La Familia Durante El Siglo XX y XXI Hasta La Actualidad
Enviado por Ninoka • 27 de Octubre de 2018 • 2.764 Palabras (12 Páginas) • 528 Visitas
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De esto se desprende que la familia venezolana sea matricentrada, a saber, el modelo de organización familiar donde, con la virtual ausencia del padre, la madre acapara el mundo emocional del individuo. La mujer venezolana se puede decir que le importa más tener a sus hijos a su lado que al hombre quizás le importe más lo material que le compre una casa y se la amueblen que tenerlo y este a su vez, va de familia en familia haciendo lo mismo constituyendo un hogar pero no de afecto ni con su presencia si no con comodidades materiales.
Vethencourt define las palabras de: poliginia y poliandria desde un punto de vista antropológicamente técnico, inapropiado. Poliginia se refiere a la institución donde un hombre puede tener varias esposas, y poliandria es el término empleado para designar la situación donde la mujer puede tener varios esposos. Pero, precisamente, dado el hecho de que tanto la poliandria como la poliginia legitiman la pluralidad de cónyuges, en las sociedades poliginias y poliándricas, el padre no se desentiende de la familia y de los hijos. No existe mayor dificultad en atender a varias esposas y a varias familias. Claramente, no es esto lo que ocurre en la familia venezolana. En la familia popular venezolana existen mucha poligamia y esto hace que el hombre se aleje de la familia bien sea porque tiene que atender a otra y se lo exigen
Un término más apropiado para describir lo que Vethencourt tiene en mente es policoitia, que describe las situaciones de apareamiento plural sin hacer referencia al hecho de que estén o no casados. La familia venezolana se caracteriza por una pluralidad de parejas sexuales. Pero, tanto el marco legal como los valores supe restructúrales de la familia venezolana están conformados por la monogamia.
La Familia Matricentrada: surge del desequilibrio entre la monogamia y la policoitia, el hombre tiene varias mujeres, pero la sociedad le exige que tenga una sola. Cualquier revisión etnográfica general revelará que en la mayor parte de las sociedades poliginias, el padre sigue ocupando una posición importante en la estructura familiar, pues en esos casos, la policoitia encuentra correspondencia con la poliginia.
Moreno (1995) acepta la descripción que Vethencourt ha hecho de la familia venezolana. Su experiencia etnográfica confirma que, efectivamente, la familia popular venezolana es matricentrada. Pero, allí donde Vethencourt sostiene que la familia matricentrada es atípica y en buena parte un fracaso, Moreno protesta, sosteniendo que la familia matricentrada es tan funcional como la convencional familia nuclear en el resto de las sociedades occidentales.
Moreno, nos dice que la madre constituye el eje de los mundos emocionales y sugiere que como institución, nunca consiga suficiente fortaleza y estabilidad entre los venezolanos. Así, el eje de la estructura familiar es, y muy seguramente, seguirá siendo la madre, pues la virtual ausencia del padre no permite que sea de otra manera. El nexo que el hombre venezolano mantiene a lo largo de su vida es con su madre. El hombre venezolano siempre será hijo, mucho más que esposo o padre. Asimismo al hijo varón se le hará imposible establecer una relación de pareja, a consecuencia de que la madre lo crio para ella para ser siempre ser hijo y esposo de igual manera al no tener la figura paterna carece de ese afecto y no sebe como actuar como pareja ya que esa fue su cultura, el hijo siempre buscara a la madre la cual es la única que va llenar el vacío de satisfacción, al momento de tener una pareja será transitorio ya que siempre va a volver a la madre, ya que la madre al tener necesidades básicas y su única vía de solución sería su marido y al no tenerlo ella busca satisfacerla por la parte del hijo varón algo que se podría escapar de las manos a cualquier mujer ya que ese vínculo que se tiene madre e hijo es parte de la naturaleza.
Por otro lado la hija hembra es lo contrario al varón ella vive para sus hijos tal cual como su madre asimismo la crianza que la madre le da a los hijos es algo sistemático va de generación en generación los hijos ven la crianza como un patrón a seguir.
La familia matricentrada en Venezuela es una realidad difícilmente discutible. No dejan de tener razón los autores anteriormente mencionados cuando señalan el hecho notorio de que la familia popular venezolana no es como la del resto de las sociedades occidentales modernas. en la familia popular venezolana existen mucha poligamia y esto hace que el hombre se aleje de la familia bien sea porque tiene que atender a otra y se lo exigen.
En efecto, predomina en Venezuela una estructura familiar donde el padre está virtualmente ausente del núcleo familiar. Esta ausencia no es necesariamente física. Bien puede tratarse también de una ausencia emocional: en la mayor parte de las familias venezolanas, el padre es apenas una figura distante, desentendida de los asuntos de los hijos. Su rol puede limitarse a ser el proveedor de ingresos económicos, pero con frecuencia no pasa de eso. Por lo tanto, es la madre la figura verdaderamente central en los mundos de vida de los venezolanos.
De particular interés es la prominencia de la policoitia, en la clase media. Pero, a diferencia de lo que ocurre en las familias populares, el hombre de clase media rara vez abandona a su mujer. Es mucho más frecuente el amancebamiento y el adulterio en la clase media que en las clases populares. El adulterio es una preocupación menor entre las clases populares, simplemente porque la pareja como institución es muchísimo más débil. La mujer de la clase popular no espera que su pareja esté a su lado por un período muy largo. El hombre da por concluida la relación, y se marcha, probablemente para no regresar más. No ocurre así en la familia de la clase media. La institución del matrimonio tiene mayor fortaleza en la clase media. Pero, no por ello deja de haber policoitia. Puesto que el matrimonio monogámico exige fidelidad, la policoitia entre la clase media pasa a la clandestinidad. La alteración entre lo transparente y lo secreto es lo que da pie a la mayor preocupación con el adulterio.
El padre en la clase media no abandona a la familia con la misma frecuencia con que ocurre entre las clases populares. Puede seguir teniendo contactos con otras mujeres, sólo que de forma simultánea y clandestina. Así, privilegia a una familia por encima de las otras. Este privilegio propicia que haya un desequilibrio entre esas mismas familias: unas cuentan con un padre presente, otras con uno ausente.
El adulterio entre los venezolanos es bastante común, tanto así, que rara vez un padre o una madre tendrá todos sus hijos de una misma pareja. La incompatibilidad entre policoitia
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