Resumen Vicios y Virtudes.

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Y por desgracia el egoísmo es inextirpable, pero con todo es posible controlarlo y combatirlo, el primer paso será conocerlo mejor: desenmascararlo, medirlo, captar sus expresiones, por muy monstruoso que parezca, siempre será manejable.

Hay muchos enemigos de la serenidad, pero ninguno como nuestro propio ego, cuando anda desatado, inflamado o lastimado, nuestro ego magnifica todos los pesares, más sin en cambio cuando nuestro ego está en su lugar ninguna contrariedad puede robarnos más tiempo que el necesario para resolverla.

El egoísmo se opone en realidad a nuestra tendencia más natural, como fuimos diseñados para amar todo nuestro ser tiene una proyección alocentrica es decir hacía los demás, algunos afirman que para amar a los demás debemos de amarse a uno mismo primero. Pero aunque esto fuera verdad solo podremos amarnos en medida que nos descubrimos capaces de amar a los demás, ya que el amor a otros es nuestra más íntima esencia, quien no ama a nadie es un desconocido para sí mismo y le será imposible amarse.

El egoísmo es un intruso que nos acompaña y hace sufrir toda la vida, es una serpiente de múltiples cabezas, que acecha permanentemente, dicho de otro modo, el egoísmo es el tronco común de todos los vicios.

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Sensualidad y Soberbia

La palabra pasión procede del verbo latino patior, que significa padecer, sufrir. Las pasiones son inclinaciones o tendencias espontaneas. Casi siempre, las pasiones se despiertan respondiendo a un estímulo que impacta la sensibilidad, la emotividad. En realidad, las pasiones no son buenas ni malas, todo dependerá el enfoque con la que las llevemos. Las pasiones suelen caracterizarse por ser pasajeras, pero desafortunadamente al terminar ya han dejado algún daño.

De la sensualidad y la soberbia brotan ramas, la sensualidad da lugar a la pereza, la intemperancia, la lujuria, el afán excesivo de comodidad y la avaricia. La soberbia por su parte, deriva en orgullo, vanidad, autosuficiencia, susceptibilidad y rebeldía. Evidentemente todo padecemos en alguna medida de cualquiera de estos vicios.

El ser humano es complejo, mucho más que un sofisticado reloj suizo, alma, cuerpo, genética y educación, temperamento y experiencia, naturaleza y gracia toda contribuye a que la persona humana sea en verdad única, inédita, irrepetible e impredecible.

Muy pronto el egoísmo dio a luz a su primer fruto y quizá el más amargo: la división, y así desde el mismo amanecer de la humanidad hasta el día de hoy, el hombre se siente dividido, lacerado por rupturas.

En sí mismas las pasiones no son ni buenas ni malas, depende del signo y cauce que se les dé, hay personas muy pasionales que subliman y usufructúan esas fuerzas con tal eficacia.

En la vida real no podemos escoger nuestras pasiones, porque dejarían de ser eso pasiones, más bien brotan espontáneamente según el temperamento y las predisposiciones personales de cada uno, lo que nos toca a cada uno es descubrir que pasiones predominan en nuestra personalidad y en particular cuál es nuestra pasión o defecto dominante para combatirlo con inteligencia y decisión.

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Pereza

La pereza es un gusano que horada la vida, este es la primera ramificación de la sensualidad, el diccionario la define como desidia, tedio o negligencia, este es un vicio bastante bien conocido. Pero la pereza es un vicio opcional, ya que es igual como cuando se elige un objeto de placer, hay algunos tipos de perezoso;

El perezoso minimalista: Es el que se rige por la ley del mínimo esfuerzo, pero esto lamentablemente puede ser una pereza colectiva o inclusive hasta cultural.

El perezoso desordenado; lo suyo es el desbarajuste, aquel perezoso donde piensa que el orden es propio de personas obsesivas, por lo que el demuestra todo lo contario al orden.

Perezoso selectivo; este es un tipo curioso ya que su pereza no es generalizada, sino que solo se enfoca en algo que le ocasiona un conflicto.

El perezoso Inactivo; Es el caso más triste ya que en su afán de descansar su vida pasa desapercibida, perdiendo la noción del tiempo.

En el vocabulario del perezoso no existe la palabra servir, porque para poder servir tendría que quitarse la pereza y en su definición de el mismo el no vino a servir sino a ser servido.

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Intemperancia

Una de las diferencias entre cualquier animal y el ser humano la dio Aristóteles al decir que lo que nos hacía diferentes era que somos racionales de ahí que podamos entender porque el comercio y la publicidad dirigen tantos mensajes e incitaciones, de ahí que nos dejemos llevar por el mundo material.

Una de las manifestaciones conocidas de la intemperancia es la gula o el apetito desenfrenado, donde algunas personas solo comen por compulsión el cual que es un desorden psicológico mientras la gula es un desorden moral.

Otra forma frecuente de su aparición es en el abuso del alcohol, otro más se ve en el consumo de drogas.

Las consecuencias de la intemperancia son bien conocidas y en algunos casos desastrosas.

Somos muy diferentes a los animales y la diferencia no estriba solo en la presencia de un alma espiritual, también nuestro cuerpo es diferente es realmente humano, de hecho más que poseer un cuerpo somos corpóreos, más que instintos tenemos tendencias y más que física nuestra sensibilidad es en cierto modo espiritual, ahora bien el hecho de ser corpóreos nos imponen necesidades y tendencias que se expresa en forma de apetito sensitivos. La sed, él hambre, el impulso sexual, son apetitos que residen en nuestra corporeidad y cumplen funciones vitales necesarias para la supervivencia del individuo y la especie, bajo esta óptica todo apetito sensitivo tiene una razón de ser y una bondad propia, sin embargo también en esta dimensión de nuestro ser, el egoísmo introdujo su desorden. Nuestra sensibilidad quedo inclinada al mal es decir a la búsqueda desordenas del placer sensual.

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