El disfraz. Análisis

...

Era mi primera noche del año con mi pequeña amada, la pasamos muy bien los dos, parecía que el capitán estaba enamorado de la madre de Isabel. Sus ojos relumbraban al verla.

Mi madre no dejaba de bailar con mi padre después de la llamada que había recibido de una editorial conocida fuera de la ciudad la cual acepto su libro, recibió un aviso para que sacaran las primeras 1000 copias de distribución.

Mi amistad con Marcos había terminado y venían nuevas dudas a mi mente, ¿valdría la pena?

Por ahora solo me queda vivir, ser mejor por Isabel, protegerla y estar con ella. La noticia que me dio al día siguiente me dejo consternado, ella llego a mi hogar agitada.

- Otto, tengo malas noticias.- las últimas dos palabras hicieron que acelerara mi corazón y que me asustara pensando en que algo pudiera pasarle.

- ¿Qué tienes? ¿qué sucede?

- Tengo que contarte lo que he recibido.- su rostro no dejaba de irradiar amabilidad pero por algún motivo sus ojos reflejaban tristeza.

- ¡Dímelo!

- Mi padre acaba de ser ascendido a un empleo mejor pero tendrá que irse a vivir lejos, hablo con mi madre para que me llevara, tendré que irme por 3 años y dejar todos mis estudios hasta volver. Así que tengo una pregunta para ti, ¿sería capaz de esperar por mí?, sé que te olvidaras de mi pero es una pregunta que necesito saber antes de marcharme.

- No es necesario que preguntes, obviamente sabes que te quiero demasiado y que esperaría mucho tiempo por el simple hecho de que eres importante para mí, nunca dejaría de amarte por tan lejos que te encuentres Isabel, eres mi primer amor, así que anda, se libre, vive tu vida sin preocuparte de lo que suceda. Siempre esperare.

No pude contenerme, mis lágrimas cayeron como cascadas, tenía un día para estar junto a ella antes de que partiera, la lleve al parque de diversiones, le compre gaseosas, jugamos y nos divertimos leyendo nuestras partes favoritas del libro Las Aventuras de Tom Sawyer.

Cuando mi abuela nos acompañó al aeropuerto, la acompañe hasta la puerta que separaría nuestras vidas por un largo tiempo, saque de mi bolsillo un pequeño collar, se lo puse en el cuello, ese día estaba vestida con un vestido color rojo, la bese y solté su mano.