De la Renaixença al catalanismo político
Enviado por Helena • 23 de Febrero de 2018 • 4.705 Palabras (19 Páginas) • 285 Visitas
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Otro elemento a destacar en la política isabelina, son los instrumentos del poder liberal en Cataluña. Hay que resaltar la importancia política del poder militar, como resultado de la militarización del orden público y la persistencia de estados de guerra, a causa de las agitaciones políticas y sociales, resultado de los sectores radicales. Debido al poder otorgado a los capitanes generales, estos quedaban fuera del control judicial, de este modo los capitanes generales actuaron con arbitrariedad. El número de militares que componía a la Guardia Civil, Carabineros, Mossos de Esquadra entre otros, era bastante elevado, quedando la proporción de soldados por habitante en uno por cada 56 habitantes.[5]
El Sexenio Democrático (1868-1874)
La implantación de este nuevo sistema marca en la sociedad catalana el descontento generado por la centralización y articulación de poderes del sistema moderado. Además con este sistema democrático la sociedad catalana ansia aún más una reforma del Estado liberal español. El Sexenio fue el único momento donde los catalanes tuvieron una clara representación gubernamental, desde jefes de gobierno como Joan Prim, Estanislau Figueres o Francesc Pi y Margall, hasta ministros como Laurea Figueroa, Víctor Berenguer o Joan Tutau.[6]
Esta etapa en Cataluña también fue marcada por la variedad de grupos ideológicos, con varios marcos de acción, tales como las publicaciones en el diario madrileño de El Estado Catalán, donde Valentí Almirall difunde las reivindicaciones catalanistas. Estas y otras manifestaciones fueron enfocadas para la integración de Cataluña dentro del nuevo Estado democrático de España. También en el Diari de Barcelona conocido como El Brusi junto a otros diarios hicieron eco de las diversas formas de política que surgen en este marco democrático, como el federalismo defendido por Francesc Romaní i Puigdengolas. [7]
El fracaso del Sexenio Democrático tuvo como consecuencia el hundimiento de democracia dentro de una España unitaria. De este modo pues se inicia en Cataluña el camino hacia una política exclusivamente catalana, liderada por los federales, con el propósito de desvincularse del federalismo español. [8]
- Cataluña en el marco de la Restauración: el 98 y la forja de la Cataluña política.
Los precedentes del Republicanismo Federalista de Pi y Margall:
En los inicios de la Restauración el catalanismo era tan plural como el republicanismo, con tendencias vinculadas a la cultura republicana, como los federalcatalanistas, que provenían de la evolución del republicanismo federal intransigente barcelonés tras el fracaso de la Primera República. Los federalcatalanistas impulsaron un proyecto que pretendía la transformación de España de un Estado políticamente centralista a una federación asimétrica que aceptase el autogobierno y la identidad catalana.[9]
Los que no aceptaron el régimen político de la Restauración tuvieron que sustituir el activismo político por formas de sociabilidad que les permitiesen mantener vínculos con las culturas políticas, tanto las republicanas como las obreristas y las tradicionalistas. El principal dirigente ideológico de los federalcatalanistas fue Valentí Almirall, uno de los principales introductores del paradigma positivo-evolucionista en Cataluña, con fines doctrinales.
En 1877 la progresiva supresión de la censura posibilitó que los republicanos volviesen a la actividad política aunque divididos en posibilistas, organicistas, progresistas centralistas, federalistas y en Cataluña los federalcatalanistas. La figura de Pi y Margall vuelve a escena con la publicación de Las Nacionalidades, los republicanos federales anunciaban su reorganización con el liderazgo de Pi y Margall. Por otro lado Valentí Almirall escribe los Escritos Catalanistas como el inicio de un proyecto que apostaba por la desvinculación de Cataluña de Madrid y su centralismo político.
La nueva Ley de imprenta de 1879 posibilitó la publicación del primer diario político escrito en catalán que ayudaría a que los federalcatalanistas reorganizasen el republicanismo federal barcelonés.
La figura de Valentí Almirall y la importancia del Diari Català:
El republicanismo federal barcelonés se vertebró entorno al Diari Català, un periódico controlado por los federalcatalanistas y dirigido por Almirall, cuya duración estuvo entre 1879 y 1881.2 El diario tuvo varias denuncias por sus publicaciones, Almirall, que ejercía también como abogado, defendió siempre los artículos del periódico diciendo que siempre respetaban la Ley de imprenta de 1879. Aunque lo cierto es que uno de los artículos de Almirall, que pretendía la celebración de una asamblea catalanista, vulneraba los límites de la Ley de imprenta. Por esta razón es por la que el fiscal y el Tribunal quisieron boicotear dicha celebración con estas acusaciones.
Almirall en dicho juicio recuerda lo que es el catalanismo: un movimiento ideológicamente plural en el que se extendía diferentes tendencias, desde el carlismo hasta el republicanismo, pero unidas para defender el carácter y el modo de ser de Cataluña. En 1880, el Tribunal da la razón al fiscal y condena a una suspensión de cuarenta y cinco días al Diari. Tras la sentencias los federalcatalanistas reaccionaron contra los ideales de la Restauración Borbónica y finalmente se unieron al proyecto encabezado por Pi y Margall, a pesar de que los federalcatalanistas defendían que la federación era más relevante que el republicanismo algo que no era aceptado por los republicanos federales de Pi y Margall.
Una de las principales iniciativas del Diari Català fue la celebración del primer Congreso Catalanista en 1880, un acontecimiento fundamental para la politización del catalanismo. Almirall en el Congreso defendió su proyecto contra la Restauración, contra los carlistas, republicanos posibilistas y catalanistas católicos. El Congreso dio lugar a varias disputas por el control presidencial y terminó con un abandono de las sesiones, pero fue un éxito ya que reforzó el espíritu catalanista que apoyaba la lengua catalana, además de un apoyo a medidas culturales catalanas censuradas por el poder central. La respuesta del Estado Central fue la de dejar de imprimir el Diari en la editorial La Reinaixensa[10].
Entre los distintos rechazos que realizaron los federalcatalanistas encontramos la oposición, una legislación común y una mejora de la legislación civil catalana. Esto se manifestó en el Congreso Catalán de Jurisconsultos de 1881.
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