El fin del monopolio de las escuelas Normales

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En último lugar, la política pública incentivará a los actuales docentes a tomar cursos de actualización y especialización para poder preservar sus plazas. Los normalistas tendrán la amenaza de perder sus plazas debido a que habrá una mayor y mejor competencia, por lo tanto, deberán tomar cursos que les ayuden a permanecer en el ejercicio docente por medio de una mejor formación. Si hay maestros con una mejor formación o alguna especialización, el rendimiento en las aulas mejorará y se dará un paso más a una mejor educación.

En suma, las plazas de docentes en la educación pública no deben ser ocupadas solo por los egresados de las normales. Los no normalistas también deben concursar para crear una mejor competencia que deriva en una mejor calidad docente y, a largo plazo, un mercado perfecto donde no haya una institución que forme a todos los maestros del país sino que sean muchas las que luchen por formar a los mejores. A partir de las conjeturas previas sería importante examinar si los nuevos ofertantes cumplen con mejores características que los antiguos. También sería relevante analizar si existen los incentivos suficientes para que otras instituciones quieran formar docentes y determinar qué características tienen las normales para haber sido un monopolio durante 128 años. La educación debe ser lo primordial para cada nación, pues de ella depende su futuro, por lo que debe ser progresiva, pero un monopolio siempre se estanca.

Bibliografía

Heredia, Blanca. “Fin del monopolio de las normales. ¿Quién ganará?”. El Financiero, 6 de abril 2016. Consultado el 12 de noviembre 2016, http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/fin-del-monopolio-de-las-normales-quien-ganara.html

Robles, Leticia. “Cualquier podrá dar clases: SEP; abre concurso a universitarios”. Excélsior, 22 de marzo 2016. Consultado el 12 de noviembre 2016, http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/03/22/1082282#imagen-2

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