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RESUMEN DEL LIBRO AUTORIDAD ESPIRITUAL LA IMPORTANCIA DE LA AUTORIDAD

Enviado por   •  23 de Mayo de 2018  •  5.546 Palabras (23 Páginas)  •  3.904 Visitas

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LA OBEDIENCIA DEL HIJO

En este capítulo vemos cómo es que definitivamente el ejemplo más perfecto de sometimiento y obediencia a la autoridad lo demostró, lo cumplió y lo aprendió Jesús, puesto que siendo Dios, se despojó de sí mismo, de su poder, de su autoridad, y de su gloria, en pocas palabras se despojó de ser Dios, de ser el Hijo de Dios, que no se aferró a decir yo soy Dios y todos se someten a mí, sino que por el contrario, Él se humilló dos veces, primero en este acto desprenderse de su divinidad y posteriormente en su humanidad, y de esta manera simplemente, sin ninguna complicación y sin ningún cuestionamiento, Él se somete voluntariamente a la autoridad del Padre y declara : “El Padre mayor es que yo” (Juan 14:28) En este momento el Padre toma el lugar de la cabeza, y el Hijo responde con obediencia. Dios es la autoridad y Cristo la obediencia. Para que los seres humanos fuésemos obedientes bastaría tan sólo con un poco de humildad y despojarnos de nuestro ego, sin embargo para Cristo que lo es TODO, seguramente no fue fácil ser obediente y aun así Él aprendió la obediencia y la inició.

Jesús dejó su autoridad en el cielo y la cambió por obediencia aquí en la tierra, voluntariamente fue como un esclavo, aceptando las limitaciones humanas del tiempo y el espacio, se humillo hasta el último momento, y fue obediente hasta la muerte. La obediencia dentro de la Divinidad ha sido el espectáculo más maravilloso de todo el universo. Dios lo exaltó hasta lo sumo. Dios exalta al que se humilla. Este es un principio divino.

CÓMO ESTABLECE DIOS SU REINO

Así como Dios aseguró el principio de obediencia mediante la vida de nuestro Señor Jesucristo, así también estableció su autoridad por medio del Él.

Cuando Jesús vino a la tierra, lo hizo como hombre, fue débil y aprendió lo que era la obediencia, y a pesar de tanto sufrimiento maduró en fruto de obediencia y ninguna clase de sufrimiento lo hizo murmurar o enojarse.

Que diferente fue la actitud y la obediencia de Jesús comparada con tantos cristianos que al pesar de padecer tanto sufrimiento no aprendemos la obediencia incluso cuando han pasado tantos años, lo más común es murmurar y renegar pero nunca someternos a la autoridad de Dios y menos a obedecerlo, pero Jesús si lo hizo. Por la obediencia de un hombre, muchos recibieron la gracia. La obediencia de nuestro Señor es para beneficio del reino de Dios. El propósito de la redención es promover ese reino.

Fue el propósito de Dios que los seres que había creado aceptaran su autoridad; sin embargo, ambas clases de criaturas (los ángeles y los hombres) la rechazaron. Dios no podría establecer su autoridad en las criaturas, aun así no renunciaría a ella. Él podría retirar su presencia; pero jamás renunciará a la autoridad que inició. Donde está su autoridad, allí está su legítimo lugar. Por eso es que Dios por una parte afirmará su autoridad y por la otra establecerá su reino. Aunque Satanás viola continuamente la autoridad de Dios y los hombres se rebelen diariamente contra Él, Dios no permitirá que tal rebelión continúe para siempre, Él establecerá su reino.

LOS HOMBRES DEBEN OBEDECER A LA AUTORIDAD DELEGADA

1. EN EL MUNDO. Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios (Romanos 13:1)

Dios es el origen de todas las autoridades del universo porque todas las autoridades gobernantes son instituidas por Él y representan su autoridad. Dios mismo estableció este sistema de autoridades con objeto de manifestarse. Cada vez que la gente se encuentra con la autoridad, se encuentra con Dios. Es posible que los hombres lleguen a conocer a Dios por medio de su presencia, pero hasta sin su presencia pueden conocerlo todavía por medio de su autoridad.

2. EN LA FAMILIA. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es la cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia… Así que como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. (Efesios 5:22-24)

Dios ha establecido su autoridad en el hogar; pero muchos de sus hijos no prestan suficiente atención a esta esfera de la familia. Pero las epístolas – como Efesios y Colosenses – no pasan por alto este asunto. Ellas mencionan específicamente la sumisión en el hogar, y sin ésta habrá dificultades en el servicio de Dios. Las cartas de 1ª. a Timoteo y a Tito tratan del tema de la obra, pero también tratan de los problemas de la familia como algo que podría afectar la obra. La primera carta de Pedro trata principalmente del reino; pero él también considera como rebelión contra el reino la rebelión contra la autoridad familiar. Una vez que los miembros de una familia vean la autoridad desaparecerán muchas dificultades en el hogar.

Dios ha puesto al marido por autoridad delegada de Cristo, con la mujer como representante de la iglesia. Sería difícil que la mujer se sometiera a su marido si no viera en él la autoridad delegada que Dios le ha conferido.

3. EN LA IGLESIA. Os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan, y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros. (1 Tesalonicenses 5:12-13)

Dios pone en la iglesia autoridades tales como “los ancianos que gobiernen bien” y “los que trabajan en predicar y enseñar”. Ellos son las personas a quienes todos deben obedecer. Los más jóvenes deben aprender a sujetarse a los de más edad.

La autoridad delegada es algo tan serio que si uno la ofende se enemista con Dios, el rechazo de la autoridad delegada es una ofensa a Dios.

Habiendo delegado su autoridad en los hombres, Dios mismo no invalidará a la autoridad delegada; más bien Él está restringido por la autoridad que ha delgado, Dios respeta a su autoridad delegada.

LA AUTORIDAD DEL CUERPO

Es en el cuerpo de Cristo que se halla la manifestación más completa de la autoridad de Dios.

Sólo la relación entre Cristo y la iglesia puede dar plena expresión a la autoridad así como la obediencia, porque Dios no llamó a la iglesia a ser una institución; el ordenó que fuera el cuerpo de Cristo.

La iglesia es el cuerpo de Cristo, mientras que Cristo es la Cabeza de la iglesia. Las relaciones de padres e hijos, amos y siervos, y hasta maridos

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