La crisis económica México 1993
Enviado por monto2435 • 30 de Abril de 2018 • 3.855 Palabras (16 Páginas) • 399 Visitas
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Sin embargo, a pesar del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos (ver Gráfico No.3), el nivel de las reservas internacionales de México había estado en crecimiento desde 1988. Este comportamiento, según Aspe (1993, citado por Millán, 1999), se debía a “una acelerada expansión de la inversión –financiada en forma directa con la repatriación de capitales, los flujos de inversión de compañías extranjeras y préstamos voluntarios del sector privado. Consecuentemente, a pesar de la magnitud del déficit, se acumularon reservas que en noviembre de 1991 fueron aproximadamente 16 mil millones de dólares, el nivel más alto alcanzado en México”.
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Por otra parte, a partir de la renegociación de la deuda externa en 1990, hay una creciente entrada de capitales, que llegó a 33,308 millones de dólares en 1993 (4,389 millones en inversión extranjera directa, 10,717 millones en renta variable y 18,203 millones en renta fija), debido a las expectativas favorables sobre la economía. (Del Villar 1997).
Así, el saldo positivo de las reservas provenían de entradas masivas de capital, la economía mexicana empezó a depender fuertemente de los flujos de capital colocados en activos financieros, que pasaron a representar la principal inversión extranjera en el país. De acuerdo con Millán (1999), el riesgo comenzó cuando esos recursos se fueron trasladando del mercado de capitales hacia, por ejemplo, títulos de gobierno que ofrecen perfiles de vencimiento más cortos. Entonces, la estabilidad del tipo de cambio y de las condiciones macroeconómicas dependía de la permanencia de esos capitales de índole especulativa
Ya para inicios de 1994 era claro que la economía mexicana estaba al borde de una crisis, debido a la situación de la balanza de pagos y una inestable situación política, según Oddone (2004) “la rebelión en el estado de Chiapas y los asesinatos políticos. El levantamiento zapatista sucedido el 1 de enero de 1994, fecha en la cual entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, conocido por sus siglas en inglés NAFTA (en castellano: TLCAN). El asesinato el 23 de marzo de Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI. El vacilante comienzo de Ernesto Zedillo, y el peso de la figura de su hermano y finalmente el asesinato del ex secretario general del PRI, Francisco Ruiz Massieu, en medio de un acto partidista, conspiraron contra la estabilidad política y económica de México y disminuyeron la confianza internacional de los inversores.
A pesar de toda esta situación, el gobierno de Salinas no tomó ninguna medida preventiva, por lo que esta política económica emprendida por el gobierno mexicano, desembocó en una nueva crisis de balanza de pagos, en una abrupta devaluación del peso y en una caída del producto interno bruto nacional. En un momento en que los mexicanos estaban confiados en que la política del presidente Salinas y de sus antecesores habían colocado a México en un puesto de preferencia a nivel latinoamericano y mundial.
Es importante señalar que no existe evidencia de que el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (TLCAN), que había entrado en vigor en enero de 1994, haya tenido algún margen importante de incidencia en la crisis de México del 94.
De acuerdo con Kozikowski (2000), “lo mejor hubiera sido devaluar el peso en marzo de 1994, cuando todavía las reservas monetarias eran bastante cuantiosas. Una devaluación de 20%, acompañadas de políticas fiscal y monetaria restrictivas, probablemente hubiera sido suficiente para restablecer el equilibrio de la balanza de pagos y la confianza de los mercados financieros. La devaluación aunada a las políticas restrictivas habría desacelerado el crecimiento económico, que ya de por sí era bastante anémico, y reducido el nivel de vida de la población, pero habría permito evitar el desastre de 1995.”
De acuerdo con este autor, las únicas opciones políticas viables eran:
i. Devaluar el peso y luego defender el tipo de cambio con las reservas y con políticas fiscal y monetaria restrictivas.
ii. Declarar la libre flotación del peso y dejar que el mercado estableciese la nueva paridad.
iii. Defender el tipo de cambio pero sin esterilización. Esto habría provocado una severa recesión justo antes de las elecciones, pero habría acabado la catástrofe.
Otras consideraciones que el gobierno puedo haber valorado, antes de realizar una devaluación agresiva que generó el caos entre los inversionistas son:
i. Realizar un proceso de devaluación lento pero constante del peso mexicano que corrigiera el problema de la sobrevaloración del mismo pero de una manera paulatina y no abrupta.
ii. Sustituir las inversiones financieras de corto plazo por inversiones de largo plazo que fortalecieran el crecimiento económico del país.
iii. Reducir al máximo el gasto público.
iv. Promover la producción nacional y desestimar las importaciones para reducir el déficit de la balanza de pagos.
v. Mantener a la población informada de la situación económica del país, pero con una visión de que la misma estaba bajo control.
Como lo señala Millán (1999), “una devaluación a tiempo habría impedido proseguir con el programa contra la inflación, pero hubiera evitado la crisis de 1994, por una sencilla razón: el nivel de reservas internacionales. Cuando la modificación abrupta del tipo de cambio obedece al agotamiento de estos activos, las políticas fiscales y monetarias tienen que emprender un camino muy restrictivo, con la finalidad de restituir lo más pronto posible un nivel adecuado de reservas.”
En febrero de 1994, las reservas de México eran de 29,000 millones de dólares, pero para diciembre de ese mismo año se redujeron a 6,000 millones de dólares y al momento de tomarse la decisión de devaluar (20 de diciembre de 1994) ascendían a solo 3,500 millones de dólares. A esto se debe sumar el déficit en la cuenta corriente que en 1994 alcanzó, aproximadamente, 25,500 millones de dólares que equivalen al 8 % del PBI mexicano.
En diciembre de 1994 llega a la presidencia de México Ernesto Zedillo, también proveniente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), encontrando una situación económica y política muy complicada, lo cual estaba generando un proceso especulativo entre los inversionistas nacionales y extranjeros que preveían que el peso se
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