EL MST DESDE LAS DISTINTAS TEORÍAS PARA ESTUDIAR LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
Enviado por Kate • 29 de Noviembre de 2018 • 2.620 Palabras (11 Páginas) • 324 Visitas
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También dentro del EOP el historiador Charles Tilly propone el concepto “repertorio de la acción colectiva” para analizar las interacciones que se dan dentro de los límites impuestos por las instituciones. Desde el MST serian parte de este repertorio las marchas, caminatas, campamentos, toma de tierra, huelga de hambre etc. que son algunos de los formatos de protesta utilizados por este movimiento para plantearle sus exigencias al estado.
Este enfoque introduce variables estructurales e institucionales como serian las relaciones entre el estado o los sistemas de partidos con los movimientos sociales.
Los críticos de la EOP consideran que hace una reducción de los movimientos sociales a formas de acción colectiva vinculadas al contexto y a las instituciones políticas dejando afuera “la dimensión soterrada e invisible de los movimientos sociales, donde la acción colectiva toma forma antes de expresarse como acción política” (Melucci, 1995).
Una de las principales limitaciones de este enfoque es entender “lo político” solo desde la institucionalidad, siendo ésta una mirada muy recortada de lo que es la política, reduciendo los movimientos sociales a simples reacciones y respuestas a los momentos de los sistemas políticos.
Para el Dr. Carlos Rodríguez Arechavaleta en su trabajo “De la estructura de oportunidades políticas a la identidad colectiva. Apuntes teóricos sobre el poder, la acción colectiva y los movimientos sociales”, el EOP piensa a los actores sin una historia personal, ni clase, ni genero, ni etnia haciéndolos ver como racionales sin tener en cuenta las relaciones sociales y las relaciones de poder en las cuales están inmersos.
Para Arechavaleta se deben incluir las causales estructurales de los conflictos y también los elementos no materiales de la movilización, como pueden ser valores como la solidaridad o el bien común. Es decir, no sirve analizar la interacción entre estado y demandantes sin hacer una contextualización histórica, política y económica.
Ahora tomaremos la Teoría de los Nuevos Movimientos Sociales, que explica la acción ya no desde un cálculo costo/beneficio sino a partir de necesidades de autorrealización vinculadas con aspectos cotidianos que van más allá de lo estrictamente relacionado al sistema político.
La TNMS surge para estudiar los movimientos “no clasistas”, es decir que no están movilizados por una ideología de clase, sino que son una alianza compuesta por elementos de diferentes grupos sociales pero que no configuran su identidad en términos de clase.
Desde esta definición es difícil analizar al MST que desde su primer encuentro nacional en 1984 reivindican su carácter clasista: “Somos trabajadores, vivimos en una sociedad con clases diferentes y pertenecemos a una de ellas”, resaltaba esta organización. Desde un primer momento se planteó la lucha por la reivindicación económica y se planteó una lucha contra la clase latifundista y el estado burgués.
Desde la TNMS se podrían analizar otro tipo de identidades dentro del MST, pero para estudiar su carácter autoproclamado clasista, sería más adecuado hacerlo desde algún otro enfoque ya que por ejemplo el derecho a la tierra para trabajarla que proclaman no lo hacen desde argumentaciones relacionadas con derechos ancestrales, ni étnicos ni por tradición ni cultura campesina, sino que “Sin tierra” sintetiza una condición social y una condición material histórica.
Los NMS buscan agendar nuevas identidades (genero, etarias, ambientales, étnicas), nuevas formas de organización (democracia directa, horizontalidad), la importancia de problemas locales (ya no la transformación global) y la resolución de problemas concretos.
Estas nuevas formas de organización colectiva van mas allá de un beneficio inmediato, y para Alberto Melucci estos nuevos movimiento sociales luchan por objetivos simbólicos y culturales donde sus demandas trascienden al grupo, para crear códigos culturales alternativos a los dominantes (dentro del MST se podría analizar cómo se busca cambiar la concepción de la tierra, ya no como mercancía sino como forma de vida y elemento liberador).
El objetivo final es mucho más amplio que la reforma agraria, es conseguir un cambio radical de las estructuras de desigualdad que generaron el empobrecimiento y la explotación del pueblo brasilero.
Desde la TNMS se podrían ver los reclamos ambientales del MST, que si bien su principal pedido es económico y material, es decir, tierra para trabajar, están en contra de la destrucción de la tierra atraves del monocultivo y son impulsores de trabajar la tierra sin dañarla ni contaminarla.
Este enfoque desarrolla la idea de identidad colectiva como una definición negociada en la constitución interna del actor y su ambiente de acción. Parte de la premisa de que ni los modelos macro estructurales ni las motivaciones individuales tienen capacidad para explicar las formas concretas de acción social.
Esta teoría surge como una crítica al marxismo reduccionista que tiende a analizar los conflictos exclusivamente en relación con los intereses e identidades de clase. La TNMS hace un paso del terreno político al cultural y agenda nuevas formas de opresión (por ejemplo podemos pensar las relaciones etarias o de género dentro de los movimientos).
Por último nos queda tener en cuenta los aportes del Enfoque Antropológico Político y el importante lugar que ocupa la etnografía en la recuperación de las identidades sociales.
Desde la Antropología y los Estudios Subalternos se analiza la movilización social atendiendo a su inscripción en procesos de dominación y resistencia, de relaciones de poder, en contextos que trasciendan al sistema político formal, analizando las prácticas de resistencia.
Para esto es importante la reconstrucción de los sentidos que los sujetos otorgan a la acción dando cuenta del campo de fuerzas sociales en que se produce la acción y en las relaciones que se ponen en juego en el campo de disputa que estas definen.
El enfoque antropológico busca situar las formas de protesta, los movimientos sociales y la acción colectiva en los procesos más amplios de politización de la vida cotidiana, permitiendo comprender las dimensiones de la vida que son jerarquizadas en la construcción de demandas, a la vez que visiones diferenciales según género, edad y trayectorias de vida que inciden en la configuración de modos específicos de acción colectiva.
Analizando al MST podemos tener en cuenta la importancia que tienen las Escuelas de los Sin tierra para crear una identidad colectiva
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