Los creyentes y el compromiso político

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La ley de 1098 de 2006 en su artículo 18, define: “El maltrato infantil como toda forma de perjuicio, castigo, humillación o abuso físico o psicológico, descuido omisión o trato de negligencia, malos tratos o explotación sexual, incluidos los actos sexuales abusivos y la violación y en general toda forma de violencia o agresión sobre el niño, la niña o la adolescente por parte de sus padres, representantes legales o cualquier otra persona”. (código de infancia y adolescencia, 2016)

Las mejores definiciones usadas corrientemente combinan una especificación clara del significado del término "sexual" con alguna guía sobre la edad y el nivel de desarrollo de los participantes. Según la Dra. Sacroisky los abusos sexuales pueden consistir en coito, contacto anal-genital, manoseos o un encuentro con un exhibicionista. Otros han ampliado la definición para incluir cualquier actividad que produzca gratificación sexual en el abusador. Así podemos afirmar que abuso sexual es la participación en cualquier actividad sexual de menores inmaduros con un adulto que los somete. Pueden ser menores con una diferencia de edad mayor de 5 años. (Dra. Gloria sacroisky, 21)

Se entiende entonces que la víctima no comprende totalmente ni se encuentra capacitada para dar su consentimiento. En general no es un acto violento. Abarca desde exhibicionismo, el manoseo, la manipulación de genitales, la participación en material pornográfico hasta coito (violación).

Para nosotros un elemento central en el abuso sexual es que se trata de una acción que lleva a cabo un adulto para su propia finalidad sexual, tomando al niño como un objeto. Una segunda cuestión concierne a la edad y el nivel de desarrollo del niño y del abusador. Para definir los límites del abuso, la mayoría de las definiciones selecciona una edad cronológica sobre la base de características psicológicas, por ejemplo, 16 o 18, que es la edad del consentimiento.

En todos los casos, el abuso sexual incluye el uso de la coacción de un modo implícito o explícito, y esto es indudablemente un factor central para calificar el acto como abusivo (la víctima está impedida de prestar su consentimiento).

Estructuralmente, los niños dependen de los adultos, es decir su dependencia es uno de los factores que los define como niños. La actividad sexual entre un adulto y un niño siempre señala una explotación de poder; a este respecto, difiere de otras formas de encuentro sexual y nunca puede ser otra cosa que abuso (Dra. Gloria sacroisky, 21).

DESCRIPCIÓN DE LA PEDOFILIA Y DEL PEDÓFILO:

Según (José Rafael Prada Ramírez, 2010) pedofilia es el acto o la fantasía de establecer relaciones sexuales con niños menores de edad, como método repetidamente preferido o exclusivo, para lograr la excitación sexual. Algunos hablan de pedofilia cuando se trata de relaciones sexuales de un hombre con jovencitas o niñas, de pederastia cuando las relaciones sexuales son de un hombre con muchachitos menores de 14 años, y efebo filia cuando las relaciones sexuales son como adolescentes.

(José Rafael Prada Ramírez, 2010) Asegura también que más del 20 % de los pedófilos son parientes de la víctima. Los hombres heterosexuales pedófilos buscan niñas de 8 a 10 años, desconocidas, cuya confianza van ganado poco a poco, y generalmente no van más allá de tocarlas. Los homosexuales pedófilos buscan muchachos de 10 años en adelante y varios de estos son agresivos. La mayoría de pedófilos son hombres con edades entre los 30 y 40 años. Por lo general no presentan trastornos psicológicos pero ejercen actos pedofílicos en momentos estresantes.

LA PEDOFILIA EN LA PSICOLOGÍA:

El psicólogo Helí Alzate sostiene que los seres humanos llegan a su madurez sexual antes que nuestras costumbres lo reconozcan. Afirma que no parecen existir bases biológicas para considerar “anormal” la actividad sexual entre jóvenes y adultos pues estas son frecuentes entre animales inferiores y algunas culturas humanas. (alzante, 1987).

LA PEDERASTÍA:

El abuso sexual de pederastas es traumático pero ocasional. La mayor parte ocurre en partes, salidas de la escuela o predios desolados.

Según (José Rafael Prada Ramírez, 2010) el pedrastra más peligroso es aquel en el que el niño confía naturalmente; Un familia, un amigo, un clérigo, un maestro etc. Pues el interrogante que se le hace a la policía o el juez es más perjudicial en ocasiones que el mismo abuso sexual por la irá explosiva de los padres y la curiosidad malsana de los espectadores.

LA PEDOFILIA DE LOS CLÉRIGOS DE LA IGLESIA CATOLICA:

(Lütz, 2010) Afirma “El abuso sexual de menores por parte de los sacerdote católicos es un delito especialmente repugnante y, por lo tanto, el acto tiene algo de incestuoso”. Por eso el problema debemos situarlo con una actitud crítica en la verdad, para el bien de los niños y víctimas de la iglesia y la sociedad entera.

Podríamos decir que la iglesia ha sufrido una crisis tan fuerte desde el surgimiento del protestantismo, a causa de los escándalos de Clérigos y religiosos en relación al abuso sexual de menores.

Recientemente Monseñor Charles J. Scicluna, promotor de justica para el Dicasterio de la Doctrina de la Fe, indaga sobre la “delicta gaviora” (los delitos más graves de la iglesia católica), concedió una entrevista publicada en el diario italiano avevenire el 13 de marzo de 2010 y, entre otros puntos afirma lo siguiente (Cardinale, 2010).

Entre los delitos más graves de la iglesia católica encontramos la “profanación”, contra el sacramento de la penitencia, “la solicitud” en confesión y el pecado de un clérigo contra un menor de 18 años. (Scicluna, 22)

En la última década su oficina ha atendido, investigado y sancionado cerca de 3.000 procesos contra clérigos acusados de abuso a menores en los últimos 50 años. El 60% de casos de efebofilia (abuso de adolecentes del mismo sexo), el 30% de relaciones heterosexuales y el 10% de estricta pedofilia con niños que no han llegado a la pubertad. Es importante considerar que en el mundo son poco más de 400 mil sacerdotes.

PERSPECTIVA DE LA IGLESIA CATOLICA FRENTE AL ABUSO SEXUAL:

Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que la iglesia católica considera la pedofilia como un crimen horrendo y lo castiga con las penas más severas que ella posee. Tanto para el derecho canónico como para la ley civil el abuso sexual