DESARROLLO DEL SOCIALISMO CRISTIANO.
Enviado por Jillian • 2 de Marzo de 2018 • 3.286 Palabras (14 Páginas) • 346 Visitas
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Además de Von Ketteler, otro representante fue el canónigo Christopher Moufang (1817-1890), que escribió y predicó mucho a favor del movimiento social cristiano. Los socialistas cristianos hicieron suya una organización de Asociaciones Católicas de Jornaleros que había sido iniciada por el sacerdote-zapatero Adolph Kolping (1813-1865) en la región del Rhin ya en 1847, con el objetivo principal de restaurar la vida de familia, que se consideraba amenazada por el desarrollo de la urbanización y el trabajo en las fábricas.
Karl Von Vogelsang (1818-1890), alemán protestante, llegó a ser funcionario del gobierno prusiano; fue convertido al catolicismo por Von Ketteler , llegó a ser el inspirador principal del partido cristiano-social austriaco, atacó los abusos del capitalismo, que consideraba como un desastre social, consecuencia de la rebelión de las clases altas de la sociedad moderna en contra del cristianismo.
El cristianismo social parecía partir del supuesto de que todo el mundo profesa la fe católica y aunque tiene como apostolado la fraternidad y la igualdad, mantuvo que dentro de la familia hay diferencias y que, por tanto, en la organización cooperativa la igualdad se interpretaría en el sentido de que el trabajo más humilde sería de igual dignidad que los trabajos más elevados y que todos estarían contentos y orgullosos de la condición en que Dios los hubiera colocado. Las jerarquías serían respetadas de modo que los patrones tuvieran toda la autoridad, responsabilidades y derechos que implica su condición, en tanto que los derechos de los obreros serían respetados y su vida garantizada por un salario mínimo.
Importancia de la corporación
Mientras el centro de la doctrina del cristianismo social es la reforma moral que se debe realizar en la familia, la reforma económica debe partir de una asociación a la que se extienda el trato de la relación familiar, pero esta asociación sería de carácter económico, al estilo de las que existieron hacia fines de la Edad Media y que fueron conocidas como gremio o corporación. En las corporaciones se formarían los órganos que discutirían las leyes sobre el trabajo, la jornada laboral, el descanso semanal, la capacitación, la higiene industrial, el trabajo de mujeres y niños, el salario mínimo, etc. Así, las corporaciones organizadas por el clero producirán el efecto de que todos sus miembros estén contentos con su suerte en sus trabajos y dispuestos a llevar una vida tranquila y feliz.
La escuela católica de la izquierda y la escuela católica de la derecha
Entre las corrientes del catolicismo social se han tenido diversas manifestaciones, entre ellas destacan las que se detallan a continuación:
El Partido de los Jóvenes Clérigos.- Loesewitz publicó en 1888 un artículo en la Asociación Católica, revista católica francesa, donde decía que “la pretendida productividad del capital, que en la gran iniquidad de las sociedades paganas y, desde el punto de vista económico, la causa última de los sufrimientos sociales, no es otra cosa que una palabra inventada para disimular el hecho real: la apropiación de los frutos del trabajo de otro por aquellos que poseen los instrumentos de trabajo”. Este grupo atacaba violentamente la productividad del capital.
El movimiento llamado del Surco , que surgió en Francia entre 1890 y 1910, en el terreno político pretendió conciliar a la Iglesia con la democracia y, por ende, con el Estado. En el orden económico propugnó por la abolición del asalariado y del régimen patronal. Para ello sostuvo que sólo debía haber sindicatos obreros y los patronales debían desaparecer. También afirmó que los únicos propietarios de los medios de producción debían ser los obreros.
Otra corriente es la del protestantismo social, que reitera el individualismo como su premisa religiosa. Las fraternidades protestantes se empeñan no solamente en predicar el Evangelio, sino en elevar las condiciones de vida de los obreros, adoptando en ocasiones una actitud agresiva en contra del capitalismo y sosteniendo que debe penetrar en las iglesias el mensaje social de Jesús y poner de manifiesto que el socialismo es necesariamente la expresión económica de la vida cristiana.
Por su parte, el Grupo de Christian Socialism rechaza la asociación profesional y las cooperativas de consumo y adopta la idea de la asociación obrera de producción. Proponen que el Estado debe dictar una legislación más liberal que permita la multiplicación de las cooperativas y añaden que la asociación obrera y la legislación sólo darán frutos si se cambia la mentalidad de los hombres, por lo cual el socialismo debe cristianizarse.
Los místicos, representados fundamentalmente por León Tolstoi (1828-1910), Juan Ruskin (1819-1900) y Tomás Carlile (1795-1881), son los representantes de una corriente del pensamiento cristiano que se pronuncia en contra del capitalismo industrial y que aconsejan el retorno al trabajo manual como un medio regenerativo y liberal.
En todas las tendencias se observa un rasgo común, el repudio al liberalismo clásico, debido a las consecuencias negativas que trajo a los obreros en particular y a las grandes masas sociales. Algunos grupos de cristianos se han inclinado hacia la no intervención absoluta del Estado. También se apartan sobre todo del marxismo, puesto que esta doctrina tiene como fundamento el materialismo histórico y la lucha de clases. Están en contra de él pues creen que no es suficiente cambiar el medio ambiente y las condiciones económicas; como dicen los socialistas, es menester cambiar al hombre, y ésa es la misión de la Iglesia. Todas las ramas de esa doctrina se aproximan en lo referente al concepto de hermandad, en vista de que todos son hijos de un mismo Padre: Dios. Así, junto al ala izquierda de la escuela católica está el ala derecha; en ambas la finalidad es salvar al obrero. En general, el ala derecha considera que la cuestión social puede ser resuelta por las instituciones existentes, y lo que falta es inyectarle un espíritu cristiano.
Las encíclicas: Rerum Novarum, Quedragesimo Anno , Mater et Magistra, Humanas Vitae y Centesimus Annus
La encíclica es una carta pastoral escrita por un obispo o grupo de obispos para exponer la creencia y práctica de la doctrina cristiana. La utilización de cartas pastorales para explicar la doctrina cristiana tiene su origen en las epístolas del Nuevo Testamento. Las enseñanzas de las encíclicas están dirigidas a todo el mundo católico. En ellas el papa expone la doctrina de su Iglesia y tienen que
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