Critica a la medición internacional del hambre

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sedentarismo, una vida que no tienen las personas en crisis alimentaria, pues por el contrario, su vida se torna ardua y en constante presión laboral.

Teniendo claro que las necesidades alimentarias de una persona con una vida bajo la presión constante de no tener seguridad alimentaria, son distintas a las necesidades que tiene una persona con un estilo de vida “normal”; las consecuencias en la medida del hambre estadísticamente son favorables: la medición del hambre desde 1971 había ido decreciendo de unos 870 millones de personas hasta menos de 790 millones de personas en el periodo de 1995-97, teniendo una alza alarmante desde el 2008 llegando a superar los 1000 millones de personas en el 2009.

Tras las modificaciones en su sistema de medición del hambre, los nuevos cálculos arrojan que en 1990-92 la cifra era de más de 1000 millones de personas con desnutrición crónica, contradiciendo sus propios cálculos, pero (convenientemente) arrojando resultados favorables de disminución constante, hasta el periodo 2007-09-10-12, en donde la cifra supera los 870 millones de habitantes en crisis alimentaria, pero de un aparente estancamiento en el progreso de la disminución del hambre.

Una de las críticas más grandes que se le hace a la FAO y sus conceptos para la medición del hambre y desnutrición, es que únicamente el número de calorías que se ingieren o deben ser ingeridas por persona para clasificarlas dentro o fuera de esta categoría, sin importar la calidad de la dieta alimentaria de la población, que dependen directamente tanto de los precios de los alimentos, como del ingreso que se tenga para llevar una dieta adecuada.

Si una familia consume cierto número de calorías por ejemplo: de frijoles, o sopa fría, puede que esté exenta de cumplir los requisitos para estar desnutrido según la FAO, pero en la realidad no es así; si partimos del derecho a una vida digna como fundamento para tener una dieta balanceada, que permita y asegure la reproducción de la vida humana y no simplemente una cadena de “sub-reproduccion”, comer lo que sea o para lo que alcance no es suficiente, ya que no asegura en ningún momento la ingesta balanceada de nutrientes.

En conclusión tenemos, que los esfuerzos de la FAO no son suficientes para comprender la magnitud global del hambre, y es tan sabido por la misma FAO que su nueva iniciativa “Voices of the hungry” (Voces del hambre), (aunque suene como título de la siguiente película de la saga “juegos del hambre”) pretende realizar una encuesta con una serie de preguntas que ayuden a esclarecer y acercar sus resultados a la realidad.

Aun que personalmente me parece una medida ambigua como si no fuese evidente que los esfuerzos de la FAO y los gobiernos nacionales deban estar fundamentados en una iniciativa clara de humanismo, y proponer políticas más rígidas, que aseguren un reparto equitativo y digno de la riqueza (al menos alimentaria), medidas que tengan como base la soberanía alimentaria y política.

-No es humano ir a preguntarle a alguien desnutrido si tiene