Segundo periodo de la historia de la iglesia

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Formación del Canon del Nuevo Testamento

Se producían grandes adelantos en la condición, organización y vida de la comunidad cristiana. Los escritos del Nuevo Testamento poco después del principio del segundo siglo. Sin embargo, el establecimiento de estos libros no fue inmediato. No todos se aceptaban en todas partes como Escritura inspirada. Gradual y lentamente los libros del Nuevo Testamento, alcanzaron la prominencia de Escrituras inspiradas. No puede darse ninguna fecha precisa del completo reconocimiento del Nuevo Testamento, pero no puede fijarse antes del año 300 d.C.

Desarrollo de las organizaciones eclesiásticas

Mientras vivieron los primeros apóstoles, el respeto general hacia ellos elegidos de Cristo, fundadores de la iglesia y hombres dotados de inspiración divina, los convertían en los indiscutibles líderes y gobernantes de la iglesia, hasta donde era necesario el gobierno. Sin embargo, setenta años después, alrededor de 125 d.C., encontramos que los obispos estaban por doquier gobernando la iglesia. La forma episcopal de gobierno llego a ser dominante y universal.

El crecimiento y el alcance que tuvo la iglesia hicieron necesarias la organización y la disciplina.

El nacimiento de sectas y herejías en la iglesia hizo que fuesen absolutamente necesarios algunos artículos de fe y cierta autoridad para ponerlos en vigor.

Desarrollo de la doctrina

Otra característica distintiva de este periodo fue el desarrollo de la doctrina. Sin embargo, la fe poco a poco llego a ser mental, una fe del intelecto. Se enfatizaba la sana doctrina, antes que la vida espiritual. “el credo de los apóstoles”, se compuso durante este periodo. Surgieron tres grandes escuelas de teología: en Alejandría, en Asia Menor y en el Norte de África, grandes maestros estaban asociados con estas escuelas.

Desarrollo de sectas y herejías

A la par del desarrollo de la doctrina teológica estuvo el nacimiento de las sectas o herejías, como se llamaban, en la iglesia cristiana. Los cristianos de los siglos segundo y tercero no solo lucharon en contra de un mundo pagano y adverso, sino también en contra de herejías y doctrinas corruptas dentro de su propio redil.

Algunas de las sectas más importantes de ese periodo:

- Los gnósticos, era un injerto del cristianismo sobre el paganismo. Creían que del Dios supremo emanaba un gran número de deidades inferiores, algunas benéficas, otras malignas. Interpretaban las Escrituras de una manera alegórica.

- Los ebionitas, eran cristianos judíos que insistían en las leyes y costumbres judaicas debían ser observadas. Rechazaban los escritos de San Pablo.

- Los maniqueos, rechazaban a Jesús, pero creían en un “Cristo celestial”, eran severos en el ascetismo y renunciaban al matrimonio.

- Los montanistas, eran puritanos que reclamaban volver a la sencillez de los cristianos primitivos. Consideraban los dones de profecía como el privilegio de los discípulos y tenían muchos profetas y profetisas entre sus miembros.

Condición de la iglesia

Acerca de estas sectas, y por lo general denominadas herejías, la dificultad de comprenderlas surge que sus propios escritos ya no existen. Para formar nuestros conceptos acerca de ellos dependemos de los que escribieron en su contra que sin duda estaban prejuiciados.

En sentido general, era una iglesia de enseñanza unificada. Las diferentes sectas se levantaron, florecieron y gradualmente perecieron. Era una iglesia completamente organizada, era un ejército disciplinado, unido bajo dirección, era creciente, a pesar de las persecuciones. Al final del periodo de persecución la iglesia era lo bastante numerosa.