “adapta” convirtiéndose en irlandés.

En una de las primeras entrevistas con la psiquiatra, también bajo efectos de la hipnosis, ella le pregunta por qué asume las características de las personas con quienes está, a lo cual Zelig responde que “Es seguro….es seguro ser como los demás. Quiero caer bien”. Gracias a esta declaración, la Dra. llega a la conclusión de que el paciente es un “camaleón humano”. Este animal está dotado de un sistema que le permite cambiar de color y encajar con su alrededor inmediato; asimismo, Zelig también se protege convirtiéndose en quien lo rodea.

Más adelante en la película, un psicoanalista que opina retrospectivamente sobre el caso comenta: “En esa época discutían si era psicótico, muy neurótico...lo que era un hecho es que estaba demasiado ajustado, hasta llegar a extremos. Yo mismo lo consideraba extremadamente conformista”. Esta tendencia al conformismo social se puede asociar con la alexitimia- un trastorno cognitivo-afectivo por el cual los individuos no pueden experimentar o expresar sus emociones. Esta característica es también propia de los pacientes psicosomáticos.

El narrador del documental cuenta un poco sobre la infancia de Zelig: “De chico, lo molestaban los antisemitas. Sus padres, que nunca estuvieron de su lado, le echan la culpa de todo y simpatizan con los antisemitas. Cuando se enojan, lo castigan encerrándolo en un placard, cuando están verdaderamente enojados...se encierran también con él”. Más adelante agrega: “En su lecho de muerte el padre le dice que la vida es una pesadilla de sufrimiento sin sentido...y el único consejo que le da es que ahorre”. Con respecto a sus hermanos, su hermano sufre ataques nerviosos y su hermana es alcohólica y ladrona. En este momento el narrador afirma: “Zelig parece ser el único ajustado en la vida. Parece haber digerido todo, pero de pronto...comienza a tener conductas extrañas”. Hay varias cosas para rescatar de estos dichos. Primero, resulta interesante que de niño lo molestaran los antisemitas, si se piensa que el Nazismo, que comparte esta ideología, llevó a cabo uno de los mayores y más terroríficos exterminios de la humanidad, con el afán de borrar las diferencias. Eso lo perturba, pero luego- con sus identificaciones miméticas- también va a borrar las diferencias entre él y los otros. En el medio entre estas dos actitudes se relata el maltrato familiar, la violencia en “echarle la culpa” y ponerse de lado de los que lo molestan. Este rechazo inicial es lo que luego Leonard interioriza, y le impide a futuro sostener una identidad sin tener que imitar a los demás que lo rodean.

Por otro lado, cabe destacar que- a pesar de que el narrador propone como contraste el “estar ajustado en la vida” y “comenzar a tener conductas extrañas” (haciendo referencia a la metamorfosis)- pareciera más bien existir una continuidad entre una y otra actitud, siendo la segunda más exacerbada, límite. Esta transformación automática que sufre en el cuerpo aparece como la única posibilidad de Zelig de adaptarse al medio y establecer vínculos con quienes están a su alrededor.

Modalidad vincular

Lo que se observa en Zelig es la generación de vínculos simbióticos, propios también de los pacientes psicosomáticos. Él, en presencia de un otro, se hace uno por identificación mimética. Borra las diferencias con su semejante comportándose y luciendo igual que él. Se puede postular como subyacente a este mecanismo una fantasía muy primaria, la de no haberse separado de la madre, la fusión con un otro de los primeros cuidados. Incluso se afirma que esta identificación mimética es la que le provee identidad. Esto se observa en varias partes del film. El narrador relata que, cuando está solo, se lo ve a Zelig en silencio, con la mirada ausente: “La existencia de Zelig es una no-existencia. Desprovisto de su personalidad, sus cualidades humanas perdidas en el vaivén diario...está solo, mirando al vacío. Una cifra, una no persona, un payaso raro. Él, que solo quería pertenecer, formar parte de todo, no ser identificado por sus enemigos, que lo quieran...no encaja ni pertenece”. Se sostiene así que cuando no se vincula con un otro queda desprovisto de su personalidad, esa falsa identidad que recibe o más bien copia en espejo. Si no existe sin un otro es porque aquel le provee el sostén.

Esto se confirma también en una escena con la Dra. Fletcher. Ella había empezado nuevamente una terapia y otra vez Zelig se posicionaba como psiquiatra. Al principio ella lo confronta, pero en determinado momento adopta una nueva estrategia. Durante la sesión, ella se dirige hacia él como “doctor” y le pide ayuda con un asunto. Le cuenta que hace poco ella estaba con un grupo de personas eruditas, que le preguntaron si había leído Moby Dick. Relata que, como tenía una necesidad imperiosa “encajar a toda costa”, les miente diciendo que sí. Se observa entonces que lo que hace la psiquiatra es relatarle la propia escena que Leonard le había narrado- bajo los efectos de la hipnosis- y que ubicaba como primer momento en el que se había mimetizado por primera vez con otros. Él empieza a incomodarse y le dice que ella debería saber qué hacer, pues es doctora. En ese instante, Fletcher confiesa que no es doctora, que ha estado fingiendo para caerles bien, encajar con sus amigos que sí lo son. Zelig empieza a sentirse cada vez peor, se refriega las manos nerviosamente, no sabe dónde mirar. Está mareado. Ella le demanda entonces ayuda, ya que él sí es doctor. Insiste. Leonard le dice que no se siente bien. Ella continúa: “Mi vida es una mentira, he estado fingiendo ser una cosa detrás de otra”. Le hace preguntas a Zelig, le solicita ayuda, le relata un sueño para que