ENSAYO SOBRE EL HECHO RELIGIOSO EN LA HISTORIA DE LAS CIVILIZACIONES

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Por último un dato importante que cabe mencionar es que, la gente más mayor es la que afirma haber recibido educación religiosa en el hogar, es decir que antaño, era más frecuente educar a los hijos religiosamente en el hogar y que como durante las dos reflexiones anteriores he mencionado, actualmente los jóvenes a pesar de ser educados religiosamente, que este hábito también ha descendido, no se consideran creyentes ni practicantes y en mi opinión una gran importancia de ello la tiene los cambios tecnológicos y la sociedad, ya que mediante su evolución n ido dejando los rituales y creencias religiosas en ambiguas.

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EJERCICIO 4: ¿QUÉ ES CREER?

Creer no es algo evidente para nadie, y menos aún en la cultura del mundo actual. Creer es el motor de la investigación, es por eso que a pesar de lo que mucha gente piensa, creer no es solo una actitud religiosa, sino una realidad humana absolutamente general y que la oposición entre creer y saber no es simple.

Continuando con esta idea, los humanos no pueden vivir sin tener un mínimo de fe en los otros, es decir que todo el mundo necesita creer en los otros para poder amar o tener amistades. Por lo tanto, la condición humana no puede amar sin apelar a una forma de fe, que ningún saber puede suplantar.

Otras de las creencias necesarias para los humanos serían los valores y teniendo en cuenta todas esas creencias, a modo de conclusión cabe mencionar que el acto de creer es un acto esencial de los humanos, un acto noble y no un acto vergonzoso.

Por otra parte sigue siendo verdad que el creer religioso es la forma más visible del creer y que a lo largo de la historia de la humanidad ha obtenido numerosos títulos de nobleza.

En consecuencia, toda actitud religiosa no supone necesariamente la fe, ya que, la fe religiosa es la confianza total del hombre en un Dios y en cambio la fe sin ser religiosa, no tiene por qué creer que Dios existe.

En cuanto a la fe religiosa se refiere, se le asocian dos elementos, un creer en y en creer que. Pero más adelante, san Agustín colocara en una línea ascendente los tres aspectos de fe cristiana, creer que hay Dios, creer a Dios y creer en Dios.

Para continuar vamos a mencionar la idea de que creer es entrar en un diálogo y esta idea mantiene una estrecha relación con la fe, ya que, para crear el diálogo son necesarias tres respuestas y tres preguntas:

-¿Crees en Dios Padre? Sí, creo. -¿Crees en Jesucristo su único Hijo? Sí, creo. ¿Crees en el Espíritu Santo? Sí, creo.

Una vez acaba esa parte, vamos a hablar sobre los > de la fe, es decir, de que el acto de fe supera siempre en compromiso y en contenido a las razones que se tiene para creer. Según la enseñanza de la iglesia, la fe es al mismo tiempo cierta y libre, pero, sin embargo, cuanto más cierta es una realidad menos libre parece ser. Por lo tanto nos encontramos con una paradoja, que dice que el compromiso libre ayuda a aclarar la verdad.

En cuanto a la libertad se refiere, la libertad religiosa es dar la posibilidad de escoger una religión determinada como rechazarlas todas ellas, al igual que creer en la fe o no. Hay muchos que opinan que la fe o creer es un don de Dios, pero en realidad el acto de creer es fruto de una experiencia religiosa. También cabe mencionar que toda respuesta de fe está condicionada por la realidad religiosa del país en el que se vive.

Prosiguiendo con el tema de la fe hoy en día está siendo acusada de mantener la violencia entre los pueblos. Es por ello que se está corrompiendo la esencia de todo mensaje religioso que, si se pretende verdadero, no puede sino enseñar amor, perdón y reconciliación.

Una vez mostradas las razones para creer, es hora de exponer las opuestas, las razones para no creer. La primera sería la inmensidad del mal, la segunda la mediocridad del conjunto de los hombres y la tercera más sorprendente pero al mismo tiempo más grave sería, que la fe en Dios y la religión corresponden demasiado

Para concluir, ninguna reflexión, puede conferir a otra persona la fe, el acto de creer es un acto humano, con todos sus derechos de ciudadanía y por lo tanto en mi humilde opinión, la fe y las creencias religiosas deberían ser respetadas por todo el mundo, al igual que todas las otras personas no creyentes se merecen el mismo respeto.