SEMANA PARA ORAR CON LOS "REZOS" MÁS CONOCIDOS

...

Día 3º: Oremos con el Credo, pensando en cada palabra.

Es el resumen de nuestra fe. Cada frase tiene un gran contenido. Piénsalo.

Y conversa con el Padre, con el Hijo, con el Espíritu Santo. Da gracias por el don de Dios que en el Credo está contenido.

Día 4º: Oremos con una oración muy querida de San Ignacio, el Alma de Cristo.

Alma de Cristo, santifícame,

cuerpo de Cristo, sálvame,

sangre de Cristo, embriágame,

agua del costado de Cristo, lávame,

pasión de Cristo, confórtame,

oh buen Jesús, óyeme,

dentro de tus llagas escóndeme,

no permitas que me aparte de ti.

Del enemigo malo defiéndeme.

En la hora de mi muerte llámame

y mándame ir a ti,

para que con tus santos te alabe

por los siglos de los siglos. Amén.

Trata de encontrar el sentido de cada frase. Y repítela con amor. Es todo Cristo el que nos salva. Que no permita que me aparte de Él. Que me defienda del mal, etc.

Día 5º: Podemos orar de la misma manera con la hermosa oración de Carlos de Foucaul.

Padre,

me pongo en tus manos,

haz de mí lo que quieras;

sea lo que sea, te doy gracias.

Estoy dispuesto a todo,

lo acepto todo,

con tal que tu voluntad

se cumpla en mí,

y en todas tus creaturas.

No deseo nada más, Padre.

Te confío mi alma,

te la doy con todo mi amor,

porque te amo

y necesito darme,

ponerme en tus manos sin medida,

con una infinita confianza.

porque Tú eres mi Padre.

Día 6º: Oremos del mismo modo con el Yo pecador, pidiendo a Dios que purifique nuestros pensamientos, palabras y acciones. Miremos, también, el bien que pudimos hacer y que no hicimos.

Día 7º: Repasar