Las dimensiones de la religión
Enviado por poland6525 • 12 de Junio de 2018 • 2.006 Palabras (9 Páginas) • 339 Visitas
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dimensión ética de la religión. En el budismo, por ejemplo, existen, además de todo el conjunto de reglas que sirven para controlar las vidas de los monjes, las monjas y de las comunidades monásticas, ciertos preceptos universales obligatorios, que se conocen como los cinco preceptos o virtudes. En el judaísmo, no sólo se cuentan los diez mandamientos, sino un conjunto de aproximadamente seiscientas normas, que fueron impuestas a la comunidad por el Ser Supremo. Esta ley, o Torá, constituye una norma de vida para el judío ortodoxo, que también forma parte de la dimensión ritual porque, por ejemplo, el mandato de que el Sabbath sea día de descanso también implica el cumplimiento de una serie de prácticas y rituales sagrados, como la asistencia a la sinagoga o el mantenimiento de la pureza. De manera similar, la vida islámica también ha estado tradicionalmente controlada por la ley o sari’a que da forma a la sociedad en el plano civil y en le religioso, y también a la vida moral de cada individuo, ordenándole que debe rezar a diario, dar limosna a los pobres, etc..., y que, igualmente, también establece unas instituciones sociales concretas, como el matrimonio, la formas de banca, etc. Otras tradiciones pueden estar mucho menos vinculadas con un sistema legal, pero, de hecho, aún presentan una ética que está muy influida y controlada por el mito y por la doctrina de fe religiosa. En la fe cristiana, por ejemplo, la actitud ética central es el amor y ésta no sólo surge de la imposición, por parte de Jesús a sus discípulos, de que amasen a Dios y a su prójimo, sino también de la historia del propio Cristo que dio su vida por amor hacia sus semejantes. Este valor también se encuentra enraizado en la idea de la Trinidad, pues Dios es, desde toda la eternidad, una sociedad constituida por tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que se mantienen juntas mediante el vínculo del amor. El cristiano se integra en una comunidad que refleja, como de todas formas cabía esperar, la vida del Ser Divino, en tanto que Trinidad y también como servidor de la raza humana y, de hecho, de toda la creación.
6. Dimensión social e institucional- en términos abstractos, se puede considerar que todas las dimensiones expuestas hasta ahora no llegan a estar encarnadas en una forma externa. En cambio, las dos últimas dimensiones, tiene que ver con la encarnación de la religión. En primer lugar, todos los movimientos religiosos se personifican en un grupo de individuos que con mucha frecuencia presentan una organización formal (en forma de iglesia, sangha o umma). La sexta dimensión es, por tanto, todo aquello que se puede denominar como aspecto social o institucional de la religión. Para llegar a comprender una fe es preciso ver el modo en que ésta opera entre la gente. Ésta es la razón que explica por qué una de las herramientas más importantes con que cuenta el investigador de las religiones es esa subdisciplina denominada sociología de la
religión. En ocasiones, el aspecto social de una cosmovisión es simplemente idéntico al de la propia sociedad, tal y como ocurre en los grupos sociales de pequeño tamaño, como las tribus. Sin embargo, también puede existir gran variedad de relaciones entre las religiones organizadas y las grandes sociedades: se puede dar el caso de que una fe pueda ser la religión oficial o que sólo sea una simple confesión entre muchas otras, o incluso que esté totalmente aislada de la vida social, como ocurre con las sectas. Por otra parte, dentro de la organización de una religión existen otros muchos modelos que, por ejemplo, pueden ir desde el gobierno relativamente democrático de una congregación protestante radical hasta el sistema jerárquico y monárquico de la Iglesia de Roma. Los oficiantes rituales de una religión pueden llegar a convertirse, a largo plazo, en las personas más importantes dentro de una religión. Existen personajes carismáticos o sagrados cuyos poderes espirituales se manifiestan mediante su conducta y sus acciones, y que reviven la fe del pueblo sencillo, figuras como las personas santas, los gurús, los místicos o los profetas, cuyas palabras y ejemplos excitan el entusiasmo espiritual de las masas, y que conceden profundidad y significado a los rituales y valores de una tradición. También pueden ser revolucionarios y hacer que la religión discurra por unos cauces nuevos. En resumen, la dimensión social de la religión no sólo incluye a la masa anónima de los creyentes sino también a aquellos individuos sobresalientes, gracias a cuyos rasgos se manifiestan antiguos y nuevos pensamientos acerca de ese cielo tan anhelado por las personas.
7. La dimensión material- la dimensión social o institucional de una religión llega a encarnarse, casi inevitablemente y de diferentes maneras, en una forma material, adoptando así la figura de edificios, obras de arte y otro tipo de creaciones. Algunos movimientos religiosos- como por ejemplo el cristianismo calvinista, sobre todo en la época anterior al presenta siglo- renuncian a los símbolos externos por considerarlos potencialmente idólatras; las edificaciones de este tipo de movimientos religiosos son generalmente muy hermosas como consecuencia de su simplicidad, pero su auténtica intención es carecer de cualquier imagen artística, o de otro tipo, que pueda llegar a seducir a los fieles, pues Dios es un espíritu que supera cualquier tipo de representación. A pesar de ello, las expresiones materiales de la religión son, con mucha frecuencia, muy elaboradas y conmovedoras y, desde el punto de vista de los creyentes, son muy importantes en la aproximación de aquellos a lo divino. Si no fuese así, ¿cómo podríamos llegar a comprender el cristianismo ortodoxo oriental sin detenernos en apreciar su gusto por los iconos y sin saber que éstos se consideran como una especie de ventana abierta al cielo? ¿Cómo podríamos llegar a comprender el sentimiento del hinduismo sin prestar atención a las diferentes estatuas del dios y de los dioses? Otra importante expresión material de una religión la constituyen aquellos elementos naturales del mundo que se distinguen como portadores de un significado sagrado especial (el río Ganges, el Jordán, las montañas sagradas de China, el monte Fuji en Japón, el monte de los Olivos, el
monte Sinaí...). Es cierto que, en ocasiones, estos paisajes y entornos sagrados se combinan de una manera muy directa con ciertas creaciones humanas, como puede ser, por ejemplo, la ciudad de Jerusalén, los santuarios sagrados de Benarés, o el templo de Bodh Gaya, en el que se conmemora la iluminación de Buda.
Fuente- Las religiones del mundo- Ninian Smart, Ediciones
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