La evolución política y la gobernanza

...

Es importante la coordinación de los actores que intervienen en el proceso de diseño e implementación del contenido de la gobernanza. La coordinación esta en total sintonía con la función de evaluación, siendo necesaria para:

-Obtener información acerca de los actores involucrados.

-Palpar sus necesidades y demandas.

-Tener una panorámica global del mapa de actores y de sus relaciones de interdependencia.

-Conocer los resultados que han tenido diseños y decisiones de política similares a las que están por tomar asociadamente gobierno y sociedad.

-Retroalimentar el funcionamiento en red y la relación de los actores gubernamentales, privados y sociales.

A pesar de todo esto y aunque su implicación haya disminuido, los gobiernos siguen siendo los máximos responsables de la acción política.

Por último tenemos la transparencia ya que la eficacia de una política, programa, servicio o proyecto de inversión depende no solo de su idoneidad técnica sino también de la validez política, determinada por la aceptación social del contenido y el porqué de la elección de ese contenido. Esto conlleva una exigencia ciudadana para saber cuáles son los requisitos que han regido el proceso decisorio.

En definitiva, el enfoque de la gobernanza exige un enfoque de evaluación de corte pluralista y participativo, que implica la actuación de actores gubernamentales y no gubernamentales que puedan estar presentes en el modo de gobierno.

¿Qué y cómo se puede evaluar la gobernanza?

El nuevo modelo de gobernanza se ha ido afirmando en la práctica y aún en el concepto como el modo de gobierno apropiado pata abordar los asuntos públicos. Sin embargo siguen existiendo dudas en la naturaleza pública pues no se sabe cuando podemos evaluar y cuando no podemos evaluar. Esto implica evaluar el diseño o conceptualización de la gobernanza, existiendo tres dimensiones fundamentales:

-Conocer si y en qué grado el proceso de diseño de la propuesta puede ser considerado un proceso de coproducción púbico-privada.

-Conocer si y en qué grado el contenido del diseño, la intencionalidad y causalidad de la propuesta de la gobernanza posee propiamente naturaleza pública.

-Conocer si y en qué grado de causalidad es técnica y administrativamente confiable y si es capaz de producir los objetivos.

En sí el objetivo de este primer proceso es determinar si existe o no gobernanza o solo es una retórica.

En segundo lugar, hay que evaluar el proceso de la puesta en práctica de la propuesta. Aquí se valoran diversas cuestiones relacionadas con la implementación de la propuesta de la gobernanza, centrándose en los factores que son fundamentales para la ejecución de la propuesta.

Por último la evaluación debe enfocarse en los resultados de la gobernanza, tanto en los outputs o productos como en su vertiente de outcomes o efectos.

La evaluación del proceso de diseño es fundamental para la validación teórica y práctica de la gobernanza debido a que su diseño no es cuestionado en si mismo y a que los resultados de la evaluación del diseño podrían tener fundamentación teórica y práctica.

La evaluación se orienta a identificar en primer lugar, en qué medida el proceso real de diseño de la gobernanza cumple los requisitos que implica el concepto de gobernanza (para determinar si existe o no gobernanza). La evaluación además busca registrar la contradicción, la deficiencia y el grado de conformidad con respecto a los valores que caracterizan a la gobernanza.

Por último la evaluación puede orientarse a calificar el grado de calidad técnica del diseño y los requisitos necesarios para que se efectivo.

A parte de todo esto, el proceso debe tener en cuenta también los componentes institucionales de la estructura y de preguntarse si esos componentes deben ser considerados como referencias valorativas ultimas.

Las referencias valorativas institucionales de la gobernanza son el diseño de que define las facultades, responsabilidades y relaciones de las poderes públicos. En sistema de justicia y la policía, las instituciones de mercado y la sociedad civil y las instituciones internacionales. Debido a que cada uno tiene atributos distintos la ejecución de la gobernanza será distinta.

En el terreno de validez político-institucional de la gobernanza, las cuestiones giran en torno al carácter público y a evaluar si el interés público es preservado o ha sido distorsionado. Estas dudas surgen por ejemplo cuando el gobierno se asocia con el sector privado y social que puede distorsionar el fin público.

Aquí entran en juego dos cuestiones: La primera se refiere a las condiciones que facilitaron el acuerdo entre los participantes que incluye una evaluación de la coordinación del proceso, la segunda cuestión es relativa al contenido centrándose en los acuerdos.

Este ejercicio conlleva estas implicaciones:

-Diagnostico de la situación evaluativa y la identificación de las necesidades informativas de los actores involucrados.

-Establecimiento de los temas a evaluar, sus dimensiones y sus criterios, que deben ser consensuados por la instancia evaluadora con los actores involucrados.

-Recopilación y análisis sistemático de evidencias e información de diferente naturaleza a partir de fuentes documentales.

-la valoración sistemática de los criterios previamente establecidos y de las referencias conceptuales y normativas que orientan la evaluación.