EL ARTE DE ENSEÑAR

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El maestro debe contar con la habilidad de ilustrar con objetos, cuadros, modelos, mapas, historias bíblicas, de la vida real, comparaciones, alusiones etc. Manejar con eficacia el método de preguntas, quien sabe contestar las preguntas habrá conquistado la mitad del conocimiento. Ellas sirven para despertar el interés, dirigir el pensamiento, avivar la participación y remachar la enseñanza. Se debe evitar preguntas que revelen la respuesta, de adivinanza, largas o dobles, e indefinidas.

Antes de la hora de la clase, hay que hacer un bosquejo bien definido, sabiendo que Dios es el autor de la ley y el orden, por tanto la palabra discípulos y disciplina significa adiestrados en el orden, el maestro debe hacer todo decentemente y con orden, esto significa impartir instrucciones y ejercer disciplina, de lo contrario se haría un caos.

Cuidar aspectos como la incomodidad, las distracciones, interrupciones evitaran serios problemas. Una clase mal preparada conducirá al desorden y dará pie a los alumnos inquietos de allí la importancia del dominio del tema.

La educación no solo consiste en adquirir conocimiento sino también en emplearlo. El maestro tiene la responsabilidad de guiar al alumno en su practica diaria y cuando manifieste santidad, el maestro sabrá que habrá valido el esfuerzo. Pero antes de guiar al alumno el deberá vivir en santidad bajo la palabra de Dios, la cual practicara junto con su alumno en el servicio, en su hogar, en la iglesia, en el vecindario y el mundo.

Este libro me abre mas claramente el entendimiento de lo grande que significa ser llamado al ministerio de la enseñanza y la responsabilidad enorme que ello con lleva se que requiere de mucho conocimiento sacrificio y una vida apartada en santidad para el Señor.