Análisis de Estudio sobre cambios en las creencias religiosas en Costa Rica de la Dra. Laura Fuentes desde Mardones y Fierro

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2.2. Mardones y el problema de la modernidad

Ya antes mencionado en el trabajo de la Dra. Fuentes, vemos que a la hora de pensar lo religioso en Costa Rica, nos vemos forzados a reconocer la creciente secularidad que reflejan los datos, llevando no necesariamente al ateísmo o al agnosticismo (aunque ambas poblaciones se han incrementado), pero sí a las categorías de católico no practicante y evangélico no practicante. Esto refleja un comportamiento social inusual en nuestro contexto histórico: la lenta pero constante pérdida de la Iglesia (en este caso me refiero específicamente a la católica) como protagonista o base de nuestra sociedad. Lo que Mardones (1995) conceptualizó como una “marginalización de la Iglesia”.

Esto se debe a los valores de la modernidad, que aunque dicha palabra ha sufrido un vaciamiento de significado, podemos rastrear su marco axiológico a los pensadores ilustrados como Montesquieu, Rousseau, y sobre todo, Kant. Es en el proyecto de la modernidad, donde la religión pierde cada vez más centralidad en las sociedades, siendo la razón ilustrada la que toma la centralidad, y sus expresiones más puras en el capitalismo moderno y el Estado moderno.

Dicha crisis de la iglesia se debe en parte a la mayor libertad de información y expresión legítima que se ha dado en Costa Rica, provocando como vimos en el gráfico 3 de la Dra. Fuentes, que la brecha generacional presenta un obstáculo cada vez mayor para las agrupaciones religiosas. Es decir, como lo establece Fuentes (s.f):

Ahora bien, a mayor edad, más personas profesan una fe religiosa y los más jóvenes son quienes tienen menos prácticas religiosas, pero parece haber un repunte local tanto en cuanto a creencias como a prácticas entre los 35-44 años y 45-54 años. No obstante, de forma general los resultados se corresponden con el perfil etario descubierto por el Latinobarómetro 2013 (Banco de Datos, 2014) para la región latinoamericana, donde hay más católicos conforme se acrecienta la edad, y en los sectores más jóvenes aparecen más evangélicos, así como personas sin afiliación religiosa. Esto supone un cambio intergeneracional en proceso, donde cristianos evangélicos y personas sin creencias parecerían comenzar a revocar el dominio católico en el campo religioso, lo que Bastian (2013: 94) llama el cambio de “una efervescencia diferenciada en situación de monopolio a una pluralización efervescente”.(pag 4)

Esta pluralización se debe como ya establecimos con Mardones (1995) a los valores de la modernidad, es decir, la epistemología dominante que divide el mundo de la esfera pública en ámbitos específicos (lo económico, lo político, lo social, lo cultural, lo religioso, etc) como lo trabaja Bourdieu (1990) en su teoría de campos. Esta nueva forma de ver el mundo corresponde al mundo moderno, por lo cual la Iglesia se visto forzada a combatir dicha secularización, puesto a que esto conllevo a desplazar lo religioso al ámbito privado, provocando así una individualización de la espiritualidad misma, siendo esta aún más central en las denominaciones religiosas posmodernas. (Vease el caso de New Age por ejemplo)

Entonces vemos que la configuración de axiomas del mundo religioso, de la modernidad, y el problema de adaptación de la Iglesias a la misma posmodernidad, pueden explicar de forma concreta, los cambios a los que la Dra. Fuentes se refiere en su investigación, y el comportamiento del fenómeno religioso en una era dominada por la secularidad, sin tomar necesariamente la postura más dura sobre las sociedades modernas y su “destino” a la secularización, ya que si tornamos nuestra mirada a temas del ámbito social, como lo son los movimientos LGTBI, la fecundación in vitro y las discusiones sobre la familia, nos encontramos más bien un despertar de los sectores religiosos, configurando nuevas formas de participación.

3.1. Conclusiones

El trabajo de la Dra. Fuentes pone en discusión el actual estado del fenómeno religioso en Costa Rica, trayendo de forma central los cambios que gradualmente está sufriendo la sociedad misma. Entender la influencia de la religión en nuestra sociedad, nuestro Estado, y la cultura misma debe ser tema vital en la sociología contemporánea. Los esfuerzos conceptuales que los teóricos de la religión intenta por explicar dicho fenómeno, nos permiten entender con mayor profundidad la totalidad de lo real, centralizando la discusión más allá del debate secular-religioso, poniendo la perspectiva no el deber ser, sino en lo que es, permitiendonos así dejar aun lado nuestras propias perspectivas, y tener un debate sobre cómo influye, y bajo qué premisas podemos hablar de modernidad como marco histórico, permitiendo un mayor conocimiento de nosotros mismos, creando a su vez, nuevas configuraciones tanto de la cultura como de la religión.

Bibliografía

Bourdieu, P. (1990). Algunas propiedades de los campos. Sociología y cultura, 135-141.

Fierro, A. (1982). Teoría de los cristianismos. Ed. Verbo divino.

Fuentes, L. (s.f.) Seminario Internacional Sociedades en Cambio: Retos a las teologías y las religiones. (s.v.) p. 1-21.

Mardones, J. M. (1995). Análisis de la sociedad y fe cristiana. PPC.